Un final de ‘Vértigo’

Un final de ‘Vértigo’

Tanto se tensó la cuerda, que al final se rompió. Seguramente es lo que JxC quería, con el mínimo coste ante la opinión pública. El optimismo del viernes de Jordi Sànchez era puro teatro. En los últimos tres meses, Pere Aragonès y Jordi Sánchez han parecido James Stewart y Kim Novak a punto de perder el equilibrio en el campanario de Vértigo , la película de Hitchcock. Tenía su lógica: la última legislatura ha demostrado que las dos fuerzas independentistas con más peso en el Parlament ni se entienden, ni se soportan. Les une su independentismo, pero ni siquiera su idea de Catalunya es la misma.

JxC no ha digerido que ERC les pasara por delante en las últimas elecciones y en el fondo de su ánimo está repetirlas cuanto antes mejor para corregir lo que consideran un error de la historia, provocado por la presencia en campaña del PDECat, que les restó los votos que les faltaron. Pero como resultaría difícil de explicar que en momentos tan delicados se volviera a convocar a las urnas, JxC ha diseñado su estrategia para que los republicanos les envíen al cuerno y gobiernen en minoría, lo que supondrá que les hagan un marcaje implacable para debilitarlos. Hace días que ya lo habían decidido, con la bendición de Waterloo.

Aragonès y Sànchez han parecido Stewart y Novak en la escena del campanario

El calvario que JxC ha hecho pasar a ERC demuestra la hostilidad de unos y la paciencia de los otros. Y en medio, los catalanes, sin presidente de la Generalitat y con un Gobierno en funciones desde no se sabe cuándo. Los republicanos lo han puesto fácil desde el primer momento, haciendo a Laura Borràs presidenta del Parlament y aceptando la sustitución de Jaume Alonso-Cuevillas por Aurora Madaula en la Mesa. E incluso enviando al vicepresidente en funciones de presidente a la cárcel de Lledoners para negociar con Sànchez. Mientras, JxC ha convertido estos ochenta y tres días en una carrera de obstáculos, haciendo que Aragonès fracasara en sus dos intentos de ser investido e ignorando el ultimátum fijado el 1 de mayo. Esta semana ha continuado el enredo, poniendo las carpetas del Consell per la República y de la confrontación con el Gobierno de España sobre la mesa. Lo delirante es que Sànchez dijera que el acuerdo era inminente, cuando lo que ha sido inmediato ha sido el entierro del pacto.

En JxC deben de haber leído a Benjamin Disraeli, que fue dos veces primer ministro del Reino Unido en el siglo XIX y que reveló en sus memorias el secreto de su éxito negociador: “Yo no rechazo nada jamás. Yo contradigo. Y, a veces, ignoro”.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...