Camino a Georgia, el puente entre Asia y Europa
Sobre dos ruedas
Italia, Grecia y Turquía no han sido grandes destinos esta vez
Charly Sinewan
El viaje hacia Mongolia arrancó a finales de junio en el puerto de Barcelona, embarcando en un ferry a Italia. Para intentar llegar a mi destino final contaba con poco más de dos meses porque a primeros de septiembre tenía que estar de regreso en España para acudir a un evento ineludible. Muy poco tiempo para hacer casi quince mil kilómetros, cruzar varias fronteras complicadas y grabar el viaje con cierta calidad.
Así las cosas, decidí que la única forma de conseguirlo era avanzar lo más rápido posible hasta el Cáucaso, atravesar Italia por autopista en un par de días, de ahí cruzar en ferry a Grecia, llegar rápido a Estambul y después atravesar Turquía en tres o cuatro días hasta llegar a Georgia. Allí, pensaba yo, bajaría el ritmo y empezaría a disfrutar del viaje más allá de la moto. Sin embargo, a veces no sirve de nada planear.
En los nueve años que llevo dando la vuelta al mundo en moto he tenido algunos contratiempos, pero nunca hasta la fecha me habían pasado tantas cosas malas en tan poco tiempo. Desde que desembarqué en Italia, el viaje comenzó a ponerme zancadillas que me fueron retrasando y complicando que llegara a Mongolia.
Si conseguí llegar o no, lo veremos en los siguientes capítulos. Hoy, atravesamos Europa y Turquía.