La negociación de 170 países para fijar límites a la producción de plásticos acaba sin acuerdo

Petróleo y contaminación

Las conversaciones para alcanzar un tratado internacional contra los plásticos se saldan sin el ansiado pacto por las discrepancias sobre los asuntos más controvertidos

Las naciones productoras de petróleo se opusieron la propuesta y solo quieren centrar la acción en la gestión de los residuos y la contaminación generada

La negociación de 170 países para fijar límites a la producción de plásticos acaba sin acuerdo
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Los negociadores divididos sobre la contaminación plástica piden más tiempo tras la cumbre de Corea del Sur

No pudo ser; tal vez las esperanzas eran un espejismo. Las negociaciones internacionales para alcanzar un tratado que ponga fin a la contaminación que sufre el planeta por los plásticos -y en la que han estado representadas más de 170 naciones- concluyeron en Busan, en Corea del Sur, sin un acuerdo para solventar el asunto crucial de la discusión: la propuesta para poner límites a la producción de plástico.

El desacuerdo comporta que la negociación continuará en los próximos meses, de manera que las espadas siguen en alto con dos posiciones en liza: una que persigue lograr como compromiso poner freno a la producción de plásticos y otra que descarta por completo esta idea.

Los acuerdos bajo el paraguas de la ONU requieren consenso (unanimidad), lo que complica extraordinariamente cualquier avance de todos a la vez.

La idea de una reducción de la producción mundial de plástico, el establecimiento de una lista de productos (o moléculas) peligrosas para la salud (asociados a los plástico) y la ayuda financiera a los países en desarrollo son los tres escollos que ha impedido el acuerdo, según admitió el embajador ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, que preside los debates, informa France Press.

La valoración general sobre el texto borrador del tratado es que éste es demasiado débil y está lejos de dar respuesta a la crisis ecológica que provoca los plásticos sobre los ecosistemas terrestres. Cada año, el mundo produce más de 400 millones de toneladas de plástico nuevo y su producción podría aumentar alrededor de un 70% para 2040 sin cambios de política.

Sam Adu-Kumi, negociador principal de Ghana, dijo que el borrador está lleno de medidas voluntarias que no terminarán con la contaminación plástica, cuando el mundo necesita un tratado que imponga obligaciones a todas las partes.

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Sam Adu-Kumi, a la izquierda, negociador principal de Ghana, habla durante una conferencia de prensa junto a Alejandra Parra, asesora de Cero Residuos y Plásticos, GAIA América Latina y el Caribe

AP

Negociación dura

Los representantes de países que negocian el primer tratado internacional para frenar la contaminación por los plásticos han protagonizado el fin semana un durísimo debate, saldado sin el éxito deseado.

Más de 100 países ha apoyado un pacto para limitar la producción de plástico, pero se ha enfrentado a un puñado de naciones productoras de petróleo que quieren que las medidas se centren solo en gestión los desechos de plástico y la contaminación que generan, pero no en las medidas preventivas. 

Esta era la quinta reunión del comité intergubernamental de negociación de las Naciones Unidas destinada a elaborar un tratado internacional jurídicamente vinculante. Se especuló con que, después de dos años de reuniones, podría ser la última ronda negociadora, pero no lo ha sido.

Obstruccionismo  y tácticas dilatorias

Las declaraciones públicas y los documentos presentados han demostrado que la mayoría de las naciones productoras de petróleo, incluidas Arabia Saudita, Rusia e Irán, han tratado de bloquear el intento de recortar la producción, entre otros objetivos.

La ministra francesa de Industria, Olga Givernet, habló de “una minoría de países que sigue obstaculizando” el proceso.

Un diplomático europeo que participó en las negociaciones se refirió a las interminables reuniones en el seno de los distintos grupos de contacto, que se prolongaron hasta altas horas de la madrugada sin el menor progreso.

El grupo de países recalcitrantes “practicó tácticas de aplastamiento y abuso del poder de veto”, afirmó este diplomático anónimamente. “Vimos hasta 60 intervenciones de cinco minutos cada una para cambiar una simple frase” del borrador del acuerdo. “Preferiríamos irnos de aquí sin un acuerdo que con un mal acuerdo, pero no estamos contentos. La situación es muy mala”, añadió.

Las naciones fabricantes de productos petroquímicos, como Arabia Saudita, se han opuesto firmemente a los esfuerzos para poner coto a los plásticos, y han tratado de usar tácticas dilatorias y excusas de procedimiento para retrasar las negociaciones.

“Si no están contribuyendo de manera constructiva y si no están tratando de unirse a nosotros para tener un tratado ambicioso... entonces, por favor, váyanse”, soltó el negociador jefe de Fiji, el ministro de Clima Sivendra Michael, en una conferencia de prensa. Arabia Saudita no hizo comentarios a estas acusaciones.

