Escucho la radio mientras espero que el sueño me venza y, de golpe, oigo como una influencer dice que es injusto que, en vida, a Janis Joplin no se la reconociese como merecía. ¿Que en vida no se la reconoció? ¡Pero si su voz prodigiosamente resquebrajada fue un faro que iluminó nuestra adolescencia! Si recibió elogios y reconocimientos, y fue considerada la cantante de rock más electrizante... Antes de cambiar de emisora para no ponerme más nervioso, oigo aún que aquel supuesto menosprecio hacia la Joplin fue machismo.
Una vez más, es el síndrome de Colón, los pacientes del cual consideran –inconscientemente o no– que todo lo que ha pasado en el mundo antes de que ellos nacieran es inexistente. Hay una canción mexicana que se suele cantar en los cumpleaños y que dice: “El día en que tú naciste / nacieron todas las flores / y en la pila del bautismo / cantaron los ruiseñores”, pero los pacientes de ese síndrome cambian sistemáticamente los dos primeros versos por “el día en que yo nací / nacieron todas las flores”, aunque al primero le falte una sílaba y quede cojo.
Una ‘influencer’ dice que a Janis Joplin no se la reconoció como merecía
Al día siguiente leo en un diario que una “periodista y divulgadora” que ha escrito “una novela de mujeres empoderadas que explora las nuevas relaciones sexoafectivas del siglo XXI” afirma: “El clítoris salió del armario hace cuatro días, con el succionador de clítoris”. Es decir, según ella, a lo largo de la historia de la humanidad el clítoris era un je ne sais quoi del que no hablábamos hasta hace cuatro días, cuando apareció el Satisfyer. Y así, cada día nuevas chuminadas.
El lunes se murió el Loco de la Colina, que un día dijo: “La ignorancia siempre se había vivido como una vergüenza. Nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su jodida vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura, o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate”.