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Entre almendros, viñedos y arte rupestre

Con encanto

La Conca de Barberà es una comarca de leyendas, pueblos medievales y mucha historia

Olivos y mucha viña en la Conca de Barberà

Xavier Cervera

Febrero es tiempo de almendros floridos y de anhelo de primavera en pleno invierno. En la Conca de Barberà se puede disfrutar de todo un poco entre la serenidad de los campos de trigo y cebada, y los pueblos con encanto muy poco conocidos.

Se encuentra en el interior de la Costa Daurada, y sus enclaves más visitados son los monasterios de la Ruta del Císter, como Poblet y la ciudad medieval de Montblanc, que es la capital de la comarca. Pero aparte de estas estrellas hay muchos otros astros en el firmamento de la Conca.

Monasterio de Santa María de Poblet

Marc Arias

Los pequeños pueblos de esta zona tienen la magia de lo auténtico, y desde antaño se dedican a una agricultura típicamente de secano y a los viñedos. En verano, los campos de cereal forman auténticos mares de olas de color verde rodeados por olivos. En invierno, el blanco de los almendros en flor contrasta con el pardo de las montañas y los edificios. Cualquier época es buena para descubrir la belleza de esta comarca.

Pueblos medievales

Algunos de los pueblos medievales más destacados son: Conesa, Forès, Rocafort de Queralt y Santa Coloma de Queralt, entre otros. Cada uno posee suficientes atractivos para ser visitados.

Conesa mantiene perfectamente su perímetro circular de muralla defensiva con dos portales de acceso. La iglesia de Santa María y el antiguo horno de pan, ambos del siglo XIV, son algunos de los lugares más destacados, así como el castillo que coronaba el conjunto medieval.

Vista desde el castillo de Forès, Conca de Barberà

MARIA ROSA FERRE - Flickr

El pueblo de Forès es conocido como ‘el mirador de la Conca’, ya que su situación geográfica, a más de 800 metros de altitud, ofrece una impresionante panorámica de toda la comarca. La iglesia románica y gótica de Sant Miquel tiene, entre otras curiosidades, una entrada para las mujeres y otra para los hombres, y contiene una reproducción gótica de una imagen policromada de la Virgen.

Destaca en Santa Coloma de Queralt su plaza Mayor porticada. Conserva varios frentes góticos para entrar en su núcleo histórico, así como el castillo del siglo X, la iglesia gótica de Santa María y la iglesia de Santa María de Bell-lloc declarada monumento histórico artístico . El visitante puede recorrer las estrechas calles del ‘call’ judío y visitar la antigua tienda de Cal Jaume Punto, una tienda de alimentos, cerería y confitería del siglo XIX, que actualmente es un museo.

Plaza porticada en Santa Coloma de Queralt, Conca de Barberà

MARIA ROSA FERRE -Flickr

Desde todos los pueblos salen numerosas rutas para explorar los alrededores tanto a pie como en bicicleta. Y a lo largo del año se celebran numerosas fiestas y ferias culturales, como la fiesta de la Vendimia en l’Espluga de Francolí en agosto, o en abril la Semana Medieval de Montblanc.

Vino y modernismo

El viajero también puede buscar las huellas del modernismo en alguna de sus bodegas, declaradas bien cultural de interés nacional. Además, los amantes del vino pueden recorrer algunas de las explotaciones de la zona, pasear entre los viñedos y degustar excelentes caldos con denominación de origen.

Sarral se considera el corazón vinícola y artesano de la zona. Su bodega es impresionante, fue construida en 1914, por Pere Domènech i Roura. Actualmente es una de las cooperativas más dinámicas en el sector. Cuenta también con el Museo del Alabastro que lleva al visitante por un recorrido de este oficio desde que se abriera el primer taller, en 1917, hasta nuestros días. Allí se puede ver trabajar al maestro artesano que regenta el museo.

Bodega de Sarral, Conca de Barberà

By Jbarberà vía Wikimedia Commons

En Rocafort de Queralt, la cooperativa modernista fue construida por el arquitecto César Martinell, discípulo de Gaudí, y es conocida como ‘la catedral del vino’ por sus magníficos vinos y cavas. En su interior se pueden ver los arcos parabólicos gaudinianos utilizados para crear un espacio amplio y diáfano. Destacan, en la población, el castillo y la iglesia de San Salvador de estilo barroco tardío.

En Barberà de la Conca, que da nombre a la comarca, se abrió la primera bodega cooperativa de toda España. El edificio construido entre los años 1919 y 1921, y contiene elementos modernistas también del arquitecto César Martinell.

Bodega cooperativa modernista en Barberà de la Conca

MARIA ROSA FERRE vía Wikimedia Commons

Turismo y museos

L’Espluga de Francolí es el centro turístico de la comarca y ofrece múltiples actividades para todos. Además de un núcleo medieval en el que se pueden ver la iglesia vieja de San Miguel, del siglo XIII, y el antiguo hospital de los siglos XV y XVI, se puede realizar la Ruta de los templeros y hospitalario para revivir el pasado medieval de la villa.

Museo de la Fassina Balanyà de l'Espluga de Francolí, Conca de Barberà

Wikimedia Commons

También aglutina varios museos, el Museo de la Vida Rural que muestra la evolución de la vida campesina, el Museo del Vino situado en el interior de la bodega modernista del arquitecto Pere Domènech i Roura, y el Museo Fassina Balanyà, una antigua destilería de aguardiente.

Arte rupestre

Uno de los atractivos más destacados es Les Coves de l’Espluga, un museo de geología y de la historia de la evolución humana dentro de una de las cavernas más largas del mundo. Al estar formada por roca de conglomerado, se ha conservado a lo largo de los siglos. Por buena parte de esas galerías todavía pasa un curso de aguas subterráneas que afloran al exterior por la Font Major, punto de nacimiento del río Francolí.

Les Coves de l’Espluga en la Conca de Barberà

Patronato Municipal de la Cueva Museo de la Font Major

Desde que se descubrió, en los años 50, y hasta la actualidad, continúan los hallazgos arqueológicos que permiten confirmar que, en la cueva, han habitado humanos desde el paleolítico y se han hallado restos que hacen pensar que vivieron miembros de la comunidad de los neandertales. El neolítico, la edad de bronce, los íberos y los romanos también forman parte de la historia de la cueva.

En octubre de 2019 se hizo un descubrimiento único: se encontró un santuario paleolítico con más 100 grabados que datan de hace 15.000 años. Son representaciones figurativas de animales, sobre todo caballos, bueyes y ciervos, y también hay símbolos abstractos. Por su número y estado de conservación, son un hallazgo de máxima importancia.

Molinos de viento

Y como contraste con el pasado, la comarca está repleta de modernos molinos de viento que proporcionan energía eólica. Aunque al principio hubo cierta polémica por el impacto que las grandes estructuras tienen sobre el paisaje, pero con el paso de los años, han llegado a integrarse en el paisaje.

Molinos de viento en el paisaje de la Conca de Barberà

Maria Rosa Ferre

En cualquier caso, también se pueden visitar históricos molinos de harina y de aceite que se encuentran repartidos por diversas localidades. Son de origen medieval y proporcionan un buen contrapunto a la vanguardia eólica actual.

Conca de Barberà

Pueblos con encanto muy poco conocidos