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Los países mediterráneos acuerdan la protección del corredor de cetáceos

Protección de la biodiversidad

La decisión ha sido tomada en la conferencia del Convenio de Barcelona que se celebra en Nápoles

Imagen del documental BBC ‘Spy In The Wild’ donde se puede ver uno de los delfines con el pez globo en la boca

Los países ribereños del Mediterráneo han acordado recoger la propuesta del gobierno español para incorporar al corredor de migración de cetáceos del Mediterráneo occidental en la lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM) del Convenio de Barcelona. Oceancare, organización para la protección del medio marino con estatus de observador en el Convenio de Barcelona, expresó su satisfacción por la aprobación de esta decisión, adoptada en Nápoles. El gobierno español viene tomando medidas para garantizar la conservación de estas aguas.

Este corredor de migración de cetáceos es una franja continua de aguas marítimas en las que España ejerce soberanía o jurisdicción sobre una superficie calculada de 46.385,70 km2 y unos 85 km de ancho medio, que se extiende entre la costa catalana y valenciana, y el archipiélago balear.

Gran valor

Este espacio es de alto valor ecológico, no solo porque es una zona de paso migratorio para el rorcual común hacia sus áreas de reproducción y alimentación en el norte del Mediterráneo, sino también porque es un hábitat y una zona de alimentación para un amplio abanico de otras especies de cetáceos (cachalote, calderón común, zifio de Cuvier, y para los delfines mular y listado, entre otros) así como de varias especies de quelonios como la tortuga boba, pero también tiburones y aves marinas.

Todas las especies mencionadas están incluidas en el anexo II del protocolo sobre áreas especialmente protegidas y diversidad biológica en el Mediterráneo del Convenio de Barcelona y también en la directiva “Hábitats”.

OceanCare

“Felicitamos al Gobierno español por este importante reconocimiento internacional. El desafío ahora está en el desarrollo de un plan de gestión de Conservación progresivo y efectivo para abordar la evitación, reducción y gestión de actividades generadoras de ruido en esta valiosa área ecológica que también es un punto caliente de ruido submarino”, declaró Nicolas Entrup, experto en políticas oceánicas y Codirector de Relaciones Internacionales de OceanCare).

Para OceanCare, la conservación del océano también es un elemento central de la acción climática. “Esta declaración es una gran oportunidad no solo para archivar definitivamente todos los proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos que aún se encuentran en tramitación por el gobierno español y que amenazan seriamente los valores naturales de esta área protegida, sino también para introducir medidas como la reducción de la velocidad de los barcos. Esta última es una medida muy rentable que permite reducir rápidamente las emisiones de CO2 y disminuir la contaminación acústica submarina”, declaró Carlos Bravo, consultor de OceanCare.

Ruidos evitables

En junio de 2018, el consejo de ministros declaró la protección de este corredor de migración de cetáceos como área marina protegida. En sus esfuerzos por crearla, el Gobierno español ha dejado claro que evitar, mitigar y reducir el ruido antropogénico bajo el agua es otro de los objetivos centrales para salvaguardar la conservación de la gran diversidad de especies marinas que utilizan este área.

Otro gran desafío será la gestión efectiva del tráfico marítimo para poder reducir el ruido submarino y las emisiones de CO2, ya que esta área marina protegida y ZEPIM están expuestos a un intenso tráfico de embarcaciones, tanto de transporte de pasajeros entre el continente y las Islas Baleares como de buques de carga que se mueven a lo largo de toda la costa mediterránea.

Mejoras técnicas

Esta actividad causa problemas como: niveles significativos de ruido submarino, emisiones de CO2 que causan el cambio climático, emisión de contaminantes del aire (SO2, NOX, partículas) y colisiones con, en particular, grandes ballenas y tortugas marinas.

Además de las mejoras técnicas y los combustibles alternativos, hay medidas operativas que se deben aplicar para abordar este conjunto de impactos acumulativos en el ZEPIM, siendo la reducción de la velocidad una de las medidas más efectivas para lograr menores emisiones de CO2 y otros contaminantes atmosféricos, menores costes de combustible, menor riesgo de colisiones con cetáceos y menos ruido submarino.