“Proteger y recuperar los bosqueses mejor que plantar árboles”
SOS-TENIBILIDAD
El profesor Tom Crowther crea la plataforma Restor para impulsar iniciativas sostenibles
Plantar árboles no es la mejor alternativa para capturar carbono contra el cambio climático. . Así lo afirma Tom Crowther, el destacado científico y ecologista galés que, paradójicamente, fue quien impulsó con sus investigaciones la moda de plantar árboles para salvar el planeta. La solución, a su juicio, no pasa por los grandes monocultivos de masas arbóreas sino por la protección y recuperación de bosques diversos en todo el planeta, lo que se puede hacer con el apoyo a agricultores y comunidades indígenas y locales que viven en sintonía con la naturaleza. Para lograrlo impulsa la plataforma on line Restor, que presenta cartografiado todo el planeta, y conecta iniciativas locales con el capital global, ya sea de grandes inversores o de ciudadanos particulares.
Crowther, que es profesor de Ciencias de los ecosistemas en la ETH (Universidad Politécnica Federal) de Zúrich, reconoce que se entendió mal el mensaje de sus primeras investigaciones. AsÍ lo ha dicho en la nueva edición del ciclo SOS-tenibilidad que desde hace más de dos años organiza La Vanguardia, en el transcurso de la conferencia que el pasado día 31 pronunció por streaming a través de la web de este diario. “La regeneración de la naturaleza –dijo- no consiste en excluir a las personas y plantar hileras de árboles o proteger los bosques a costa de las personas que viven ahí. Eso no soluciona la principal causa de la degradación de la naturaleza, que es la distribución desigual de la riqueza”.
Los bosques regenerados pueden capturar un tercio del carbono que se necesita
“Hace unos años –explicó- participé en una iniciativa que no se entendió del todo bien. Cartografiamos el sistema forestal mundial para comprender la biodiversidad de nuestro planeta. Este gran sistema alberga las mayores reservas de carbono del mundo, pero también la mayor parte de la biodiversidad mundial. Tras cartografiar los bosques del planeta, demostramos que la Tierra alberga la increíble cifra de tres billones de árboles. Supuso un recálculo enorme y cambió la forma de comprender este sistema forestal mundial que nos mantiene”.
El profesor Crowther y su equipo de científicos, sin embargo, descubrieron que ese gran sistema de biodiversidad se ha reducido la mitad en los últimos cien años. “Si bien esta transformación de la naturaleza ha dejado espacio para la agricultura y el suelo urbano -dijo- nos percatamos de que se podía aprovechar mucho espacio. Llegamos a determinar que hay novecientos millones de hectáreas de terrenos que no se usan de forma extensiva para la producción o actividad humanas. Son terrenos degradados donde no hay ecosistemas. Llegamos a la conclusión que, si protegíamos y recuperábamos su naturaleza, podía haber espacio para que volviesen a crecer más de un billón de árboles de forma diversa y sana. Además, si estos bosques maduran, capturarían la increíble cifra de 205.000 millones de toneladas de carbono de la atmósfera, alrededor de un tercio de lo que el cambio climático necesita”.
Hay múltiples formas de ganar más dinero sin dañar la naturaleza
Cuando ese descubrimiento se difundió a través de la revista Science se hizo muy viral y salió en la portada de numerosos medios de comunicación internacionales. En pocos días el mensaje llegó a cerca de sesenta millones de personas y fue el origen del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, de cuyo comité asesor es miembro. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Foro Económico Mundial iniciaron, asimismo, la campaña “Plantemos para el planeta” para proteger y recuperar la naturaleza y los bosques.
“El impulso del cambio fue maravilloso. Sin embargo, por desgracia, mucha gente entendió mal el mensaje –admitió el profesor Crowther-. Pensaron que la solución era proteger la tierra, desplazar a las personas y plantar largas hileras de árboles para captar el carbono. Pero estos árboles, captadores masivos de carbono, no son naturaleza, no son ecosistemas naturales y no ayudan a las especies ni a las personas que dependen de ellos”.
Después de muchas polémicas con la comunidad científica el profesor Crowther afirma que está claro que la regeneración de la naturaleza no puede solucionarse con técnicas de plantación masiva. A su juicio es un error grave sobre la relación entre naturaleza y cambio climático. En una nueva investigación, con la colaboración de cientos de ecologistas de todo el mundo, incluido numerosos españoles, recopiló datos sobre la reserva de carbono en millones de lugares de todo el planeta, creó un modelo de nueva generación y relacionó todos esos datos obtenidos desde tierra con los datos proporcionados por satélites para comprobar cómo se captura el carbono y su potencial en la Tierra. “Esta combinación de enfoques nos demostró –señaló el profesor--que habíamos subestimado ligeramente el potencial de la naturaleza para luchar contra el cambio climático. Los ecosistemas regenerados podían capturar más de 226.000 millones de toneladas de carbono. Y vimos, además, que la solución no estaba en los grandes monocultivos, sino en la protección y recuperación de bosques diversos en todo el planeta. Esta diversidad puede ayudarnos con un tercio de los objetivos del cambio climático”.
El mundo destina diez veces más dinero a destruir el planeta que a regenerarlo
Los “custodios de la tierra”
La recuperación mundial, a juicio del profesor Crowther no consiste en proteger la tierra y excluir a la gente. “Significa –afirmó- encontrar y potenciar a los millones de custodios de la tierra de nuestro planeta, agricultores, poblaciones indígenas, comunidades locales que viven en sintonía con la naturaleza”.
