La adolescencia no tiene que ver con la edad, sino con la inadaptación a la mediocridad de los adultos. Así se desprende de esta película agridulce, cuyos tres protagonistas descubren que los mayores a veces no tienen razón, con frecuencia son mezquinos, y tras su autoridad moral se agazapa el monopolio del uso de la fuerza. Llevados a un límite, resuelven las discrepancias soltando guantazos que son su última palabra. El relato se ambienta en la España de 1966, una sociedad plomiza y muy jerárquica.
Antonio Sanromán (Javier Cámara) es un adolescente cuarentón que vive solo, da clases de inglés en un colegio religioso de Albacete y utiliza las letras de las canciones de The Beatles para interesar a sus alumnos por la materia. Tiene un problema: los discos del grupo no incluyen dichos textos, y a menudo sufre para desbrozarlos con la ayuda de un magnetofón. Sabedor de que John Lennon rueda una película en Almería, pide un coche prestado y se echa a la carretera para implorar esa inclusión al músico, en beneficio de sus muchos seguidores no anglófonos.
Belén (Natalia de Molina) es una adolescente con veintiún años y un problema muy grave: es soltera y espera un hijo. Su madre la ha enviado a una institución donde la cuidan y ocultan mientras avanza el embarazo. Pasado este, se quedarán el bebé y lo entregarán (venderán) a parejas adineradas pero estériles. La muchacha duda de esa solución. Finalmente decide volver a su Málaga natal para discutir el tema con su madre.
Juanjo (Francesc Colomer) es un adolescente madrileño con dieciséis años y el pelo bastante largo para la época. Su padre, policía nacional, le indica que se lo corte, pero él se niega. Un bofetón zanja el desacuerdo, pero no soluciona el problema: el chico se fuga para salvar su dignidad, encarnada en la melena.
‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ se rodó en escenarios almerienses
La carretera y el autostop los juntan. Al principio, los dos pasajeros miran con recelo a su anfitrión, pero pronto perciben que solo es un tipo parlanchín, extravagante y bien intencionado, quizás un poco necesitado de afecto. Juntos llegan a la costa de Almería, donde Antonio pretende transmitir su petición a Lennon. Los demás, aunque escépticos, lo apoyan en sus planes y maquinaciones para aproximarse al músico. Diversos personajes secundarios se suman a la trama.
La narración se concentra en un escueto fin de semana, pero el espectador ve cómo los protagonistas cambian y crecen ante sus ojos, después de descubrir los matices de la desgracia, de la violencia, de los afectos... Uno de ellos concluye que la vida es, a la vez, alegre y melancólica. Como la misma película.
Esta se basa en dos hechos reales. El primero es que, efectivamente, John Lennon participó en el rodaje de un film en Almería durante 1966. Se tituló Cómo gané la guerra y lo dirigió Richard Lester. En aquel momento, el músico atravesaba una crisis existencial y exploraba la posibilidad de desviar su carrera hacia la interpretación y el cine.
Asimismo, hubo un profesor español de inglés que viajó a Almería para pedirle a Lennon que incluyera las letras de las canciones en las carátulas de los discos. Su nombre auténtico es Juan Carrión Gañán y regentaba una academia de idiomas en Cartagena. Al músico le encantó que los niños aprendieran inglés con sus letras y le aseguró a Carrión que el siguiente álbum de The Beatles ya las incluiría. Fue el mítico Sergeant Pepper y llevó los textos en la contracubierta. También los seis trabajos siguientes que The Beatles publicaron antes de su disolución en 1970.
Vivir es fácil con los ojos cerrados se rodó en escenarios almerienses. El pueblo que los tres antihéroes eligen como base de operaciones es La Almadraba de Monteleva, un pequeño vecindario con una treintena de habitantes, dentro del parque natural del Cabo de Gata-Níjar.
Muchos de sus desplazamientos en pos de Lennon discurrieron por el paraje natural del desierto de Tabernas, escenario de cientos de producciones, algunas tan dispares como Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963), Viajes con mi tía (George Cukor, 1972) o Las aventuras del barón de Munchausen (Terry Gilliam, 1988).
La película recibió seis premios Goya, incluidos los que señalan la mejor película, el mejor guión y el mejor actor protagonista. El profesor jubilado Juan Carrión Gañán, ya octogenario, acompañó a David Trueba durante la recogida del premio a la mejor película.
Ficha técnica
Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013)
Dirección: David Trueba
Guión: David Trueba
Fotografía: Daniel Vilar
Música: Pat Metheny
Productora: Canal+ España / Fernando Trueba Producciones Cinematográficas / Televisión Española (TVE)
Reparto: Javier Cámara, Natalia de Molina, Francesc Colomer, Ramon Fontseré, Jorge Sanz, Ariadna Gil, Rogelio Fernández
Duración: 108 minutos