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Qué ver en Palma de Mallorca en 3 días

Escapada de vanguardia

Descubra los rincones con más encanto de la capital de Mallorca sin parecer un “guiri”

La Catedral de Mallorca es la construcción más icónica de Palma

Pablo González

Por favor, no llamen “Ciudad de Mallorca” a Palma. Mallorca es la isla, Palma es la capital y la fórmula antes mencionada es solo una aberración a oídos de los mallorquines. Dicho esto ya podemos centrarnos en el destino escogido para la escapada de esta semana. Se trata de una visita exprés a uno de los tesoros del Mediterráneo. 36 horas no dan para disfrutar de todos los encantos y rincones paradisíacos que esconde Mallorca, así que mejor centrarse en una ruta personalizada por Palma.

Antes de empezar recuerde que en Baleares las lenguas oficiales son el castellano y el catalán, aunque más de uno considera el mallorquín como un idioma propio distinto del que se habla en Catalunya. Es fácil de entender si se domina la lengua de Cervantes, pero aun así sus habitantes no suelen tener problemas en atender en castellano siempre que se les pida amablemente.

Atendiendo a todas estas cuestiones previas, ya podemos ir al grano suponiendo que llega a la isla un sábado por la mañana.

Sábado

10.00 - ¡Qué no falte una ensaimada para desayunar!

Si llega a la ciudad con ganas de llenar el estómago, el lugar por excelencia para probar ensaimadas tradicionales es Ca’n Joan de s’Aigo, en pleno corazón de Palma. Por tan solo 1’30 euros tendrá en su mesa una ensaimada individual para comer a palo seco o mojándola en un chocolate caliente o café con leche. Si lo que quiere es un batido de chocolate y es natural de Catalunya o Valencia, no pida un Cacaolat o un Choleck: la marca propia de Mallorca es el Laccao y pedir una diferente le provocará malas miradas.

En Ca'n Joan de s'Aigo son expertos en ensaimadas

Ca'n Joan de s'Aigo

La fama de las ensaimadas ha traspasado los límites del Mediterráneo, así que si tiene familiares o amigos a los que complacer con una, lo ideal es que la encargue aquí para recogerla horas antes de emprender su camino de vuelta al aeropuerto. Hay una gran variedad de posibilidades para rellenar este manjar: cabello de ángel, chocolate, crema con nueces, sobrasada… Pero antes de aventurarse consulte las condiciones de su compañía aérea. La mayoría permiten llevar una o dos como equipaje de mano sin coste adicional, pero cúrese en salud averiguándolo.

10.30 - Paseo por el casco antiguo

La mañana es un buen instante para perderse por las calles del casco antiguo de Palma. Lo ideal es caminar, de momento, en dirección contraria al mar atravesando la Plaça Major. Después ponga rumbo a la florida Rambla, que antes estaba dedicada a los Duques de Palma, hasta toparse de lleno con la calle Olmos, una de las más transitadas de la ciudad y que conecta con la Plaça Espanya.

En este último espacio podrá apreciar una enorme estatua dedicada a Jaume I de Aragón, el conquistador de Mallorca. También verá la estación del Ferrocarril de Sóller, esa donde sus trenes antiguos conectan con el pueblo costero que merece la pena visitar si se cuenta con más de dos días de estancia Mallorca.

Una estatua al conquistador de Mallorca decora la Plaça Espanya

Luis Forteza-Rey

Una vez vista la plaza, y las tiendas con encanto, es el momento de continuar la ruta retrocediendo unos pasos hasta la calle Sant Miquel. A mano izquierda, ahora sí en dirección mar, diríjase rumbo a la Plaça Major de nuevo. Es un trayecto que se recorre en siete minutos, pero es imposible completarlo sin entrar en algún local o edificio emblemático. Una de las paradas obligatorias será el museo de la Fundación Juan March. Abre de lunes a viernes de 10 a 18.30h y los sábados de 10 a 14 h, sin contar los días festivos. La entrada es gratuita.

Otro desvío que deberá tomar es el que conduce hasta el Mercat del Olivar, abierto los sábados solo hasta las 15.00 horas. La mezcla de olores y la variedad de comestibles mallorquines le abrirá el apetito. Dese una vuelta por sus puestos y no olvide coger alguna sobrasada para llevarse el sabor de la isla a su casa. Un aviso: si ese embutido pone que es “coent” significa que es la versión picante.

14.00 - ¿El hambre aprieta?

