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Valonia, la Bélgica desconocida

Escapada

La región francófona está salpicada de castillos medievales, bosques y ciudades y pueblos históricos repletos de encanto

El saxofón está presente en todos los rincones de Dinant

Flavio Vallenari / Getty Images

Es probable que más de un lector que se disponga a ojear este artículo considere que el título resulta típico y tópico. Sin embargo, en esta ocasión, coincidirán con nosotros en afirmar que se trata de un aseveración fundamentada. Y es que, a pesar de que Bruselas, la capital europea, se encuentre en Bélgica, buena parte del país resulta prácticamente desconocida por una gran mayoría de los turistas españoles.

Gante, Brujas, Amberes y, en menor medida, Lovaina y Malinas son ciudades belgas populares, pero con una característica común: todas ellas pertenecen a Flandes. Sin embargo, ¿conoces alguna ciudad de Valonia, una de las otras dos regiones del país (la tercera es Bruselas)? ¿Sabes cuál es su capital? ¿Serías capaz de situarla en el mapa? Si tus respuestas, o alguna de ellas, es no, no te pierdas el siguiente artículo.

Castillo de Gaasbeek, a sólo 15 kilómetros de Bruselas

Andrew Hardy / Getty Images

Algunos datos básicos

Situada al sur de Flandes y Bruselas, Valonia es una región francófona salpicada de castillos medievales, bosques y pueblos y ciudades históricos repletos de encanto, ideal para una escapada de fin de semana. El aeropuerto de Charleroi -considerado el segundo aeródromo de la capital belga, de la que lo separan algo más de 50 kilómetros-, se encuentra precisamente en tierras valonas, por lo que la oferta de vuelos de bajo coste desde aeropuertos españoles es ciertamente interesante.

Si quieres conocer el lugar, lo más recomendable es optar por un vehículo de alquiler, una fórmula que permite recorrer la zona con paradas al gusto del consumidor, sin un plan excesivamente establecido más allá de algunos lugares que, por su atractivo, requieren una visita obligada. Por el alojamiento no hay que preocuparse, existe una interesante oferta, en la que destacan casas de campo y pequeños establecimientos de lo más acogedor.

Vista aérea del mercado y el río Semois, a su paso por Bouillon

compuinfoto / Getty Images

Nuestra propuesta parte de Charleroi o Bruselas, y continúa por Mons, Tournai, Namur, Dinant, Bouillon, y finaliza en Lieja. A su paso, la música, la arquitectura medieval, los vestigios de guerras históricas y las incursiones en la naturaleza se sucederán, de sorpresa en sorpresa.

Mons

Hace apenas cuatro años, esta pequeña joya medieval que no alcanza los 100.000 habitantes, salió del anonimato al ostentar la capitalidad cultural europea de 2015, un galardón en su día compartido con la localidad checa de Pilsen. El título supuso toda una renovación para Mons, situándola en el mapa turístico del Viejo Continente, y convirtiéndola en una urbe más atractiva, si cabe.

Una de sus perlas es el Ayuntamiento, una elegante construcción neogótica que preside la Grand Place. Rodeada de empinadas callejuelas adoquinadas, la mayoría de ellas peatonales, es, sin duda, una de las plazas más bonitas de Valonia.

Grand Place de Mons, con el Ayuntamiento en primer plano

NAPA74 / Getty Images/iStockphoto

Sin embargo, el auténtico símbolo de la ciudad es la atalaya -conocida popularmente como catiau- un campanario barroco de 87 metros de altura, desde el que aprecian fantásticas vistas sobre la ciudad. La colegiata de Sainte Waudru o la Casa de la Prensa, un edificio de estilo español, son también dos visitas imprescindibles.

Tournai

Tournai será el siguiente destino. La localidad puede presumir de tener uno de los 56 campanarios declarados patrimonio de la humanidad de la región -construido en el siglo XII-, un reconocimiento que también tiene la catedral de Notre-Dame.

Los alrededores de la plaza Mayor forman un conjunto de gran belleza, con el Beffroi como telón de fondo. Pasear por la zona mientra escuchamos la melodía que ofrece cada cuarto de hora su centenario carillón resulta una experiencia relajante.

Un grupo de niños juegan en una fuente de Tournai, con la campanario al fondo

arssecreta / Getty Images

Namur

Conducimos sobre nuestros pasos hasta llegar a Namur, la capital de la región, una bonita ciudad universitaria junto al río Mosa que rebosa vitalidad. La localidad acoge durante todo el año un sinfín de actividades culturales, entre las que sobresalen por su renombre el Festival Internacional de Cine Francófono, que este 2019 se celebra entre el 27 septiembre y el 4 octubre.

La ciudadela es el gran símbolo de Namur, una construcción defensiva que ha ejercido durante siglos de vigía frente a los ataques enemigos. Tras visitarla se impone dejarse perder por el casco antiguo y rendirse a la tentación de alguna de sus numerosas cervecerías. Y es que la cerveza es uno de los productos más destacados del patrimonio gastronómico belga.

