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Korčula, la isla croata con el imán de Marco Polo

Mundo insólito

Calles con aroma medieval, palacios señoriales y maravillosas playas, algunos de los atractivos de esta joya amurallada

Vista aérea de Korčula (Croacia)

Xantana / Getty Images/iStockphoto

A Korčula, una pequeña isla croata situada a 120 kilómetros de la célebre Dubrovnik, uno llega atraído por el nombre de Marco Polo, seguramente el viajero más famoso de todos los tiempos. No se sabe a ciencia cierta, pero suele atribuírsele ese sitio como su lugar de nacimiento, a mitad del siglo XIII.

Al cruzar el estrecho de Peljesac en el transbordador que en menos de 15 minutos deja en Korčula, el viajero ya se las promete felices. La visión de una ciudad medieval amurallada vigilada férreamente por torreones de planta redonda con almenas resulta ensoñador.

Torre Veliki Revelin, Korčula (Croacia)

Dreamer4787 / Getty Images/iStockphoto

Frente a la elegante escalinata que conduce a la puerta de la torre Veliki Revelin uno confirma sus sospechas: el lugar va a ser especialmente bello. Al traspasar la muralla y adentrarse por las calles estrechas y sombreadas pavimentadas de mármol, el carácter veneciano es evidente. La potente república medieval se hizo con esta zona de la Costa Dálmata a principios del siglo XIV y la retuvo tanto tiempo como le fue posible. En el caso concreto de Korčula, se trataba de controlar el canal de Peljesac, importante para la navegación comercial.

Para tratarse de una ciudad medieval, Korčula tiene una estructura muy ordenada. Las callejas nacen perpendiculares a la vía principal –que cambia de nombre a mitad de trayecto, de Ulica sv. Roka a Ulica Korculanskog statuta 1214– y se dejan caer en una suave pendiente hacia la muralla y el relajante paseo marítimo que la rodea.

Al poco de entrar en la ciudadela, uno encuentra en la segunda travesía a mano izquierda la supuesta casa nativa de Marco Polo. Se trata de una vivienda clásica, en la que el visitante sube escaleras sin parar hasta llegar a una azotea que domina los tejados del núcleo antiguo. Por lo demás, el museo no es más que una retahíla de paneles de cartón cuyos contenidos cualquier escolar con la ayuda de internet podría haber elaborado. La decepción inicial, sin embargo, da paso a la satisfacción de haber llegado a este hermoso lugar atraído por un imán que de otra manera no se habría cruzado en nuestro camino.

Detrás de iglesia se encuentra la casa donde supuestamente nació Marco Polo, Korčula (Croacia)

RnDmS / Getty Images

Así que por delante queda disfrutar de la catedral de San Marco, de la iglesia de San Pedro, del museo local y de los elegantes palacios que van surgiendo a derecha e izquierda. La ciudadela es recoleta y se reconoce en apenas hora y media, pero quien no haya saciado su sed de descubrimiento puede aventurarse por el resto de la isla, que es más pequeña que Menorca y posee algunas de las playas más bellas de la región, lo que en Croacia es mucho decir. En el extremo occidental de la isla se halla la localidad de Vela Luka, con un interesante museo sobre los asentamientos prehistóricos de la zona. Para vivirlos en directo, se puede visitar la enorme cueva Vela Spila.

Korčula es el típico lugar pequeño en el que los turistas suelen llegar a media mañana y abandonar tras el almuerzo, de manera que si optamos por pasar la noche en alguna de las coquetas pensiones de la ciudadela de la capital podremos disfrutar de un paseo nocturno por el embrujador casco urbano veneciano en relativa y agradable soledad.

Paseo marítimo de Korčula (Croacia)

Dreamer4787 / Getty Images/iStockphoto