Junio fue inusualmente frío y húmedo en la Península Ibérica, con cifras que lo convierten en el primer mes con carácter frío en España desde abril de 2022. Este registro pone punto final a un período de 25 meses consecutivos sin periodos de esta condición, según el balance climático publicado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
En su conjunto, en la España peninsular hubo una temperatura media de 19,9 grados, 0,2 grados por debajo de la media del periodo de referencia (1991-2020). Estos registros lo convierten en el octavo junio más frío del siglo XXI, detalla en una nota de prensa el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
Junio resultó especialmente frío en amplias zonas del centro y del suroeste de la península ibérica, así como en el este de Catalunya, mientras que fue cálido en el área de Levante, en el interior de la cuenca del Ebro y en la mitad sur de Galicia, llegando a ser muy cálido en zonas costeras del sureste.
El resto de la España peninsular tuvo carácter normal. En Baleares, junio fue cálido o muy cálido, mientras que en Canarias tuvo carácter variable de unas zonas a otras, resultando en conjunto normal, sigue la Aemet.
Esa sensación térmica se debió especialmente a los valores diurnos. Las máximas quedaron 0,6 grados por debajo de lo normal, mientras que las temperaturas mínimas estuvieron 0,3 grados por encima de sus valores normales. Hubo tres episodios fríos de corta duración, por dos cálidos.
Dentro de la red principal de la agencia, la temperatura más elevada se registró en el aeropuerto de Córdoba con 40,5 grados. En cambio, la más baja correspondió a al aeródromo de Burgos, con 1,9 grados el día 13.
Muy húmedo
Junio pasado por agua
Junio tuvo también un carácter húmedo en cuanto a precipitaciones, con un valor sobre la España peninsular de 47,8 mm, que representa el 149 % del valor normal del mes, convirtiéndose así en el quinto junio más lluvioso del siglo XXI.
Fue un mes muy húmedo en amplias áreas del norte, centro y este de España, mientras que tuvo carácter normal en áreas dispersas del norte y noreste, así como en algunas partes del centro y sur, según el balance de la Aemet. En contraste, en áreas en el sureste y centro-sur tuvo carácter o muy seco.
En el archipiélago balear mostró una mezcla de condiciones húmedas y normales, con algunas áreas muy secas, mientras que en Canarias tuvieron principalmente carácter húmedo en las islas de mayor relieve.