Los pueblos más bonitos de Catalunya
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De norte a sur y de este a oeste, el Principado nos deleita con mil y una localidades de belleza singular
Somos conscientes que un título como el que encabeza este artículo será objeto de controversias. Aunque la percepción de la belleza es absolutamente subjetiva y establecer un quórum al respecto resulta algo ciertamente complicado, asumimos el reto: os proponemos nuestro particular listado de los pueblos más bonitos de Catalunya.
En este top nine aparecen localidades de todo el Principado; villas y pueblos de las cuatro provincias distintos entre sí, pero con una característica común que los une: todos ellos son simplemente hermosos. A continuación te los presentamos y te animamos a hacer tu propia propuesta. ¿Te apuntas?
Rupit
Rupit es un pueblo de postal, situado en la zona del Collsacabra, en la comarca de Osona, que no llega a las 300 almas. Sus calles empedradas y sus construcciones medievales desprenden un halo de romanticismo cautivador que atrae a muchos turistas, sobre todo durante el fin de semana.
La localidad es un buen punto de partida para realizar excursiones por sus alrededores. Se impone una pequeña caminata hasta el Salt de Sallent, un impresionante salto de agua que alcanza los 100 metros de altura. Pasear, contemplar las espectaculares vistas sobre las Guilleries y el Montseny, y comer en alguno de sus típicos restaurantes completan una jornada redonda.
Siurana
El pueblo puede presumir de su castillo del siglo IX, uno de los últimos reductos musulmanes de Catalunya. Enclavado en lo alto de una peña, en plena comarca vinícola del Priorat -afamada por sus exquisitos caldos-, visitarlo requiere recorrer una sinuosa carretera que transcurre entre bosques y viñedos con premio final. Y es que Siurana de Prades es una localidad deliciosa y fotogénica como pocas.
Recorrer el pueblo medieval y sus alrededores resulta una experiencia estimulante. Acercarse hasta el Salt de la Reina Mora -un acantilado repleto de leyendas -, optar por el senderismo, con alguna de las rutas que transcurren junto al pantano de Siurana, o practicar actividades como el kayak se nos antojan propuestas de lo más tentadoras.
Peratallada
Asentado sobre un gran roca de gres del que se extrajo el material con el que se construyó buena parte de la población, Peratallada es, sin lugar a dudas, una de las localidades más hermosas no solo del Baix Empordà, sino de todo el Principado. Su pasado medieval se mantiene perfectamente visible en las murallas y el foso que la protegen, el castillo y la torre del homenaje, ofreciendo un aspecto feudal.
Fue declarado conjunto histórico artístico y bien cultural de interés nacional, lo que ha hecho aumentar el número de turistas deseosos de inmortalizar sus innumerables rincones repletos de encanto.
Os de Civís
Aunque su belleza no deja lugar a dudas, Os de Civís es un pueblo desconocido incluso por buena parte de los catalanes. Situado en la comarca de l’Alt Urgell, en el municipio de les Valls d’Envalira, junto a Andorra, esta diminuta localidad de algo más de un centenar de habitantes conserva un núcleo medieval de alto valor histórico.
Las construcciones en piedra y pizarra con el envidiable decorado de fondo de los Pirineos ofrecen una imagen hermosa frente a la que uno se siente como si el tiempo se hubiera detenido. A pesar de su pequeño tamaño, el visitante disfrutará de sus diversos restaurantes que ofrecen un excelente cocina de montaña.
Cadaqués
Cadaqués no precisa carta de presentación. La localidad ampurdanesa, fuente de inspiración de artistas como Salvador Dalí, no ha perdido en los últimos años un ápice del encanto que la he hecho célebre. Destino selecto de foráneos que buscan la tranquilidad, ha logrado escapar de la invasión del turismo de masas que inunda algunas zonas de la costa catalana.
Su casco antiguo de calles laberínticas y casas encaladas todavía respira el aire bohemio de principios del siglo pasado. La iglesia de Santa Maria preside una estampa desde el mar que la hace inconfundible. Visitarla en invierno permite descubrirla desde una óptica distinta pero igualmente hermosa.
Besalú
Uno podría pensar que se encuentra frente a un decorado, pero nada más lejos de la realidad. Y es que el estado de conservación de las construcciones de esta bellísima villa medieval de la Garrotxa, situada a unos 20 kilómetros de Olot y a 30 de Girona, es realmente admirable. Su imponente puente de piedra da la bienvenida a un visitante que no se sentirá defraudado.
Se impone descubrir las murallas de Besalú, pasear por calles y plazas y contemplar casas señoriales y palacetes a los que parece no haberles pasado el tiempo. No en vano, desde hace más de medio siglo este encantador pueblo fue declarado conjunto histórico artístico.
Taüll
Taüll es uno de los pueblos más bonitos y reconocidos del Pirineo leridano. Y es que además de un encanto indiscutible -sus paisajes son absolutamente impresionantes-, esta pequeña localidad de la Vall de Boí, en l’Alta Ribagorça, puede presumir de tener un patrimonio arquitectónico incomparable.
Cuenta con dos joyas del románico catalán: las iglesias de Sant Climent y de Santa María de Taüll, que, junto con otros siete templos, forman parte del conjunto declarado en el año 2000 patrimonio de la humanidad. El viajero no se sentirá defraudado al visitar la zona en ninguna época del año: en invierno, un manto de nieve cubre los tejados de pizarra y los prados que la rodean, y en verano, estos últimos adquieren colores intensos que ofrecen todavía más belleza al lugar.
Miravet
Las Terres de l’Ebre nos deleitan con agradables sorpresas como Miravet, una pequeña localidad construida a orillas del Ebro. Sus casas trepan por una colina coronada por un castillo templario del siglo XII rodeado de viejas leyendas que sorprende a cuantos deciden visitarlo.
La localidad ha sido a lo largo de la historia un paso estratégico en las rutas fluviales comerciales, y hoy recibe a numerosos turistas interesados en conocer su pasado y disfrutar de unos alrededores que tienen el vino y sus bodegas como protagonistas.
Mura
A algo más de una hora de la capital catalana encontramos uno de los tesoros mejor guardados de la Catalunya Central: Mura, un diminuto pueblo de algo más de 200 habitantes situado a las puertas del parque natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac. Rodeado de abundante vegetación, aquí se respira sobre todo mucha tranquilidad.
Su casco antiguo, con la iglesia románica de Sant Martí como máximo exponente, conserva el encanto de las localidades propias de la edad media. Diciembre es un buen momento para visitarlo y aprovechar la ocasión de disfrutar de la Festa del Tió, que hasta el día de Reyes mantiene las calles repletas de este peculiar personaje de la Navidad catalana.