El tapir de tierras bajas, en riesgo de desaparecer

Ecología

Un estudio realizado por expertos de Brasil durante 15 años indica que la gran mayoría de las poblaciones son demográfica y genéticamente inviables por el aislamiento de su hábitat

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Tapir de tierras bajas

Tapir de tierras bajas

Viard/iStockphoto

El tapir de tierras bajas, cuyo nombre científico es Tapirus terrestris es el mamífero terrestre más grande de América del Sur. Son conocidos como los arquitectos del bosque. El tapir amazónico puede llegar a pesar 250 kilos, se alimenta de plantas y frutas y es un importante dispersor de semillas. Son capaces de vivir en hábitats diversos, pero su población ha disminuido notablemente.

Con el fin de conocer con exactitud el estado de conservación de los tapires del Bosque Atlántico, un grupo de expertos de distintas instituciones y desarrollado por el Instituto de Investigaciones Ecológicas de Brasil, han llevado a cabo un estudio a largo plazo durante los últimos 15 años, cuyos resultados han sido publicados en Biología Neotropical y Conservación. Los investigadores estiman que sus poblaciones corren el riesgo de desaparecer casi por completo.

Escasez

Quedan entre 2.665 y 15.992 tapires en 48 poblaciones confirmadas

Para recabar la información necesaria, visitaron 93 bosques y recopilaron 217 informes realizados por expertos. Como resultado, estiman que “quedan entre 2.665 y 15.992 tapires en 48 poblaciones confirmadas”, que ocupan 26.654 kilómetros cuadrados de bosque o el “1,78% de su rango original de bioma”. La principal amenaza es el aislamiento de sus grupos de población.

Hay, además, otros elementos que juegan en contra del tapir, como son la caza y la deforestación. Los modelos Vortex, un proceso que explica la disminución progresiva en la abundancia de una población debido a factores extrínsecos, indican que “entre el 31,3% y el 68,8% y entre el 70,8% y el 93,8% de las poblaciones son demográfica y genéticamente inviables durante los próximos 100 años”.

Un tapir se baña en la orilla de un río brasileño

Un tapir se baña en la orilla de un río brasileño

Getty Images/iStockphoto

El aislamiento de las poblaciones, el mayor problema

Solamente entre tres y catorce poblaciones son viables, teniendo en cuenta que los tapires utilizarán diversas plantaciones de árboles y tierras agrícolas. Sin embargo, se mantendrán aisladas por la caza y las carreteras. Advierten los expertos de que existe un amplio hábitat para una expansión de la población, pero “será necesario superar las causas del aislamiento para que esto ocurra”.

Salvar al tapir de las tierras bajas requiere medidas urgentes, para conectar poblaciones aisladas. Pero no es la distancia entre los fragmentos de población lo que los detiene, sino las múltiples amenazas a las que se enfrentan al cruzar el hábitat, porque a menudo mueren cuando lo intentan.La expansión del tráfico dentro y alrededor de las áreas naturales es una seria amenaza para las grandes poblaciones de tapires que, de otro modo, podrían prosperar, como las de Misiones, Argentina, y Serra do Mar, Brasil.

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Los tapires tienen un bajo potencial reproductivo

Patricia Medici, una de las investigadoras del estudio, ha explicado que otra de las dificultades para el mantenimiento de esta especie es que "los tapires tienen un bajo potencial reproductivo, incluyendo un largo ciclo reproductivo con el nacimiento de una sola cría después de trece a catorce meses de gestación e intervalos de hasta tres años entre nacimientos”. Por eso, en el caso de pequeñas poblaciones, la pérdida de un sólo individuo por año puede provocar la rápida extinción de toda una población.

São Paulo y Paraná en Brasil tienen el mayor número de poblaciones. Las dos más grandes se encuentran en Misiones, Argentina, en las reservas de Iguazú y Turvo, en Paraná y Rio Grande do Sul, Brasil. "Hasta donde sabemos, no hay evidencia de movimiento de tapires entre estas poblaciones", señala Medici.

Los resultados del estudio, sin embargo, dan pie a un “cauteloso optimismo” sobre el futuro: "A pesar de estos continuos desafíos para su conservación, la mayoría de las poblaciones parecen estar estables o en aumento y la perspectiva de conservación de la especie es mejor que hace varias décadas, cuando comenzaron los primeros esfuerzos para proteger la especie", concluye Kevin Flesher.

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