Las conversaciones tendrán continuidad

“El hecho de que no haya concluido la negociación en Busan puede decepcionar, pero esto no es una sorpresa para los que estamos dentro. Lo que importa ahora es un tratado sólido, por lo cual hace falta una ofensiva diplomática antes de la próxima sesión si queremos cerrar este capítulo importantísima para la gobernanza ambiental global”, dice a este diario Rémi Parmentier, director del Varda Group, un think tank dedicado a la acción ambiental, presente en Busan. Parmentier resalta que se requiere una participación directa a nivel de ministros e incluso de jefes de Estado y de Gobierno.

La próxima meta es que la negociación esté cerrada varios meses antes de diciembre de 2025 cuando tendrá lugar la próxima Asamblea Mundial de los Ministro de Medio Ambiente.

Dos opciones en liza: el meollo de las desavenencias

Hasta este domingo, los países seguían muy distanciados sobre el alcance básico del tratado. Una opción propuesta por Panamá -y respaldada por más de 100 países- plantea fijaba un camino para acercarse al objetivo global de lograr reducción de la producción de plástico, mientras que otros países rechazan poner límites a la producción en absoluto.

Los países petrolero sostienen que el futuro tratado debería centrarse únicamente en la gestión de residuos plásticos (envases y demás) y el reciclaje.

“El problema es la contaminación, no el plástico en sí mismo”, afirmó el delegado saudí, Abdulrahmane Al Gwaiz, durante la última conferencia plenaria del domingo por la tarde.

En tono optimismo el noruego Erland Draget subrayó que “por primera vez aparecen las líneas generales de un tratado” en el último texto alcanzado por los negociadores.

“Reducir”, “mantener” y “gestionar” los plásticos: no es lo mismo

El desacuerdo se percibe en el borrador del documento (al que tuvo acceso este diario), y e su artículo clave:  el encargado de definir el objetivo del tratado, pues se proponen muy diversas metas, para las que se emplean los verbos “reducir”, “mantener” y “gestionar” referidos o bien al “consumo y la producción” o solo al consumo, a fin de llevarlo a “niveles sostenibles”

Se indica también que cada parte adoptará medidas a lo largo de todo el ciclo de vida de los plásticos para lograr o contribuir a la meta mundial a que se hace referencia en la controvertida meta anterior.

Además, cada parte notificaría los datos estadísticos disponibles sobre los esfuerzos para gestionar estos esfuerzos (faltaría por ver si se incluyen las importaciones y exportaciones), sin que queda claro si todo esto se cuantificaría en términos de polímeros plásticos primarios o de plásticos finales (que incluyen aditivos y demás).

Y cada cinco años, a la luz de la evaluación científica y técnica (pero también considerando criterios sociales o culturales y económicos) realizada por el órgano subsidiario de la ONU, “se examinarán los progresos”.

“Tenemos más de 100 países que son realmente ambiciosos. Por otro lado, tenemos un pequeño grupo de países que están... básicamente haciendo correr el tiempo y no avanzando”, dijo Anthony Agotha, enviado especial de la UE para el clima y el medio ambiente. 

“Realmente necesitamos abordar el ciclo de vida completo de los plásticos porque no podemos salir de esta crisis reciclando... No podemos correr con una sola pierna”, añadió.

China, Estados Unidos, India, Corea del Sur y Arabia Saudita fueron las cinco principales naciones productoras de polímeros en 2023.

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De derecha a izquierda, Anthony Agotha, enviado especial para la Diplomacia del Clima y el Medio Ambiente de la Unión Europea; Juan Carlos Monterrey, jefe de la delegación de Panamá; Olga Givernet, ministra delegada de Energía de Francia, y Camila Zepeda, jefa de la Delegación de México, conversan tras una conferencia de prensa

AP

Camino de triplicar la producción de plástico

Si no se hace nada, la contaminación por plástico podría triplicarse en todo el mundo de aquí al año 2060. La producción podría alcanzar los 1.200 millones de toneladas, frente a los 460 millones de toneladas de 2019, según un cálculo de la OCDE.

Las organizaciones ambientalistas señalaron que estaban decepcionadas por el resultado de las reuniones de Busan. “Este retraso tendrá consecuencias desastrosas para las personas y el planeta”, afirmó el delegado de Greenpeace, Graham Forbes.

Los productos químicos preocupantes asociados a los plásticos incluyen más de 3.200 sustancias según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de 2023, que decía que las mujeres y los niños eran particularmente expuestos a su toxicidad.

Queda por decidir la fecha exacta y el lugar de la próxima ronda de negociaciones, en 2025. Canadá y Francia han pedido que esta próxima reunión se produzca a nivel gubernamental, y no entre embajadores y altos funcionarios.

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