Después de una buena comida a las 7 de la mañana, con un plato abundante de arroz para coger fuerzas, tomamos la salida de la Alpinum TotalEnergies, antes conocida como Alp Cerdanya Cycle Tour, alrededor de las 8. Por delante nos esperaba uno de los recorridos más bonitos y completos que se pueden disfrutar en la Cerdanya.
Los primeros kilómetros, con una vuelta al valle bastante llana, transcurrieron más rápido de lo normal. Imponiendo ritmo en el pelotón se encontraba Miguel Induráin, que a sus casi 60 años, comandaba un grupo de 900 ciclistas junto a Luis León Sánchez.
Una vez en la población francesa de Ur, empezamos a subir el Coll del Calvari (18km al 3,7%), una larga y tendida ascensión para alcanzar prácticamente los 1.900 metros de altitud. En esta primera subida, el grupo grande se fue rompiendo, poniendo en su lugar a cada uno de los participantes.
En nuestro caso, con buenas piernas, tuvimos la oportunidad de aguantar y disfrutar del Coll del Calvari a un compás vertiginoso.
El primer puerto de la Alpinum Cerdanya, el Coll del Calvari, se subió a un ritmo muy alegre.
Pocos minutos más tarde, durante el descenso, la niebla invadió todo el paisaje. Después de superar el Coll de la Creu, nos encontramos con una interminable bajada, técnica y estrecha, cumpliendo con todos los requisitos de la típica carretera francesa.
La niebla, la humedad y el frío se apoderaron de cada curva durante los casi 900 metros de desnivel negativo, hasta que el asfalto volvió a picar para arriba.
Pedalada tras pedalada, nos acercábamos a la temida zona de toboganes, 4 kilómetros muy irregulares, con diferentes tramos por encima del 10%, donde un segundo de despiste se convertía en unos palmos de separación casi imposibles de cerrar.
Pedalear junto a amigos siempre es una experiencia extraordinaria.
De pie, con la cadencia baja, y sin ninguna corona más disponible en la piñonera, conseguimos encontrar un ritmo duro y constante, que nos llevó hasta la cima. Justo en el punto más alto, en el avituallamiento, rellenamos bidones y cogimos algo de comida, para afrontar el último tercio del recorrido.
Lee también
Con el sol ya reluciente, nos esperaba una vuelta de unos 60 kilómetros muy rodadores en su mayoría, con alguna “tachuela” que nos hizo apretar los dientes más de una vez.
Durante toda la segunda mitad del recorrido, intentamos mantener un ritmo alto y constante.
Después de haber alcanzado los 9 grados en la bajada, rápidamente la temperatura ascendió hasta lo suficiente para volver a ser conscientes que estábamos a mediados de junio.
Las largas bajadas de los Pirineos, incluso en pleno verano, pueden dar sensación de frío.
Porque sí, los Pirineos tienen estas cosas, a pesar de estar prácticamente en verano, siempre podemos ver como la meteorología hace de las suyas.
Lee también¿Cómo vestir durante los meses de primavera?
Pasando al relevo, sin guardar prácticamente nada, llegamos a Alp, punto de inicio y final de la Alpinum TotalEnergies 2024. En este punto, los participantes de la marcha larga, todavía debían afrontar un duro puerto más, hasta completar los más de 3.600 metros de desnivel propuestos.
Al llegar a meta, todo eran risas y buenas sensaciones.
Mientras tanto, el resto de participantes, de los recorridos corto y medio, ya podíamos disfrutar de la comida final, comentando el impresionante recorrido con el resto de compañeros y compañeras.
Algunos hablaban de la suerte de haber podido ir en grupo en la parte final, y otros justamente lo contrario. ¡Qué duro es este deporte Pedro!
Por cierto, citando esta famosa frase de Carlos de Andrés… El icónico periodista también participó en esta magnífica marcha. En otra ocasión ya vendrá Pedro Delgado, quién organiza la La Perico (11 de agosto), una de las otras 4 pruebas que conforman el Circuito de Cicloturismo TotalEnergies Challenge.
Lee también
