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Un recorrido hipnótico por la ciudad de Salamanca

Escapada

Luz y sombras en una capital que seduce en primer lugar por la vista

Cómo pasar un buen día en Salamanca

Una calle del centro de Salamanca

Ekaterina Chuyko / Getty Images

Escribir sobre un destino asociado al ambiente universitario, en ocasiones, puede limitarlo. Parece que solo valga la pena ir allí si uno es aficionado a las jaranas nocturnas y no tiene otro propósito que probar algún combinado de nombre imposible que sirven en ese bar que rezuma tanto aroma a destilado como leyendas estudiantiles. Pero no es así en el caso de Salamanca, por mucho que exista algún local que responda a esa definición.

Esta ciudad evoca la sabiduría de fray Luis de León, el espíritu inconformista de Miguel de Unamuno y, por qué no, despierta la curiosidad de aquellos aficionados a la masonería y al ocultismo. Luz y sombras en una ciudad que seduce en primer lugar por la vista: su historia está esculpida en su mayoría en piedra de Villamayor, que le otorga una uniformidad de un valor estilístico único. Esta piedra nos guiará por el recorrido hipnótico de esta ciudad si hacemos una fugaz escapada.

Plaza Mayor de Salamanca (España)

Getty

Visitas nocturnas

La catedral Vieja y la catedral Nueva se levantan en un extraordinario conjunto, que marca la identidad arquitectónica de Salamanca y también es un testimonio de su rica historia. La Vieja es de estilo románico y la Nueva aúna los estilos gótico, renacentista y barroco. La catedral Nueva se construyó a primeros del siglo XVI, respondiendo al crecimiento de la ciudad.

Si llegamos a Salamanca por la tarde, la mejor manera de empezar este tour es aquí, ya que esta ciudad, además, nos brinda una seductora propuesta: adentrarnos en la historia de la catedral durante una visita vespertina guiada de hora y media, aproximadamente, que cuenta con juegos de luces y música, que ayudarán a cristalizar el recuerdo de esta catedral a la perfección. Además, esta obra arquitectónica cuenta con el mejor balcón para hacer una fotografía panorámica de la ciudad.

Vista nocturna de la catedral Nueva de Salamanca

Ed-Ni-Photo / Getty Images

Encuentra la rana

Se dice que los estudiantes que encuentren una ranita sobre una calavera entre el cúmulo de ornamentos de la fachada de la Universidad de Salamanca tendrán suerte en sus estudios (entendiéndose esto como complemento al estudio serio, claro). Esta universidad fue fundada en 1218 por Alfonso IX y, como curiosidad académica, siguió el modelo de estudio boloñés, que en esa época daba prioridad al derecho civil y canónico, un paralelismo primigenio que tal vez tenga que ver con la correlación que se establece hoy entre Bolonia y Salamanca.

Si cruzamos el patio de las Escuelas Mayores accederemos al “Cielo de Salamanca”, que tal vez se remonta al antiguo programa educativo de astrología del centro. Más allá de esta anécdota, vale la pena visitar el complejo de la universidad, que evoca la imagen romántica de la enseñanza. Además, aquí dieron clase figuras críticas cuyas lecciones no caducan. Ejemplo de ello es fray Luis de León, quien, en el siglo XVI, retó el orden establecido traduciendo sin licencia la Biblia a lengua vulgar.

Y por otro lado destaca el escritor y filósofo Miguel de Unamuno, cuyo enfrentamiento en 1936 con Millán-Astray, fundador de la Legión, se recuerda por las palabras que el articulista Luis Portillo Pérez atribuyó al intelectual: “Venceréis, pero no convenceréis”.

Detalle de la rana en la fachada de la Universidad de Salamanca

pabkov / Getty Images/iStockphoto

Historias ficticias y reales

También hay salsa que añadir a Salamanca a través de diversos enclaves que alimentan la imaginación de los visitantes. En primer lugar, la cueva de Salamanca (en la cuesta de Carvajal), también conocida como “cueva del Diablo”, porque, según cuenta la leyenda, ahí el diablo impartía sus enseñanzas (se desconoce, sin embargo, si ofrecía becas en sus planes de estudio).

En segundo lugar, tenemos el huerto de Calixto y Melibea, un entrañable y romántico rincón inspirado en la obra teatral de Fernando de Rojas. Por suerte, no hay rastro de la malvada Celestina.

Y, en tercer lugar, los amantes del misterio tienen una cita en la curiosa exposición permanente sobre la masonería en el Centro Documental de Memoria Histórica, que, además, también alberga una logia masónica. Por otro lado, este espacio también cuenta con un importante fondo de documentación sobre la Guerra Civil.

Huerto de Calixto y Melibea, en Salamanca

Tagore75 / Getty Images/iStockphoto