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Un plan combatirá la amenaza del coipú, el último gran animal invasor de ecosistemas

Nuevo inventario en Catalunya

Catalunya registra la entrada de unas 30 especies exóticas de promedio al año y ya tiene inventariadas 1.678, de las que 198 están en plena expansión

Los expertos ven ilusorio su erradicación en muchos casos y plantean como solución contener su avance para evitar daños mayores y mantenerlas lejos de los enclaves de mayor valor natural

El coipú, una rata herbívora de ambientes acuáticos originaria de Sudamérica, se ha convertido en una de las más recientes y preocupantes especies exótica invasoras de Catalunya

Creaf

El coipú, un roedor herbívoro de gran tamaño parecido a la rata y a la nutria, propio de ambientes acuáticos originario de Sudamérica, se ha convertido en la más reciente y preocupante especie exótica invasora.  Los daños que origina en los cultivos de las comarcas de Girona obligarán a que el gobierno catalán presente un plan de choque para controlar su expansión.

Así se ha indicado en la presentación del nuevo inventario de las especies exóticas de Catalunya (Exocat), en donde en estos momentos están inventariadas 1.678 especies exóticas. de las cuales 198 son invasoras (el 12%). 

En Catalunya se han contabilizado 630 especies exóticas más que hace 9 años; y de éstas, 293 (el 46%) son nuevas introducciones (el resto se debe a un mejor conocimiento), por lo que se estima que cada año entran de promedio unas 30 especies exóticas, según estima Joan Pino, director del Creaf.

Una especie en rápida expansión

Uno de los focos de mayor preocupación se centra ahora en el coipú (Myocastor coypus). Este roedor fue introducido desde Francia hace solo diez años y se ha extendido rápidamente hacia las comarcas gerundenses (Empordà, el Gironès, el Pla de l'Estany y la Garrotxa). En Francia fue utilizado abundantemente en la industria peletera, antes de que  algunos ejemplares se escaparan de las granjas. 

El coipú abunda especialmente en zonas de humedales, estanques o rieras, e incluso puede realizar desplazamientos por mar. Este animal está causando importantes daños en los cultivos de arroz, entre otros impactos, por lo que el gobierno catalán presentará mañana un plan para contener su expansión.

Alerta temprana

La Administración catalana quiere abordar el problema para evitar que sea un nuevo caso en el que se vea desbordada por la  "invasión" de una especie exótica. 

Los expertos ven necesario extremar la vigilancia para evitar la entrada de nuevas especies exóticas colonizadoras, pero en muchos casos pretender erradicarlas puede ser una tarea titánica o ilusoria cuando ya se han asentado y se han hecho fuertes en el territorio. 

Por eso, para afrontar el problema, se considera prioritario contener su avance, prevenir daños económicos, ecológicos y en la salud, y mantenerlas lejos de los enclaves de mayor valor natural para salvar las especies que estos albergan.

Así lo indica Anna Barnadas, secretaria de Medi Ambient del Govern, para quien el objetivo central ya no sería "erradicar" las especies exóticas invasoras, como marca la legislación estatal, sino controlar sus poblaciones para evitar los daños sobre el medio natural y la producción del sector primario, como aconseja el problema suscitado por el coipú en Girona, por ejemplo. El Gobierno catalán duplicará su presupuesto para este fin (de uno a más de tres millones de euros).

El 'caso de éxito', la avispa asiática

El documento Les espècies exòtiques a Catalunya (del Creaf y el Departament d'Acció Climàtica) recomienda reforzar todos los mecanismos de detección rápida con la red de alerta, pero asumiendo que acabar con ellas puede ser una tarea imposible como se ha visto también en el caso de las avispa asiática. Este es un ejemplo clarísimo de cómo los intentos para erradicar una especie ya no tienen ningún viso de éxito; y, a lo sumo, lo que se puede intentar es evitar daños mayores.

Joan Pino destaca que el problema principal de las especies exóticas invasoras es que en muchas ocasiones se produce una detección tardía y la reacción para intentar afrontar el problema se da cuando ya es casi imposible encontrar un remedio para evita su implantación. "Sólo podemos plantearlo si la especie se detecta en una fase inicial, en un estadio en que aún no está estabilizado", añade.

Cuando se ha llegado a determinado nivel de expansión y de distribución en el territorio, “es muy difícil, caro y prácticamente inviable su erradicación”, señala.

En este contexto, lo único que puede plantearse es “ejercer ‘un cierto control sobre las especies” exóticas invasoras que comportan un mayor peligro económica, ecológico o en la salud. “La opción es mantener estas especies invasoras fuera de las zonas naturales más frágiles, más bien conservadas o de hábitats más escasos” dice Pino. La mejor solución es “mitigar el impacto” de estas sobre la economía y la salud.

Cotorras argentinas

LV

La lista negra

El inventario incluye también una lista negra de las especies invasoras, para remarcar aquellas en las que se deberían centrar las políticas y las medidas de acción para evitar una mayor expansión.

En los últimos años se ha apreciado una fuerte implantación de especies acuáticas, incluidos los anfibios, así como insectos, que ha salido victoriosos frente a los intentos de controlas estas poblaciones: y no solo la avispa asiática, sino también el mosquito tigre, el picudo rojo (el escarabajo que ataca la palmeras) o la polilla del boj.

Estas especies llegaron a Catalunya hace pocos años pero en poco tiempo han colonizado el territorio de manera destacable y ha ocasionado importantes daños económicos, ecológicos y en la salud.

Avispa asiática

LV

Ejemplos de rápida expansión

También han experimentado una rápida expansión algunas aves, como la cotorra argentina (de plumaje verde y pecho gris) o la cotorra de Kramer (de plumaje verde-amarillento).

De la misma manera, destaca la colonización del pez mosquito (la gambusia), un pececito que se mueve en las aguas litorales y que se da por irradicable. “No se puede erradicar, es imposible; porque si fuera así se causaría un gran impacto sobre los ecosistemas porque ya ha sustitutito a los peces autóctonos”, expone Pino.

En detrimento de especies autóctonas 

Muchas veces esta expansión se produce en detrimento de especies autóctonas. Es el caso del fartet, un minúsculo pececito omnívoro considerado como uno de los animales en mayor peligro de extinción y que vive en los humedales del litoral, o del samaruc, un pez de agua dulce que ha pasado de ser la la base de alimentación de muchas aves de los ‘aiguamolls’ a principios de siglo XX a ser una especie arrinconada por el pez mosquito (gambusia).

Cangrejo americano, animal que ha colonizado el delta del Ebro

En el caso del cangrejo americano, que ha colonizado el delta del Ebro, la única solución es ya “aprender a convivir con él”, dice Pino, “e intentar mantener al cangrejo americano aislado del cangrejo ibérico”. En este sentido, y con esta finalidad se han desarrollado algunas experiencias interesantes en Málaga donde en algunas cabeceras de ríos se ha colocado al cangrejo ibérico, segregado del cangrejo americano aguas abajo. Por eso, “se construyó una barrera física en el lecho del río para separar ambas poblaciones”.

Se hace necesario también seguir combatiendo la avispa asiática. Pero aquí la mejor opción sería ayudar a los productores a mantener su panales al margen de los impactos d esta especie, con la esperanza de que esta se vaya integrando en los ecosistemas, hasta que, por fin, aparezcan predadores, como el halcón abejero europeo, para que vaya equilibrado esta poblaciones.

Las esperanzas residen a veces en saber que las poblaciones de muchas especies invasoras, tras una fuerte irrupción y expansión inicial, se hacen tan numerosas que al final se convierten en un recurso abundantes para otras especies, que son sus predadores.