El hospital Clínic de Barcelona atendió el pasado año 468 casos de agresiones sexuales. De esas víctimas, el 31% estaban drogadas, casi siempre chicas. Ello convierte el incremento de los delitos sexuales en un problema cada vez más importante y preocupante, que despierta una creciente alarma social. Y parte de esos delitos se cometen generalmente en el trayecto o en locales de ocio nocturno mediante la sumisión química.
Muchas víctimas de esta modalidad de delito son menores, objeto de tocamientos, agresiones e incluso violaciones. Los abusos y agresiones sexuales están alcanzando un número y una gravedad que, más allá de las campañas y operaciones realizadas hasta ahora por los cuerpos policiales, han llevado a los Mossos d’Esquadra a establecer un plan específico para afrontar esta lacra, con un programa de actuaciones transversales que entrará en vigor en breve.
Los Mossos ultiman un plan para frenar el aumento de delitos y agresiones sexuales
Un plan que es la consecuencia de dos años de trabajo que ha supuesto también la creación de la unidad central de Agresiones Sexuales (UCAS), cuyas actuaciones están demostrando el acierto de su puesta en marcha, como se ha visto con la detención del presunto agresor de una menor en Igualada. En estos delitos, los Mossos y el resto de los cuerpos de seguridad apuestan por situar a la víctima en el centro del trabajo policial.
Los cuerpos policiales saben que tan o más efectiva que la actuación es la prevención. Por eso el plan incluye todas aquellas medidas para hacer más seguras las rutas de acceso a los locales de ocio y discotecas y los medios de transporte que los jóvenes utilizan para llegar y volver de ellos. Pero si es importante crear esos corredores seguros, iluminados y con presencia policial, más lo es que los usuarios de estos locales los conozcan y los utilicen.Y por ello el plan de los Mossos prevé campañas publicitarias usando el lenguaje que emplean los adolescentes de hoy y una mayor colaboración con el sector del ocio y los vigilantes privados.
En este contexto, resulta positivo destacar que una veintena de discotecas catalanas ya están aplicando la medida de tapar los vasos de las consumiciones para reducir el riesgo de que se les echen sustancias, especialmente la burundanga, y combatir así la sumisión química. Lo mismo está ocurriendo en Eivissa, y la patronal del sector trabaja para que las medidas se establezcan en toda España ante el inicio de la campaña veraniega, así como la formación de los trabajadores –camareros, seguridad, dj– para que puedan ayudar a cualquier chica que se sienta acosada o molestada. Ese debe ser el camino que seguir y esperemos que estos protocolos sean utilizados en todos los locales de ocio nocturno lo más pronto posible.