La Unión Europea suspende en la calidad de sus aguas
Chequeo a los recursos naturales
Un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente indica que solo el 40% de los ríos, lagos y humedales presenta un buen estado ecológico
Las aguas de las que depende Europa siguen en una situación crítica. Sólo el 40% de las masas de agua de los ríos, lagos, humedales o acuíferos presentan un buen estado global ecológico, según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Pese a los avances experimentados en las últimas décadas, la contaminación de estos recursos, los cambios morfológicos (presas, grandes embalses) o la extracción excesiva de caudales siguen siendo las principales amenazas para la salud de estos ecosistemas a largo plazo. En España, el 45% de los ríos, humedales y estuarios, y el 44% de los acuíferos están en mal estado.
Los estados miembros de la UE han realizado esfuerzos notables para mejorar la calidad del agua mediante la mejora del tratamiento de las aguas residuales y la reducción de la escorrentías de contaminantes procedentes de las tierras de cultivo. Pero todo esto está resultado insuficiente; entre otras razones porque la propia directiva marco del agua no se contenta con garantizar la calidad química del agua, sino que exige a los países una recuperación ecológica integral de los ríos, estuarios y demás, es decir, que estos tengan fauna, vida, bosques de ribera…. El estado ecológico global no ha mejorado desde la última evaluación, hecha por la Agencia Europea de Medio Ambiente en el 2012.
El informe destaca que, entre las principales presiones que impiden un más alto grado de recuperación de las masas de aguas (unidades de gestión en que se dividen ríos, humedales y demás), están las potentes barreras que bloquean los ríos (presas y los grandes embalses) o las canalizaciones de hormigón, que hacen cambiar la circulación de los caudales de ríos o arroyos.
La transformación morfológica afecta al 40% de estas masas de agua; la contaminación por fuentes difusas (de origen agrícola, principalmente), al 38%; la contaminación por vertidos localizados, al 18%, y la sobreexplotación del agua, al 7% En general, los principales impactos y presiones que sufren las aguas en Europa son la contaminación por nutrientes (fertilizantes usados en la agricultura), la contaminación química y la alteración de los hábitats debido a estos cambios y transformaciones morfológicas en los ríos.
Las cuencas de Catalunya, Duero, Júcar y Guadiana no superan el examen de la Agencia Europea
Muchas de las zonas hidrográficas de Europa central con mayor densidad de población y agricultura más intensiva muestran la mayor proporción de masas de agua que no alcanzan un buen estado ecológico. En cambio, el norte de Escandinavia, el norte del Reino Unido (Escocia) y Estonia, así como Eslovaquia, Rumanía y varias cuencas hidrográficas de la región mediterránea presentan una elevada proporción de masas de agua superficial (ríos, lagos…) con un excelente o buen estado ecológico.
El análisis químico de las aguas (sujeto a unos límites de calidad ambiental) tampoco supera la prueba. Sólo el 38% de los lagos, ríos y otras masas de agua superficiales están en buen estado químico (concentraciones de contaminantes que no exceden las normas de la UE); el 46% no alcanza el buen nivel exigido, mientras que la situación del restante 16% de las aguas es desconocido.
Aguas subterráneas
La Agencia Europea también examinó las aguas subterráneas. Sus datos indican que tres cuartas partes de las masas de agua presentan un buen estado químico. La agricultura es el principal foco que hace fracasar el examen químico de las reservas subterráneas y es la responsable de la contaminación por nitratos y pesticidas.
La contaminación por nitratos (causados por las escorrentías originadas en las granjas de ganado o en los campos de cultivo) constituye un gravísimo problema. Otros motivos por los que no se cumplieron los objetivos mínimos en las reservas subterráneas son la intrusión salina, los vertidos de aguas residuales no conectadas a sistemas de saneamiento y la infiltración de sustancias químicas peligrosas procedentes de emplazamientos contaminados (industrias, minas o lugares de almacenamiento de residuos).
El informe afirma que en las últimas décadas los estados han reducido el uso de fertilizante minerales y de excedentes de nutrientes. Así, la concentración de nitratos en los ríos de Europea bajó un 20% entre 1992 y el 2015. Sin embargo, en el 2011 las concentraciones de nitratos casi volvieron al nivel de 1992.
Diagnóstico para España
“Gracias a la aplicación de la legislación europea en materia de agua, la calidad del agua dulce en Europa está mejorando gradualmente, pero es necesario redoblar esfuerzos para lograr que todos los lagos, ríos, aguas costeras y masas de agua subterránea estén en buen estado”, afirma Karmenu Vella, Comisario de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca de la UE.
El informe de la Agencia Europa muestra las situaciones dispares (y contradictorias) en España. Aprueban el examen global las cuencas hidrográficas del Ebro y Guadalquivir (así como las Norte, Galicia, Segura y Sur de Andalucía), con más de un 50% de masas de agua en buen estado ecológico. En cambio, suspenden las cuencas internas de Catalunya, Duero, Júcar y Guadiana.
Indicadores insuficientes
“Las cuencas que suspenden el examen son la que utilizan los indicadores biológicos que pide la Agencia Europea y por eso sus resultados se parecen a los de Europa. En el cambio, en las cuencas del Ebro y el Tajo, los resultados son mejores, porque sus confederaciones no utilizan los indicadores que nos pide Europa”, dice Antoni Munné, jefe del departamento de control y calidad de la Agència de l’Aigua. Las confederaciones hidrográficas que se resisten a utilizar estos indicadores alegan que no están suficientemente probados; pero la Agencia Europa advierte en el informe que la ausencia de estos datos puede hacer que los resultados no sean correctos. “En cierta forma, estas confederaciones están desvirtuando los resultados”, sentencia Munné. En las cuencas internas de Catalunya, por ejemplo, sólo el 36% de las masas de agua (ríos, lagos...) presentan un buen estado, mientras que el 58% suspenden el examen y otro restante 6% carece de datos. Sin embargo, en el caso de los ríos, la calidad química es buena en un 57% de los casos, deficiente en un 30% y se carece de datos en el restante 13%.
La opinión de WWF
“Este informe debería ser una llamada a la acción para proteger y restaurar los ecosistemas acuáticos, las verdaderas fuentes de agua de la sociedad. Recuperar la buena salud de ríos, acuíferos y humedales es nuestro mejor seguro ante el cambio climático”, ha asegurado la responsable de Aguas de WWF España, Eva Hernández.
En España, los mayores problemas son relativos a la sobreexplotación de acuíferos (el 25% de ellos sufren una extracción excesiva de agua, según los datos oficiales) y a la contaminación puntual y difusa de los ríos, acuíferos y humedales.
Más del 40% de las masas de agua superficiales sufren problemas de contaminación, un problema que de hecho está a punto de suponer una multa para España por la mala depuración de las aguas residuales.
En un intento de resolver décadas de mala gestión del agua, los estados europeos se comprometieron en el año 2000 a proteger y restaurar los ecosistemas acuáticos al aprobar la Directiva Marco del Agua, la ley que protege este preciado recurso en Europa.
Era una legislación ambiciosa que afrontaba todas las presiones sobre las fuentes del agua de un modo holístico, y que obligaba a los países a alcanzar el buen estado ecológico en 2015, o como muy tarde en 2027. “El informe de la AEMA demuestra que esta ley sigue sin ser aplicada”, añade WWF.