Cinco fronteras insólitas con historias desconocidas
Viajeros imaginativos
Una vuelta por los confines del planeta
Aunque a todos nos parezca que el mundo está perfectamente delimitado por las fronteras de cada país, puede que nos sorprenda saber que no es así. Hay muchos territorios se encuentran a miles de kilómetros de la madre patria, o que hay lugares que pertenecen a dos países distintos, además las guerras y los desastres naturales han dado lugar a fronteras inusuales dividiendo territorios o perdiendo parte de su extensión.
De todo esto ha escrito Zaran NikoliÄ, en Atlas de fronteras insólitas (geoPlaneta), un libro que nos revela detalles curiosos y extraordinarios que suelen pasar desapercibidos, y que tienen una historia apasionante detrás de tales rarezas. Como muestra un botón, así que os dejamos algunas de las más sorprendentes, aunque en el libro hay muchas más. Esperamos que llame la curiosidad de los viajeros inquietos, pero por ahora, solo podrán imaginárselo, esperemos que pronto puedan volver a explorar el mundo.
Un pueblo español en territorio francés
Empezaremos en España, Llívia, una localidad que se encuentra en el Pirineo oriental, a 1 km de la frontera con España. Se trata de un curioso enclave de España en Francia. El motivo por el cual se encuentra en otro país lo tiene la historia, ya que durante la edad media se le otorgó el título de villa, privilegio concedido por el emperador Carlos V, lo que le permitió seguir siendo un territorio español, a pesar de que el Tratado de los Pirineos de 1659 , España debía entregar a Francia los 33 pueblos del norte de la Cerdanya, pero Llívia, al ser una villa, pudo continuar bajo dominio de la Corona español.
De hecho, hasta 1995, año en el que entró en vigor el Tratado de Schengen, existió una aduana, justo a la entrada en Puigcerdà.
Llívia es una encantadora villa que conserva una antigua farmacia de 1415, considerada la más antigua de Europa. Permaneció abierta hasta 1926, y ahora se ha convertido en un museo.
Una localidad alemana que no pertenece a la Unión Europea
Busingen del Alto Rin (Büsingen am Hochrhein) es un pequeño pueblo alemán rodeado por territorio del cantón suizo de Schaffhausen, separado de Alemania por una franja de tierra de 700 metros de ancho, utiliza los servicios de ambos países para sus necesidades de servicios, y aunque su moneda oficial es el euro, lo cierto es que sus habitantes suelen utilizar el franco suizo.
Fue un territorio austríaco que pasó a manos de Alemania en el siglo XIX. Después de la Primera Guerra Mundial, en 1918, sus habitantes hicieron un referéndum en el que el 96 por ciento pidió la integración a Suiza, pero no fue posible ya que Suiza carecía de un territorio apropiado para intercambiar. Hasta cinco referéndums se ha hecho en los últimos 100 años para ser parte de Suiza. Siempre con el mismo resultado.
Como consecuencia de esta anomalía, este exclave no forma parte de la Unión Europea pues está integrado en el territorio aduanero suizo.
Una isla seis meses española y seis meses francesa
El condominio es una forma de gobierno conjunto de un territorio autónomo entre dos estados, y eso es lo que le ocurre a la isla de los Faisanes . Situada entre Irún y Hendaya, del 1 de febrero hasta el 1 de agosto, el islote pertenece a España y el resto del año, forma parte de Francia. Esto significa que, durante aproximadamente los últimos 350 años, la isla ha cambiado de nacionalidad más de 700 veces.
Se trata del condominio más pequeño del mundo y es fruto del acuerdo firmado con el Tratado de Bayona de 1856. La isla a lo largo de la historia ha sido punto de encuentro neutral entre ambos países ,y donde se han firmado varios acuerdos de paz. En la actualidad está deshabitada y cerrada al público.
Celebrar dos veces Año Nuevo
El río Torne marca la frontera entre Suecia y Finlandia, y su desembocadura se encuentra dos localidades: una finlandesa, Tornio, y otra sueca, Haparanda. Los suecos fundaron Tornio en el siglo XII, en aquella época Finlandia pertenecía a Suecia, hasta principios del siglo XIX que, con el fin de la Guerra finlandesa, se anexionó a Rusia, por lo que la localidad se quedó en el lado ruso, así que los suecos construyeron, en el otro bando, la ciudad de Haparanda. En 1917, Finlandia se declara independiente.
La frontera entre ambas es casi inexistente, sobre todo, desde que ambos países entraron en la Unión Europea. Ambas localidades están unidas por varios puentes, y la vida de sus ciudadanos transcurre en ambos lados. Es tal su conexión que plantean crear el primer municipio internacional de Europa. Lo que es distinto es su diferencia horaria, una hora más en Finlandia , lo que les permite una doble celebración de Año Nuevo, una en cada localidad con solo atravesar un puente.
Necesitaron pasaporte para cruzar la calle
La antigua ciudad de Walk fue fundada por caballeros guerreros alemanes, durante dos siglos fue la sede de la Confederación livonia, un territorio en las costas orientales del mar Báltico , que comprendía las actuales Letonia y Estonia. Tras la Primera Guerra Mundial, ambos países se declararon independientes y Walk estaba en tierra de nadie, una comisión internacional decidió dividirla entre ambos, el 1 de julio de 1920, la mayor parte quedó en territorio estonio, le llaman Valga, mientras que Letonia llamó Valka a su parte, alrededor de ochenta casas dentro de su territorio.
La ciudad permaneció dividida hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética se anexionó las tres Repúblicas Bálticas, ambas partes volvieron a estar unidas hasta 1990, cuando, de nuevo, Estonia y Letonia proclamaron su independencia. De nuevo volvieron a estar separadas por una frontera real, con puntos de control en los que se debía mostrar el pasaporte, pasar de una calle a otra podía significar dos horas de espera.
Con la entrada en la Unión Europea, en 2004, las fronteras desaparecieron, y ambas ciudades vuelven a estar hermanadas.