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Los tesoros de Ciudad Rodrigo

Conjunto histórico artístico

La localidad posee tres títulos históricos, ciudad antigua, noble y leal

Ciudad Rodrigo, Salamanca

SOMATUSCANI / Getty Images/iStockphoto

En un viaje de Portugal a Salamanca, más por suerte y casualidad que por planificación, tuve la alegría de descubrir una población castellana que goza de una gran fama. Sobre un escarpe de la ribera del río Águeda, en Castilla y León, se encuentra Ciudad Rodrigo. Esta ciudad y su comarca tienen ese “algo especial” de las tierras fronterizas y zonas de paso, esa mezcla de muchos pueblos y culturas que confiere a la ciudad un carácter único.

Aunque, como si de una moneda se tratara (una vez has encontrado la cara, le das la vuelta y hallas la cruz), estas tierras habitadas desde el neolítico y pobladas, posteriormente, por los celtas y los romanos han sido escenario de múltiples disputas.

Una de las puertas de entrada a la parte vieja de Ciudad Rodrigo, Salamanca

Walimai.photo-Flickr

Estos períodos de decadencia, al contrario de lo que podamos pensar, han mantenido Ciudad Rodrigo en una especie de suspensión temporal, lo que ha permitido que se conserven en muy buen estado todas sus edificaciones. El resultado es una maravilla que empezó a forjarse en el siglo XII, tras la colocación de la primera piedra que levantaría su gran muralla y nos dejaría como legado, tras sus muros, muchos más tesoros de los que uno se pueda imaginar.

Fruto de su historia, hoy podemos disfrutar de un casco histórico precioso y de una multiplicidad de construcciones renacentistas y barrocas. Sin duda, lo mejor es perderse y dejarse sorprender por las numerosas edificaciones que forman parte de este gran conjunto histórico.

Quien se pierde, encuentra

Esta villa salmantina tuvo durante siglos una gran importancia estratégica, por lo que se construyeron numerosos edificios defensivos. Aunque quizá el conjunto monumental más importante lo constituyan el foso y la muralla, todavía hoy se pueden ver restos de cañones, puertas y otros elementos muy bien conservados, como, por ejemplo, las fortificaciones en forma de estrella.

La catedral dedicada a Nuestra Señora Santa María, Ciudad Rodrigo, Salamanca

DoloresGiraldez / Getty Images/iStockphoto

Accedemos al interior por una de las numerosas puertas que hay en la muralla de la ciudad, conocida como Amayuelas, porque a su lado se levanta el palacio de los Condes, que tienen dicho apellido. Tras dar unos pasos, nos encontramos una plaza y la catedral dedicada a Nuestra Señora Santa María.

Este bello templo pertenece al llamado Grupo de Salamanca, que, junto a la catedral vieja de Salamanca, la colegiata de Toro y la catedral de Zamora, se distingue por un estilo único en el mundo. Orientado hacia el este, es de estilo románico y gótico, aunque también tiene elementos posteriores. Sede episcopal de la diócesis de Ciudad Rodrigo, tiene un altar, un coro, un campanario y un museo catedralicio de gran valor cultural.

Los tesoros de la ciudad

Dejando la catedral atrás y callejeando llegamos a la plaza del Buen Alcalde, que cada martes acoge un mercado de frutas y verduras locales. Preside el entorno de inspiración andaluza una bonita fuente romántica de finales del siglo XIX. Seguimos andando y atravesamos las calles empedradas, salpicadas de múltiples negocios, hasta que hallamos la plaza Mayor.

Aquí es donde se celebra la fiesta de la Charrada, declarada de Interés Turístico Regional. Entre sus múltiples edificios destacan la casa del Primer Marqués de Cerralbo y el Ayuntamiento, una joya del estilo renacentista castellano con dos hermosas arcadas.

Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo, Salamanca

Mr.Tickle-Wikimedia Commons

El choque visual está asegurado: los colores ocres, la luz, la extensión de la plaza, los edificios... Quedamos engullidos por la sensación de estar paseando por una fotografía antigua. Además, en esta plaza hay restaurantes, tiendas de souvenirs y un vaivén constante de gente, detalles que nos hacen despertar y transportarnos a la actualidad.

Desde allí podemos encontrar otras interesantes construcciones, como la Tercera Orden, el palacio de la Antigua Audiencia, la capilla de Cerralbo, el palacio de los Águila, el hospital de la Pasión y la iglesia de San Agustín, entre otras. El cogollo histórico da para un paseo denso, pero es de vital importancia incluir el rodeo completo a las murallas por su camino de ronda. Y así, como quien no quiere la cosa, encontraremos uno de los lugares más bellos de la localidad: la plaza del Castillo de Enrique II de Trastámara.

Garita en la muralla de Ciudad Rodrigo, Salamanca

De Mr. Tickle - Wikimedia Commons

A vista de águila

El castillo, reconstruido en estilo leonés, está asentado sobre una fortaleza anterior. Más tarde se añadió la torre del Homenaje, con pequeñas estancias palaciegas. En la actualidad, este maravilloso edificio acoge el Parador Nacional, y en su entrada se puede ver una estatua zoomórfica tallada en piedra, un verraco de granito vetón que nos recuerda que esta ciudad tiene una historia tan antigua como rica en acontecimientos.

Parador de Ciudad Rodrigo, Salamanca

Luis Rogelio HM - Flickr

El conocido pueblo celtibérico de los vetones, moradores prerromanos originales de esta zona, encontraron en este promontorio lamido por el río un lugar idóneo para asentarse. Este lugar, situado en la parte más alta del núcleo urbano, domina la panorámica de la ciudad.

Se puede contemplar a vista de águila la vega del río Águeda y los paisajes del campo charro en la dehesa salmantina. Impresiona ver el caudal del gran río, y no es extraño que allí permanezcan pozas con agua incluso en la época de mayor estiaje. Si seguimos el río con la vista podremos ver el puente Mayor, que le da el toque final a este bucólico paisaje.

El peso de la historia

Nos despedimos de la villa por una de las salidas de la ciudad y, simpáticamente, se despide de nosotros el actual símbolo que encontramos en su escudo heráldico: tres enormes columnas de un templo pagano y romano de la desaparecida Miróbriga Vettona.

Este símbolo fue de vital importancia, ya que permitió a los reinos cristianos encontrar un punto de apoyo con su pasado hispanorromano y otorgó a la villa tres títulos sobre los que sustentar su historia: ciudad antigua, noble y leal.

Vista de Ciudad Rodrigo, Salamanca

KarSol / Getty Images/iStockphoto

Esto nos recuerda todo el peso cultural del que goza esta villa, y, como si el viento susurrara nuestro nombre, no podemos evitar volver a admirar su poderosa belleza desde la lejanía. Una vez visitada la ciudad y atestiguados los muchos tesoros que en ella se esconden, podemos entender el motivo por el que, en el año 1944, fue declarada Conjunto Histórico Artístico.

Declarada Conjunto Histórico Artístico