Esclarecerse entre los componentes, características y mejoras de las bicicletas de hoy en día es cada vez más difícil, además de los bruscos altibajos económicos que esto suele suponer. La firma ciclista americana, Specialized, lo ha hecho de nuevo aunque con mucho sentido. Acaba de sacar el STR o Suspend The Rider, sistema de amortiguación dispuesto, a priori, a dar un salto revolucionario al sector Gravel.
Tratándose de una de las marcas referentes en el sector Gravel, recordemos que éstas tienen origen en el ciclocrós, aunque incorporan unas ruedas de mayor amplitud que permiten circular por pistas de grava, arenilla, asfalto y la carretera más purista. Aunque también pueden circular por trialeras, a diferencia de una buena bicicleta de montaña, no pueden incorporar amortiguación de ningún tipo porque necesitan mantener la capacidad de aprovechar la fuerza en los tramos de terreno “regular”, precisamente para ser algo más allá de una BTT.
Cómo funciona?
Podríamos resumirlo cómo la versión sofisticada de la suspensión interior horizontal típica de las bicis de montaña pero más delicada y apreciable. Básicamente, parte de la elevación, a modo de muelle, de la tija del sillín que eleva al ciclista en los momentos de impacto para que no pierda posición de “pedaleo eficiente”. Por otro lado, incorpora el clásico amortiguador hidráulico en el tubo horizontal del cuadro. Digamos que la rueda sube, el cuadro baja, y el ciclista se mantiene. Además, la modificación sólo aumenta 400 gramos de peso, la gran preocupación habitual del comprador, aunque, cabe comentar también, que este "update" sube mil euros de precio respecto la gama más alta de la Diverge Carbono sin STR y, por otro lado, la gama pro de Specialized -S-WORKS- con el sistema STR se dispara hasta los quince mil euros de precio de salida.