El secreto mejor guardado del museo Hermitage es su hotel de lujo
Alojamientos cinco estrellas
Para sentirse como Catalina ‘La Grande’
Con más de 200 años, el museo Hermitage de San Petersburgo (Rusia) es la pinacoteca más completa del mundo según el Libro Guinness de los récords. El museo atesora tres millones de objetos: pinturas, obras gráficas, esculturas, hallazgos arqueológicos y material numismático, entre otros, que van desde la edad de piedra a la actualidad.
Su complejo abarca seis edificios: Pequeño Hermitage, Gran Hermitage, Nuevo Hermitage, teatro del Hermitage, palacio Menshiko y el famoso palacio de Invierno, y fue precisamente en éste último donde empezó todo, cuando la emperatriz Catalina ‘La Grande’ estableció allí su residencia y decidió decorarlo con todo tipo de obras de arte que fue adquiriendo con los años.
En 1764, compró un conjunto de 225 piezas que estaba destinado al rey Federico II de Prusia, quien finalmente no pudo comprarlas por falta de recursos. Ella y sus descendientes siguieron reuniendo obras de arte en una gran colección privada que solo unos pocos podía visitar con un permiso especial. Fue el emperador Nicolás I, en 1852, quien lo abrió al público en general.
Lo que no todo el mundo sabe es que, en 2013, el museo inauguró un hotel de lujo para los visitantes que quisieran sentirse como verdaderos zares.
El Hotel Oficial del Museo Estatal del Hermitage está ubicado en pleno corazón de la ciudad, en el barrio de Dostoyevsky, llamado así por el famoso escritor ruso, en realidad se trata del barrio Admiralteiski, un lugar muy animado lleno de tiendas y cafeterías, cerca de la catedral Vladimirskaya, el museo de la Casa de Dostoievski, y el museo del Hermitage.
AI al igual que la ciudad, majestuosa, opulenta y brillante, el hotel de cinco estrellas muestra características de una arquitectura imperial similar al palacio de Invierno en un área de 15.000 metros cuadrados.
El edificio que originalmente fue creado como residencia de la familia Lobov, un comerciante local,más tarde se convirtió en un centro cultural con un teatro, y fue el centro de la cultura y las artes escénicas, luego cayó en decadencia hasta la fecha de su restauración donde se ha conservado su magnífica fachada original.
Los huéspedes serán recibidos por un impresionante vestíbulo con un atrio con columnas y una enorme araña de cristal, y en todo el establecimiento se puede ver una gran colección de lienzos, esculturas de bronce, porcelana, incluyendo réplicas de las obras de arte de la colección del Hermitage.
En sus seis plantas se ubican 126 habitaciones de 10 categorías, desde habitaciones Premium y Superior hasta residencias imperiales y presidenciales, cada una diseñada meticulosamente con iluminación suave, detalles elegantes y oro que recuerdan al interior del museo, muebles hechos a mano por el maestro de madera Florentino Savio Firmino, y baños hechos de mármol griego e italiano, pero también con las comodidades del siglo XXI.
El establecimiento también cuenta con un spa con todos los servicios: masajes, tratamientos corporales y tratamientos faciales, y tiene dos restaurantes, uno en el que se puede comer como un antiguo zar en el restaurante principal Catalina La Grande, que ofrece un menú inspirado en la cocina clásica servida en el palacio Imperial, o con un estilo más informal en el italiano Michelangelo que ofrece platos inspirados en el corazón de la Toscana.
Otra de las ventajas para los huéspedes es el servicio de transporte gratuito al museo, así como la reserva anticipada de entradas que evita hacer colas.