El problema de fondo, en su opinión, es que en el planeta hay unos pocos habitantes con millones de dólares que generan grandes huellas medioambientales, y miles de millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza, en un sistema económico que no les permite alternativas no extractivas. ”Cuando tienes que alimentar a tus hijos y vives al día –afirmó- es obvio que no vas a dedicar tiempo al estado de la naturaleza. No obstante, muchas investigaciones indican que estas personas, cuando salen de esos ciclos de pobreza de forma temporal y ya no tienen que vivir al día, conocen mejor sus ecosistemas, la naturaleza, y son capaces de encontrar opciones sostenibles y renovables, que son las más sostenibles para esas personas a largo plazo”.
El reto, ahora, es cómo conseguir que la población local del mundo gane más dinero con una naturaleza próspera. “Cuando las personas tienen estabilidad económica suelen buscar la solución sostenible –dice profesor Crowther- . Lo vemos en todo el planeta. Vemos gente ganando dinero con el ecoturismo o la producción sostenible de café o madera, y hay múltiples formas de ganar más dinero sin dañar la naturaleza. Por ejemplo, con plantaciones que usen sistemas de cultivo mixtos para mejorar la productividad de sus cosechas, pero todo ello requiere una redistribución de la riqueza. Requiere mecanismos político-económicos que ayuden a las comunidades rurales tanto como a las ricas de las ciudades”.
La biodiversidad es la llave
“La biodiversidad es la llave, el abrelatas para abrir un futuro sostenible –añadió. Cuando comprendemos la biodiversidad, conseguimos un futuro sostenible. Hace 3.000 millones de años la biodiversidad estabilizó el clima e hizo habitable la Tierra. Así que tenemos que recuperarla, tenemos que empoderar a los millones de personas guardianas de la naturaleza y sacarlas de una situación económica que hace más mal que bien”.
Nace la solución “Restor”
Cada gobierno, cada institución, cada empresa y cada persona debe asumir sus responsabilidades para contribuir a recuperar la biodiversidad del planeta. Y, por supuesto, también lo ha hace el profesor Crowther. Junto con la colaboración de la comunidad científica y ecológica mundial ha creado la plataforma digital restor.eco, que cualquiera puede encontrar en internet.
Restor es una plataforma en línea, conocida como el Google Maps de la restauración, que se centra en impulsar proyectos de protección de la biodiversidad en todo el mundo y ayuda a cambiar el flujo de capital. En colaboración con Google dicha plataforma ofrece información de acceso abierto sobre los cambios en el paisaje en todo el mundo, proporcionando información crucial necesaria para mejorar la forma en que medimos los cambios en la biodiversidad. En la actualidad se ha convertido en un centro mundial que ofrece información ecológica de más de 200.000 ubicaciones en 140 países y tiene más de 18.000 usuarios, entre los que se incluyen empresas, inversores y particulares.
El profesor dice que en Restor los gobiernos, las empresas y las comunidades locales pueden publicar sus compromisos de recuperación de la naturaleza, lo que les permite garantizar la trazabilidad y la responsabilidad. Organizaciones de alto nivel como el G-20 y el Bezos Earth Fund, el organismo filantrópico por el fundador de Amazon, Jeff Bezos, también buscan oportunidades en Restor para financiar proyectos.
Hasta la fecha, Restor ha financiado proyectos por valor de seis millones de dólares. Eso es tan sólo un grano de arena si se tiene en cuenta que el déficit de financiación de la biodiversidad se estima en 700.000 millones dólares al año. Pero asegura que Restor está ayudando a desplazar el capital de la financiación de actividades que extraen recursos naturales a las que los regeneran.
Dinero para destruir el planeta
“Son las personas las que hacen posible el cambio. La tecnología ayuda pero el dinero es necesario para impulsar ese cambio. En la actualidad nos encontramos ante una situación increíble: las subvenciones a iniciativas que destruyen el planeta, como los combustibles fósiles o la agricultura industrial, son diez veces superiores a las que regeneran el planeta, como la agricultura sostenible, la agrosilvicultura o las tierras indígenas protegidas. Gastamos diez veces más dinero destruyendo el planeta que ayudándolo, por lo que creo que debemos centrarnos en eso”.
Para el profesor Crowther también es fundamental la financiación mediante deuda. La deuda del norte global con el sur global es enorme. “Muchos de nuestros objetivos de sostenibilidad mundial podrían cumplirse –señala- si el norte global condonara la deuda con el sur global. Cuando el sur global pueda liberarse de esa situación económica que lo ha condenado a ciclos de pobreza tendrá la oportunidad de trabajar con la naturaleza y revitalizar nuestros ecosistemas”.
“Es urgente actuar –concluyó- porque la deforestación y las emisiones de combustibles fósiles aumentan. En mi ámbito de actuación tengo esperanzas porque la iniciativa de Restor muestra a cientos de miles de personas que revitalizan la naturaleza porque comprueban que pueden prosperar con ella sin dañarla. Costa Rica, por ejemplo, es un país que demuestra que la recuperación de la naturaleza se puede conseguir en poco tiempo y que supone beneficios económicos para el país”.