Recorrido cinematográfico por Almería
Cámara... ¡Acción!
Hay algo especial en su paisaje que desde los años 50 ha atraído a cineastas de todo el mundo
Recomendaciones entre viajeros que te pueden servir para tu próximo viaje.
Puede darse el caso de que un día vayas al cine y salgas deseando conocer el lugar donde ha sucedido la historia. Ciudades, desiertos, montañas o playas, da igual, el asunto es que no recuerdas exactamente cómo era el protagonista, si era suspense o drama, o si la historia acaba bien o mal, porque lo que te ha enganchado verdaderamente ha sido el encantador pueblecito o el imponente valle en el que se desarrollaban los hechos. Y rápidamente te dirás: quiero ir a ese lugar sea como sea.
Así empiezan muchos viajes, viendo una película cualquiera. En los años 50 y 60, la provincia de Almería fue uno de esos lugares que, sin que lo supiéramos, servía de decorado en grandes películas como la mítica superproducción Cleopatra con Elizabeth Taylor o el western El bueno, el feo y el malo, donde Clint Eastwood empezaba a hacer de las suyas.
Veíamos esas historias y pensábamos que los paisajes eran producto de la ficción y que no existían
Veíamos esas historias y pensábamos que aquellos paisajes pertenecían a un continente lejano, extremo, probablemente inaccesible, o incluso que eran producto de la ficción y que no existían. Pero sí, eran reales, y los teníamos aquí al lado; para ser precisos, al sureste de la península Ibérica, donde la protagonista principal siempre es Almería.
Clint Eastwood en el desierto de Tabernas
Si existe una localización recurrente en la historia del cine, esa es el desierto almeriense de Tabernas. Definitivamente puede que sea uno de los paisajes de nuestro planeta que mejor imitan al Lejano Oeste. Si pusiéramos una imagen del desierto de Sonora o de las alargadas planicies de Arizona al lado de Tabernas, pocos sabríamos decir cuál es cuál. De hecho, Tabernas es el único desierto de Europa. Tal cual. Es verdad que hay muchas otras zonas extremadamente áridas en nuestro continente, pero declarado técnicamente como desierto solo existe el paraje natural desierto de Tabernas.
Puedes llegar hasta allí fácilmente si te diriges a unos 30 kilómetros al norte de la ciudad de Almería, entre las sierras de Filabres y Alhamilla. Se trata de un paraje lunar excepcional. Ramblas secas, torrenteras, cañones o meandros, todo salpicado de arbustos, matas y una gran cantidad de especies raras. El sol es justiciero en esa zona y el agua cae a cuentagotas. Durante los años 60 y 70, en este paisaje se rodaron más de 300 westerns, entre los que destacan El bueno, el feo y el malo (1966), La muerte tenía un precio (1965) o Por un puñado de dólares (1964), en las que el actor Clint Eastwood brillaba con luz propia y el cineasta Sergio Leone se convirtió en el maestro del spaghetti westerns.
Lawrence de Arabia entre las dunas de Cabo de Gata
No podemos hablar de paisajes de Almería y olvidarnos de esta mítica y épica película del director David Lean. En realidad, es la película del desierto por derecho propio. Se lo ha ganado con sus formidables secuencias y una fotografía excepcional. Dicen que se puede visualizar sin diálogos y se entiende incluso mejor. Se trata de una obra maestra de más de tres horas de duración pero que te mantienen pegado a la pantalla de principio a fin. Lawrence de Arabia (1962) se rodó en varias localizaciones, entre las cuales destacan Sevilla, Marruecos o el Wadi Rum en Jordania. Sin embargo, me gustaría destacar las fabulosas imágenes de las dunas del Cabo de Gata .
En la producción de Lawrence de Arabia (por cierto, muchos almerienses la acabaron llamando Lawrence de Almería) todo era a lo grande. Se llegaron a adquirir 700 caballos o 159 camellos y a construir 300 casas de ladrillos para simular la ciudad de Aqaba. No escatimaban en presupuesto. Un ejemplo es la utilización de la gran llanura de dunas que hay entre El Toyo y San Miguel de Salinas, en el extremo oeste del parque, donde se rodó la escena de la voladura del tren turco. Se compraron dos locomotoras y varios vagones para hacerlos saltar por los aires con dinamita, sin piedra ni cartón. Fue una toma única. Para evitar errores, se filmó con siete cámaras. También, entre Torre García y la barriada de Cabo de Gata, se llevó a cabo la escena en la que Peter O’Toole (el actor que encarnó a Lawrence) detiene un tren enemigo cargado de caballos y Anthony Quinn escoge el mejor para él
Indiana Jones en la playa de Mónsul
No hace falta hablar demasiado de las extraordinarias virtudes paisajísticas del parque natural de Cabo de Gata-Níjar. Es un espectáculo de sobra conocido. La naturaleza salvaje en estado puro. Montañas peladas, formaciones rocosas de gran belleza, dunas fósiles, faros perdidos, iglesias, cortijos... Seguramente por esos motivos se fijaron los localizadores y cineastas americanos. Spielberg, uno de los más grandes, fue uno de ellos. Su gran obra maestra del cine de aventuras, Indiana Jones y la Última Cruzada (1989) (la tercera parte de la saga) es un formidable ejemplo.
