El terremoto que sacudió Nepal en abril de 2015 fue la peor catástrofe natural que se recuerda en el país. Conmocionó al mundo y dejó alrededor de 9.000 muertos y 20.000 heridos. Más de dos años después de la tragedia, mientras muchos nepalíes siguen aún hoy intentando reconstruir sus vidas, sus casas y sus ciudades, el turismo está regresando, algo imprescindible para la recuperación del país.
Nepal es un país pequeño encajado entre gigantes, y es un destino único en el mundo. Se trata del lugar del mundo con mayor densidad de monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El terremoto afectó gravemente a algunos de los principales tesoros patrimoniales del país y la reconstrucción se está llevando a cabo a un ritmo más lento de lo deseado -hace unos días, monjes budistas protestaron por la inacción del gobierno-, pero aún así, son muchos los lugares de interés que continúan en pie y que justifican sobradamente el viaje.
Y si su patrimonio milenario no es suficiente para atraer a los viajeros, quizá lo sea su naturaleza. Porque no hay que olvidar que Nepal se encuentra en la cordillera más alta del mundo, que ocho de los 14 ochomiles se encuentran en el país y que uno de ellos es el techo del mundo; la montaña más alta de la Tierra: el Everest.