Una calle del centro de Namur, la capital de Valonia

lbarro11 / Getty Images/iStockphoto

Dinant

Alrededor de 30 kilómetros separan Namur de Dinant, otra pequeña ciudad -o un gran pueblo, según se mire- ligada como pocas a la música. Y es que en ella nació Adolphe Sax, el inventor del saxofón. Su relación con este instrumento es perceptible en cualquier rincón, a través de esculturas y actividades que hacen las delicias sobre todo de los amantes del jazz.

Encajonada entre dos montes rocosos, ofrece muchos atractivos a los visitantes en forma de cuevas, castillos y edificaciones históricas. Ascender hasta su ciudadela -a pie o en teleférico-, nos permitirá contemplarla, recorrerla y disfrutar de buenas vistas, para, a su regreso descubrir sus otras maravillas a orillas del Mosa: la colegiata de Notre-Dame, con sus vidrieras del siglo XV, o la abadía de Notre-Dame de Leffe, y experimentar con el sonido en la Maison de la Patphonie, un interesante museo interactivo.

Dinant, a orillas del río Mosa

Freeartist / Getty Images/iStockphoto

Bouillon

Seguimos nuestro recorrido hasta llegar a Bouillon, la localidad situada más al sur de nuestro periplo. Aquí, en pleno corazón de las Ardenas, podremos apreciar una de las fortalezas feudales medievales más impresionantes de Europa. Rodeada de leyendas, fue hogar de Godofredo de Bouillon y vendida para sufragar la primera cruzada.

Se impone recorrer salones, galerías, torres de vigía, corredores, mazmorras y, por supuesto, su patio de armas, donde suelen organizarse espectáculos que hacen las delicias de los más pequeños.

Castillo medieval de Bouillon

kruwt / Getty Images

Lieja

La última ciudad que te recomendamos -aunque podríamos añadir muchas más- es Lieja, situada 150 kilómetros al norte de Bouillon, y a sólo 35 kilómetros de Maastricht, en los Países Bajos. A pesar de que tiene sus orígenes en la edad media, Lieja es moderna y repleta de edificios actuales, entre los que te sorprenderá la estación de tren de Liège-Guillemin, obra del arquitecto español Santiago Calatrava.

La capital de las Ardenas, una ciudad estudiantil con gran ambiente universitario, ha sido con frecuencia olvidada -injustamente- por los tours turísticos, pero lo cierto es que visitarla sorprenderá a más de uno. Un paseo por el centro histórico, conocido como Hors-Château, por la plaza del mercado, las laderas de la ciudadela, la colegiata de Saint-Barthélemy o la catedral de Saint-Paul no te defraudará. ¡Seguro!

Estación futurista de Lieja

Bim / Getty Images/iStockphoto

Valonia, escenario bélico

No queríamos terminar este artículo sin pasear por algunos escenarios bélicos de Valonia, un complemento adicional para aquellos viajeros interesados en la historia europea de los siglos XIX y XX. Y es que la región rinde homenaje a la memoria histórica de dos importantes contiendas estrechamente ligadas a su pasado: la Segunda Guerra Mundial (1939–1945) y la batalla de Waterloo (1815).

En el pueblo de Bruly-de-Pesche, a sólo 10 kilómetros de la frontera francesa, todavía se conserva el “escondite de Hitler”, un búnker entre árboles, en el que el dictador alemán se refugió en 1940. Conocido también como Ravin du Loup o Wolfsschlucht, este escondrijo permite hoy seguir los movimientos de Hitler y sus escuadrones en el frente occidental. Además de poder ser visitado, también es posible recorrer los paneles de la zona que explican el paso de las tropas nazis entre el 6 y el 28 de junio de 1940.

Algo más al este, en la localidad de La Roche-en-Ardenne, encontramos el Museo de la Batalla de las Ardenas, el único centro dedicado a la última gran ofensiva de Alemania en la Segunda Guerra Mundial y una de las campañas más sangrientas. En sus 1.500 m2 se muestran uniformes, armamento, objetos personales, vehículos y distinto material recogido en el campo de batalla.

Museo de la la Batalla de las Ardenas, en la localidad de La Roche-en-Ardenne

OLIVIER LEGARDIEN / Turismo de Valonia

A pocos kilómetros de Bruselas, en Waterloo, está uno de los puntos que recibe mayor número de visitantes de toda Valonia: la Colina del León, en cuya cima reposa una estatua que simboliza la victoria del duque de Wellington y las tropas aliadas frente a Napoleón, en 1815. Para llegar a lo más alto hay que superar 226 peldaños. El conjunto construido alrededor de este momento épico: el “Memorial 1815”, incluye estatuas de ambos líderes y una oferta multimedia que permite revivir la batalla de Waterloo en 3D. Un buen final, para un gran viaje.

La Colina del León alberga la emblemática estatua, símbolo de la Victoria del Duque de Wellington

Michel Clinckemaille / Turismo de Valonia
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