La NASA lo tiene claro. El pasado mes de julio fue el más caluroso a nivel mundial… desde 1880. “Nuestros datos confirman lo que literalmente sintieron miles de millones de personas en todo el planeta: las temperaturas de julio de 2023 lo convirtieron en el mes más caluroso registrado”, afirman los científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS), cuyo objetivo es monitorizar los cambios a largo plazo durante décadas y siglos.
La temperatura en esos 31 días fue 0,24 grados Celsius (0,43º Fahrenheit) más cálido que cualquier otro julio en la base de datos de la NASA y fue 1,18º C (2,1º F) más cálido que el promedio registrado entre 1951 y 1980 -los valores de clima "normales" son los que se definen por varias décadas, generalmente 30 años.
El mundo experimenta el cambio climático
Cientos de personas alivian los efectos de las altas temperaturas en la playa de La Concha de San Sebastián
“En todos los rincones, las personas están experimentando de primera mano los efectos de la crisis climática. La ciencia es clara. Debemos actuar ahora para proteger nuestras comunidades y el planeta; es el único que tenemos”, afirma en un comunicado el administrador de la NASA, Bill Nelson.
Partes de América del Sur, Norte de África, Norteamérica y la península antártica fueron especialmente cálidas, experimentando aumentos de temperatura de alrededor de cuatro grados centígrados (7,2 Fahrenheit) por encima del promedio. El calor extremo de este verano puso a decenas de millones de personas bajo advertencias de calor y se vinculó con cientos de enfermedades y muertes relacionadas con el calor.
Israelís y palestinos combaten juntos el calor en los ríos en el parque de Gan HaShlosha, cerca de la ciudad de Beit Shean
El récord de este julio, además, continúa una “tendencia a largo plazo de calentamiento provocado por el hombre, impulsado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero que se ha hecho evidente en las últimas cuatro décadas”, dice la NASA. El anterior récord se obtuvo en julio de 2019.
Según datos de la Agencia Espacial estadounidense, los cinco julios más calurosos registrados desde 1880 ocurrieron en los últimos cinco años. “La crisis climática está afectando a las personas y los ecosistemas de todo el mundo, y esperamos que muchos de estos impactos aumenten con el calentamiento continuo”, dijo Katherine Calvin, asesora principal sobre el clima en la sede de la NASA en Washington.
Un aviso sobre el calor extremo en el Valle de la Muerte, considerado uno de los lugares más calientes de la Tierra, donde respirar supone algo así como inhalar fuego
La NASA obtiene su registro a partir de datos de temperatura del aire en la superficie de decenas de miles de estaciones metrológicas, así como datos de la superficie del mar adquiridos por instrumentos situados en barcos y boyas. Estos datos sin procesar se analizan utilizando métodos que incluso tienen en cuenta los efectos del calentamiento urbano, que podrían sesgar los cálculos.
“Este julio no solo fue más cálido que cualquier julio anterior, fue el mes más cálido en nuestro registro, que se remonta a 1880”, dice el director del GISS, Gavin Schmidt. “La ciencia es clara, esto no es normal. El calentamiento alarmante en todo el planeta se debe principalmente a las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre. Y ese aumento en las temperaturas promedio está alimentando el peligroso calor extremo que la gente está experimentando en todo el mundo”, añade.
Varios niños se refrescan en una fuente en Bilbao
La Agencia espacial señala que fueron las altas temperaturas de la superficie del mar las que contribuyeron al calor récord de julio. Las aguas oceánicas están mucho más calientes y eso hace que más agua caliente vaya a la atmósfera, algo que intensifica las tormentas y crea huracanes. En el Pacífico tropical oriental hubo zonas especialmente cálidas, evidencia de El Niño, que comenzó en mayo.
“Fenómenos como El Niño o La Niña, que calientan o enfrían el océano Pacífico, pueden contribuir en una pequeña parte de la variabilidad interanual de las temperaturas globales. Pero estas contribuciones normalmente no se notan cuando estos eventos climáticos comienza a desarrollarse en el verano del hemisferio norte”, explican los científicos.
Un drona recoge imágenes del glaciar del Aneto, en claro retroceso
La NASA espera ver los mayores impactos de El Niño en febrero, marzo y abril de 2024. Además, afirma Schmidt, "están sucediendo otras cosas más allá de El Niño", con "temperaturas extremas en el Atlántico Norte" y en otras partes y "una persistencia de anomalías en la temperatura de la superficie del mar".
Los efectos de este calentamiento global se traducen en "olas de calor y lluvias más intensas", y contribuyen "al crecimiento de incendios forestales en áreas que han sido afectadas por las altas temperaturas". Consecuencias que están viéndose, por ejemplo, en los recientes incendios en Hawái, los más mortíferos del último siglo en Estados Unidos, con casi un centenar de víctimas en la isla de Maui.
Los incendios en Hawái están siendo devastadores
"La trayectoria de las tormentas se ha estado moviendo hacia el norte con el cambio climático. Hawái ha estado recibiendo en general menos precipitaciones, década tras década. Veremos incendios forestales cada vez más grandes e intensos", comenta el director del GISS.
El incremento de la temperatura en el océano, dicen los expertos de la Agencia Espacial de EE.UU., es un perjuicio general para la economía del planeta, "no solamente en términos de alimentos, sino de comercio, con rutas marítimas afectadas por haber más tormentas".
Efectos económicos
Unos efectos económicos que también sufrirán los millones de personas que viven junto a la costa. "Las tormentas y huracanes afectarán a la infraestructura costera y habrá más inundaciones", aseguran. La temperatura del mar puede incluso contribuir a que "haya tormentas de nieve mucho más fuertes, aunque parezca contraintuitivo".