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Esta es la Capital del Turismo Rural de 2019

Pueblos

Los viajeros han elegido Santillana del Mar como la localidad española más atractiva para una escapada alejada de la gran ciudad

Santillana del Mar (Cantabria)

Iván Jesús Cruz Civieta / Getty Images/iStockphoto

Con frecuencia aparece destacada en los listados de los pueblos más bonitos de España, y es que esta bonita villa medieval de calles empedradas sorprende a los viajeros no sólo por su belleza, sino también por su patrimonio histórico. Nos referimos a Santillana del Mar, una rincón cántabro que acaba de ser reconocido por los viajeros como la Capital del Turismo Rural de 2019.

El pueblo se ha impuesto a otros nueve finalistas elegidos entre 215 candidaturas de 15 comunidades autónomas, en la tercera edición del concurso que anualmente organiza el portal turístico Escapadarural.com con un objetivo: encontrar la localidad más atractiva para una escapada alejada de la gran ciudad.

Y es que son muchos los viajeros que huyen de las aglomeraciones y buscan refugiarse en lugares tranquilos, sin necesidad de cruzar la frontera. En este tipo de destinos rurales de proximidad encuentran aire puro, gastronomía tradicional y alojamientos con encanto, algunos de los atractivos más valorados.

Santillana del Mar, que toma el relevo de Aínsa -coronada el año pasado-, se ha impuesto, por este ordren, a Cangas del Narcea (Asturias), que ha quedado en segunda aposición; Parada de Sil (Galicia); Setenil de las Bodegas (Andalucía); Trujillo (Extremadura); Navaluenga (Castilla y León); Montblanc (Catalunya); Buñol (Comunidad Valenciana); La Hiruela (Madrid), y Almagro (Castilla-La Mancha).

A Santillana se la conoce paseando por sus calles flanqueadas de robustas construcciones de piedra medievales

Conocida como la Villa de las tres mentiras -el dicho recuerda que no es santa, ni llana, ni tiene mar-, cuenta con poco más de 4.000 habitantes. Su situación privilegiada entre prados y colinas -se encuentra a escasos kilómetros de la costa y a 30 minutos de Santander- la convierte en un buen lugar para detenerse y en un atractivo punto de partida para descubrir la comunidad antes de adentrarse en los Picos de Europa. Y es que, a pesar de su tamaño, el forastero tiene una buena oferta de alojamientos donde pasar la noche: 43 posadas cántabras y ocho casas rurales.

A Santillana se la conoce paseando por sus calles flanqueadas de robustas construcciones de piedra medievales, palacios señoriales, casas de hidalgos y torres centenarias. Requiere un mención especial la bella colegiata de Santa Juliana -el monumento más representativo del románico de la región- una edificación del siglo XI-XII, cuyo claustro es una auténtica maravilla.

Colegiata de santa Juliana, Santillana del Mar

Vilches / Getty Images

A solo dos kilómetros del centro, se esconde la cueva de Altamira, uno de los grandes tesoros del arte prehistórico europeo, declarada patrimonio de la humanidad. Aunque la “capilla sixtina” del arte rupestre no puede ser visitada por el gran público (se llevan a cabo incursiones de carácter exclusivo en contadas ocasiones), existe una réplica que atrae a turistas de todo el mundo.

Una buena forma de completar el viaje es aprovechar la ocasión para degustar algunas de las especialidades gastronómicas más típicas de la zona. Platos de carne, de caza y de mar, con los mariscos, lubinas y merluza como protagonistas; quesadas pasiegas, sobaos y leche fría y, por supuesto, un buen vino de la tierra... ¡ y un orujo!

Detalle de una réplica de las pinturas de la cueva de Altamira

JESUSDEFUENSANTA / Getty Images/iStockphoto