Ya en la Plaça Major verá numerosos restaurantes. Es una zona donde se concentran muchos turistas, algún que otro puestecito ambulante y artistas callejeros, pero si lo que quiere es alejarse del bullicio y comer sin sentirse un “guiri” más, habrá que adentrarse un poco por Palma.

Un sitio donde comer bien y poder probar la cocina típica mallorquina es en la zona cercana a La Lonja. Está a unos 10 minutos andando desde la Plaça Major y con Google Maps no tiene pérdida. Un lugar donde acertar seguro es el Celler Pages. Fundado en 1956, en este establecimiento han dado de comer a clientes de renombre como Lola Flores o Chavela Vargas. Aquí hay gran variedad de recetas mallorquinas con un cierto toque moderno, sin que suponga un gran esfuerzo económico. De lunes a sábados hay menús diarios por 13 euros y las raciones tienden a ser generosas.

15.30 - La digestión con vistas de lujo

Después de comer puede estirar las piernas bajando a La Lonja en sí, situada en primera línea de mar. Si es aficionado a los barcos de lujo ésta es su oportunidad para ver algunas de las grandes embarcaciones que atracan el puerto de Palma. También tendrá a tiro visitar el Real Club Náutico, por donde cada verano se pasea la familia real.

La Seu es la joya de la corona en Palma

narvikk / Getty

16.30 - La joya de la corona

París tiene la Torre Eiffel, Barcelona la Sagrada Família y Palma la Catedral de Mallorca , más conocida por los mallorquines como La Seu. Desde ella se puede ver toda la costa de Palma y es un sitio que encantará a los instagramers. ¡Quedan unas postales ideales!

Ver por fuera la grandeza de este templo gótico, con algunos acabados del Renacimiento tardío, impresiona. En total son más de 6.600 metros cuadrados de superficie. Una visita turística por el interior cuesta unos 12 euros, pero es recomendable consultar antes la disponibilidad en la web de La Seu. Si se conforma con verla por el exterior también podrá disfrutar del Palacio de la Almudaina que hay justo al lado.

18.30 - El Parc de la Mar, para relajarse

Justo delante de la Catedral de Mallorca encontrará un amplio espacio verde con vistas envidiables. El enorme lago de agua salada que queda a un costado es el que construyeron artificialmente los mallorquines con un objetivo: recordar cuando el mar bañaba directamente la muralla que protege La Seu hasta que se construyó la carretera de enfrente.

Este parque es uno de los favoritos de los locales. Por el césped, si hace buen tiempo, seguro que encontrará a mallorquines tumbados o practicando yoga. Camine o relájese en este paraje plagado de esculturas, usted decide.

20.30 - Puesta a punto

Tras un día completito en Palma aún queda disfrutar de la noche. Lo suyo es que vaya al lugar donde se hospede, se de una ducha revitalizante y se ponga la mejor muda que haya metido en la maleta. En esta ciudad hay mucha fiesta y aún quedan sitios por descubrir al resguardo de la gran cantidad de turistas ingleses y alemanes.

21.30 - A cenar un ‘Pa amb oli’

Diríjase al barrio de Santa Catalina. Allí encontrará una amplia oferta culinaria para ir de cena, apta para todos los gustos y bolsillos. Un plato que suelen cenar los mallorquines al menos una vez a la semana es el ‘Pa amb oli’ (sí, pan con aceite en castellano, pero al que luego se añaden más cosas sobre el tomate untado) y es el momento de probarlo.

El Bar Cabrera está especializado en el 'Pa amb oli'

Facebook/ Bar Cabrera

Uno de los sitios con mayor fama de la ciudad es el Bar Cabrera. Que no le engañe la fachada del local, déle la oportunidad y se le hará la boca agua al ver pasar las bandejas de ‘Pa amb oli’ que degustan otros comensales. Coja la carta y escoja la ración con los embutidos que más le gusten.

22.30 - Fiesta para todos los gustos

El turismo llamado “de borrachera” tiende a concentrase en la zona de Magaluf y s’Arenal. En Palma afecta en menor medida. Aquí la oferta es amplia y podrá elegir entre quedarse en Santa Catalina disfrutando del “tardeo” del barrio que se alarga hasta la media noche, empaparse de la música en directo en locales como el Shamrock donde no faltan buenas cervezas irlandesas, o aventurarse a entrar en las discotecas del paseo marítimo (Tito’s, Zar, Thalassa, Mira Blau, Bodeguita de En medio, etc.). Alargue la noche lo que quiera, o lo que su cuerpo le permita, con tal de que al día siguiente tenga fuerzas para levantarse.

