La consulta de Junts

La consulta de Junts

Los 6.465 afiliados de Junts per Catalunya votarán hoy y mañana si el partido continúa en el Govern o sale del Ejecutivo de coalición. Una consulta que marcará la futura línea política de la formación posconvergente en función del resultado final, pero que sin duda también tendrá consecuencias para Esquerra Republicana de Catalunya y para la gobernanza del país.

En cuanto a JxCat, si ya resulta discutible que una decisión política de tanto calado como es seguir o dejar el Govern no la tome la dirección del partido sino que delegue la responsabilidad en la militancia, la consulta amenaza con acabar desencadenando una mayor división interna entre dirigentes partidarios y detractores de continuar en el Consell Executiu. El resultado final, sea el que sea, debilitará al partido. En el fondo, lo que se dirime con esta consulta es el camino futuro que debe seguir JxCat, apostando por el pragmatismo institucional o por el activismo y la retórica del 2017. Los posicionamientos expresados estos días por sus dirigentes, a favor y en contra de seguir en el Govern, muestran la clara división interna en el partido, y una votación con resultado muy apretado evidenciaría la polarización y la fractura entre los dos bandos. Una fractura que podría convertirse en ruptura si el partido no logra recoser las heridas que deje la consulta, y en una larga travesía del desierto en la oposición si vence la opción de dejar el Govern, con la vista puesta en las municipales de mayo del 2023.

La votación, sea cual sea el resultado, no acabará con la inestabilidad política

En cuanto a ERC, el president Aragonès ve “margen” para salvar el Govern e insiste en la continuidad de la coalición, pero lo cierto es que el partido parece dar por hecho que Junts dejará el Ejecutivo, apenas oculta su deseo de que ello suceda, y vería muy difícil mantener la cohabitación con su socio si este decide quedarse. Pero para ERC gobernar en solitario supondría también afrontar importantes retos y desafíos. Además de cargar en solitario con el desgaste de la acción de gobierno, no les sería nada fácil a los republicanos sacar adelante su agenda legislativa –especialmente los presupuestos– con solo 33 diputados, y sin duda tanto el PSC como En Comú Podem harían pagar muy caros sus votos en el Parlament.

La consulta de Junts no solucionará su relación con ERC, sea cual sea el resultado. Además de agravar su división interna, la confianza mutua no se restablecerá y la inestabilidad política se mantendrá, ya sea en el marco de una cohabitación forzada o con un gobierno en minoría necesitado de apoyos parlamentarios. Y todo ello en momentos en que lo que Catalunya necesita es un Govern cohesionado y dedicado a gestionar y buscar soluciones a la crisis y los problemas que afectan a la ciudadanía.

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