Con noticias de Gurb

Con noticias de Gurb

En 1991, Eduardo Mendoza publicó el libro Sin noticias de Gurb, que fue un gran éxito editorial. El protagonista es un extraterrestre que mientras busca durante días a su compañero perdido, llamado Gurb, recorre Barcelona y observa con asombro las contradicciones y situaciones absurdas de la vida urbana en la gran ciudad. Si en lugar de aterrizar en Barcelona, la nave de los extraterrestres hubiese tomado tierra sesenta kilómetros más al norte, Gurb habría llega a un pueblo del mismo nombre, en el corazón de la comarca de Osona.

Los que hemos nacido, crecido o vivimos en Gurb hemos escuchado infinidad de veces cómo mucha gente, al oír el nombre del pueblo, recuerda con una sonrisa el libro de Mendoza, pero poco o nada conoce del municipio. Las fechas estivales invitan a buscar temas más relajados sobre los que escribir, y ya me permitirán que hoy, 15 de agosto, el día más veraniego del verano, les hable de mi querido pueblo, del pueblo de mis padres, de mis abuelos y de incontables generaciones anteriores, que es también el pueblo de mis hijos. Hoy tendrán noticias de Gurb.

Las primeras referencias datan del año 886, cuando en documentos se habla del “castell de Gurb”. Sus vestigios están sepultados en la cima del monte del mismo nombre, que se alza hasta los 845 metros, desde donde se tiene una preciosa vista de la Plana de Vic. En coche, llegaremos a Gurb seguramente sin saberlo porque en el municipio, que ocupa la parte central de la Plana de Vic, converge un nudo importante de comunicaciones. De este a oeste, el Eix Transversal une Lleida con Girona, y de sur a norte, la C-17 conecta Barcelona y el Vallès con Ripoll y Puigcerdà. Desde Gurb podemos llegar a Barcelona en una hora o menos, si el tráfico acompaña, y en poco más de una hora podemos estar en la Costa Brava o en Lleida. Y en cuarenta minutos nos plantamos en Girona, en treinta en Olot, por el túnel de Bracons, y también en media hora en Manresa.

En Gurb viven hoy 2.680 habitantes. Tradicionalmente ha sido un municipio agrícola y ganadero, con más de 200 masías repartidas por los 52 kilómetros cuadrados que ocupan las cuatro parroquias que conforman el municipio: Sant Andreu de Gurb, Granollers de la Plana, Vespella y Sant Julià Sassorba. Hasta los años ochenta del siglo pasado no contaba con un núcleo urbano y a los visitantes les costaba entender que no existiera la plaza del pueblo o la calle mayor. Hoy, la mayor parte de los habitantes se concentran en la zona urbana, a cinco minutos en coche de Vic, pero se mantienen una fuerte actividad agrícola y ganadera y una potente actividad empresarial.

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En cifras, sólo en Gurb conviven armónicamente 136 explotaciones ganaderas, que suman más de 110.000 cabezas de ganado porcino y cerca de 13.000 de ganado bovino, con importantes explotaciones productoras de leche. Pero además hay 506 actividades empresariales que en conjunto generan una facturación anual de 1.650 millones de euros, lo que representa casi la quinta parte de toda la comarca de Osona. Entre las industrias más emblemáticas encontramos Casa Tarradellas, Leche Pascual, Barry Callebaut (que elabora chocolate) y un sinfín de empresas, muchas vinculadas o dependientes del sector agroalimentario.

Este tejido económico convierte Gurb en un municipio sin apenas paro; sólo llega al 3,5%. De hecho, en las empresas, talleres y explotaciones trabajan muchas más personas de las que viven en Gurb, ya que un total de 4.400 trabajadores tienen su empleo en el pueblo. Y paradójicamente hay más habitantes de Gurb que tienen su empleo en Barcelona (el 16%) que en el propio municipio (12,5%). Disponer de una línea de cercanías, la R-3 entre Vic y Barcelona, con doble vía, que funcionase sin incidencias y con una frecuencia aceptable es una demanda histórica de la comarca de Osona que por ahora sólo ha merecido promesas. Esta línea, que conecta l’Hospitalet de Llobregat y La Tor de Querol, pasando por Granollers, Vic, Ripoll y Puigcerdà, se empezó a construir en 1875, pero la duración del trayecto sigue siendo hoy la misma que hace 140 años.

Tener una línea de cercanías entre Vic y Barcelona con doble vía es una demanda histórica de la comarca de Osona

La renta bruta de los habitantes de Gurb, con 35.360 euros, es bastante elevada, y ocupa el puesto 23 de los municipios catalanes y el 47 de toda España, sólo a dos posiciones de Barcelona, pero esto no significa que no queden asignaturas pendientes de aprobar. Por fortuna, Gurb goza de buenas instalaciones y de buenos servicios públicos, con una escuela y un instituto ­públicos que son un tesoro –aunque este último está pendiente de un nuevo edificio– y con un consultorio médico que ofrece un gran servicio; tiene al lado, además, todos los servicios y la oferta de una capital importante como es Vic.

El gran problema que tiene Gurb es la falta de vivienda asequible para que los jóvenes que han nacido y crecido en el municipio puedan quedarse a vivir en él, sin tener que marcharse a otras localidades. Perder a los jóvenes empobrece la vida social del pueblo. Por eso, el nuevo gobierno municipal, con Josep Casassas (ERC) al frente, se ha marcado como prioridad buscar soluciones a la falta de vivienda. Si el Gurb de Eduardo Mendoza hubiese aterrizado aquí, seguro que no entendería por qué muchos jóvenes no pueden quedarse a vivir en su pueblo.

Espero que muchos lectores, cuando, con su coche o con ese tren decimonónico, crucen el corazón de la Plana de Vic, se acuerden de que sí hay noticias de Gurb, y que son buenas.

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