No hay duda de que todas las playas de Cabo de Gata merecen un chapuzón. Todas son pequeños paraísos, oasis cristalinos en medio de la aridez. Las finas arenas de sus orillas son bañadas por tranquilas aguas de tonos aturquesados. La cala de San Pedro, los Muertos, el Playazo o la playa del Agua Amarga son las más recomendables. Sin embargo, solo en una de ellas, en la famosísima playa de Mónsul de San José -la siguiente a la de los Genoveses- los actores Harrison Ford y Sean Connery derribaron un avión nazi asustando a unas gaviotas que, al alzar el vuelo, se estrellaron contra la cabina del piloto.
John Lennon en el Cortijo Romero y el Delfín Verde
Sí, estamos hablando de uno de los miembros de la mítica banda de The Beatles. Y sí, estuvo viviendo allí durante el otoño del año 1966 para protagonizar How I won the war , una sátira de las películas bélicas dirigida por Richard Lester. Y en esa estancia, por cierto, compuso la maravillosa: Strawberry Fields Forever. La cuestión es que estuvo en Almería y conoció varios de sus deliciosos rincones. Hay muchos lugares que mencionan la presencia de Lennon en su entrada. Sin embargo, hubo dos sitios en los que se alojó y que todavía se mantienen en pie. En el hostal Delfín Verde estuvo las primeras semanas para luego acomodarse en la casona tradicional el Cortijo Romero.
Dicen que daba largos paseos, guitarra en mano, por los alrededores de Almería. También aseguran que durante su estancia en el cortijo, en los huertos del mismo, o la playa del Zapillo al atardecer debió de ser lo que le recordó a su Liverpool natal y le inspiró para crear la canción Strawberry Fields Forever. Hoy se puede recordar al insigne cantante en la Rambla de Almería, donde se erige una estatua en tamaño real tocando su inseparable guitarra.
Moisés y la Madre de Dragones en El Chorrillo
Tras un olvido que duró unos cuantos años, concretamente un cuarto de siglo después de que se marchará Indiana Jones, aterrizó de nuevo en Almería el titánico cine hollywodiense. Fue con la película Exodus, Dioses y Reyes (2014), dirigida por Ridley Scott (el de Blade Runner entre otros éxitos) y protagonizada por Christian Bale, que encarnaba al personaje bíblico de Moisés. El argumento, de sobra conocido, cuenta la historia del éxodo del pueblo israelita de Egipto. Uno de los escenarios más carismáticos de este rodaje fue el paraje de El Chorrillo, en el municipio de Pechina. Allí se grabaron hasta cinco espacios distintos, entre los que destaca la plaza de la ciudad en la que Ramsés se dirige a los hebreos amenazándoles con matar en la horca a una familia cada día hasta que le entreguen a Moisés. Es un lugar ideal si se busca recrear un paisaje de Oriente Medio, arido, fantasmagórico y exótico al mismo tiempo.
El Chorrillo está relativamente cerca de Almería ciudad -a unos 15 kilómetros- y antiguamente circulaba un tren que trasladaba el hierro de las minas de Sierra Alhamilla hasta la ciudad. Su aspecto puramente oriental -enormes esplanadas, senderos con palmeras o dunas de arena dorada- ha atraído a series como la exitosa Juego de Tronos , que lo transformó en el poblado de Vaes Dothrak, territorio de los Dothraki, donde mantienen cautiva a la Khaleesi -en la temporada- y donde la Madre de Dragones surge de las llamas endiosada.
Jack Nicholson en Vera
De todos los títulos que hemos seleccionado, posiblemente este sea el más desconocido para la mayoría: El reportero (Professione: reporter, 1975). Fue una cinta coproducida por España, Italia, Francia y Estados Unidos, dirigida por el maestro Michelangelo Antonioni -Oscar honorífico en 1995- e interpretada por el gran Jack Nicholson. A lo largo de la historia se visualizan diversos escenarios de Almería como el paseo de la ciudad, Aguadulce, Rioja o Retamar. Pero en este caso, nos centraremos en la población de Vera.
Para el que no lo sepa, Vera es una entrañable población a orillas del Mediterráneo y a unos escasos 90 kilómetros de la capital. El director italiano parece que se fijó en su plaza de toros, la más antigua de la provincia (1879), para crear una de las secuencias más singulares y enigmáticas que se han visto nunca: un plano secuencia de casi siete minutos que se ha colado en la historia del cine.