Por cierto, si escucha a alguien pidiendo en una barra una “pomada”, no se asuste, no tiene ninguna quemadura o dolor muscular. Así es como se le conoce al combinado típico de las islas que mezcla limonada con el gin menorquín Xoriguer. Pídase una si le gusta probar ginebras locales.

Domingo

10.00 - Cómase un ‘llonguet’ para desayunar

Hoy empezará el día de forma tranquila desayunando un buen llonguet palmesano. Son unos pequeños bocadillos típicos de la capital y un buen sitio para degustarlos con auténtico queso de Mahón es el Bar Bosch de la Plaça del Rei Joan Carles I, abierto también los domingos. Está muy cerca de la conocida Fuente de las Tortugas, un lugar donde los seguidores del RCD Mallorca celebraban sus logros de antaño y donde ahora se reúnen jóvenes aficionados de otros equipos cuando festejan una importante victoria.

10.30 - ¿Excursión o playa?

Ir a Mallorca en los meses de buen tiempo y no visitar alguna de sus espectaculares playas y calas tendría delito, pero en este viaje de 36 horas tendrá poco margen de maniobra. Recomendamos dos opciones: o ir a rebozarse en la arena y tostarse al sol en la playa que más le guste o hacer una pequeña excursión al Castell de Bellver . Para esta segunda opción tendrá que coger la línea 1 del autobús de la EMT. Desde Plaça del Rei Joan Carles I sólo deberá caminar seis minutos hasta la correspondiente parada del Passeig de Mallorca, ir unos 10 minutos en el transporte público hasta la parada del Auditòrium, y por último una pequeña caminata de un cuarto de hora, con pendiente y escaleras, hasta el Castell de Bellver.

El Castell de Bellver es una de las grandes maravillas construidas en Mallorca

LUNAMARINA / Getty

Ésta es sin duda otra de las grandes maravillas de la ciudad. Llegar allí se puede hacer algo duro (si el calor aprieta, y el bolsillo lo permite, también se puede ir en taxi), pero merece la pena con tal de contemplar esta obra del año 1300. Puede conocer su profunda historia en su completa página web o simplemente dejarse enamorar de las vistas desde un sitio privilegiado. Cuidado, los domingos no hay visitas guiadas, pero es el único día en que la entrada al castillo es gratuita.

13.00 - Regreso al centro de Palma

A estas alturas el viaje va llegando a su fin. Es el momento ideal para hacer esas compras que dejó pendientes en los paseos anteriores o regresar a Ca’n Joan de s’Aigo para recoger aquella ensaimada que encargó. Apure las últimas horas.

14.00 - Despedida por todo lo alto

Para irse de la isla con un muy buen sabor de boca deberían visitar uno de sus grandes templos de carnes a la brasa: Ca’n Torrat . Está algo alejado del centro de la ciudad (a unos 13 kilómetros), pero relativamente cerca del aeropuerto cogiendo la salida 11 de la autopista. No tiene pérdida. Todos los taxistas lo ubican a la perfección indicando “el Ca’n Torrat de siempre, el de Camino de las Maravillas”.

Aquí acertará con cualquier carne de la carta, que siempre va acompañada de unas olivas, una ración de patatas fritas con ajos salteados y pimientos más una cesta de pan mallorquín con dos salsas de la casa. El precio puede ser algo elevado según la comida elegida, pero este capricho gastronómico merecerá la pena.

Ca'n Torrat es uno de los grandes templos de la carne a la brasa de Mallorca

DJM

Si después de la comida le queda tiempo antes de coger el avión también puede aprovechar que el restaurante está en s’Arenal para pasear por esta zona con fama de juerguista. A estas horas del día los turistas más problemáticos se encuentran cogiendo fuerzas para la noche y podrá hacer la digestión tranquilamente por el camino paralelo a la playa.

Fin del viaje. ¿Se te han hecho cortas estas 36 horas? Disfrute de la vuelta a casa y esperamos que tengas un vuelo agradable. Repón fuerzas para el próximo destino.

En la confección de esta ruta han participado, además del redactor, mallorquín, amigos isleños con una cierta alergia a las zonas más turísticas y conocedores de los rincones con mayor encanto. Ninguno de los establecimientos mencionados en esta guía son conscientes de que se iba a hablar de ellos.