La Península Ibérica, del mismo modo que gran parte del continente europeo, está inmersa en una burbuja de aire frío. Consecuentemente, en muchas zonas, las temperaturas serán bastante más gélidas de lo normal, bajando fácilmente de los cero grados.
Ante esta situación, la mayoría de ciclistas preferiremos quedarnos en casa antes que volver temblando, con los pies helados y sin tacto en las manos.
Pero esto, ni mucho menos, no tiene porqué limitar nuestras horas de entrenamiento. Los rodillos, que se popularizaron durante el confinamiento, son la solución perfecta para salvar las épocas de frío y poca luz.
Más allá de estas y otras ventajas, como la optimización del tiempo, también son una opción ideal para realizar entrenamientos por potencia. Los rodillos inteligentes suelen incorporar potenciómetros y, gracias a sus sistemas de regulación automáticos, la fuerza es sumamente precisa.
En este caso, puede existir una pequeña variación en los datos de potencia respecto los generados por el potenciómetro de la bicicleta de ruta. Si la disfunción es exagerada, siempre se podrá conectar el potenciómetro habitual al ciclocomputador.
En cambio, los rodillos convencionales, ya sean de rulos o de fricción, no acostumbran a incorporar potenciómetro. Para poder medir la fuerza, deberemos instalar un medidor de potencia, pero no todos servirán. Los potenciómetros de pedal Favero Assioma permiten cambiar el medidor de potencia de la bici de ruta a la bici fija, facilitando mucho el montaje y sincronización en apenas un par de minutos.
Además, su preciso sistema nos proporciona una lectura de datos completa para poder completar las series pautadas sin ningún tipo de problema. Otras funciones, como IAV Cycling Dynamics, disponibles tanto en la versión UNO como DUO, dan información complementaria sobre el punto de la pedalada donde se produce más fuerza o el balance de potencia entre las dos piernas.
Una vez volvamos a la carretera, nuestro rendimiento habrá mejorado. En el exterior, ya no será tan fácil ajustarse a unos vatios concretos, pero los datos de potencia seguirán siendo el indicador más fiable de nuestro estado de forma.