Cambia el aceite del coche regularmente, si no quieres pagar las consecuencias
El motor puede sufrir graves daños si circulamos por debajo del nivel mínimo o no lo sustituimos cuando toca hacerlo
Comprobar el nivel del aceite es una de las rutinas que forma parte del mantenimiento del coche. De la misma manera que periódicamente revisamos el estado de los neumáticos, las luces o el líquido de frenos, también debemos hacerlo con el aceite sin esperar a que el testigo del cuadro de mandos nos avise de una posible anomalía. Un examen periódico para cerciorarnos de que el nivel del aceite es el adecuado nos llevará muy poco tiempo y evitará que el motor sufra graves consecuencias por falta de lubricación.
La función del aceite es lubricar y proteger el motor. Gracias a la capa que se forma entre las partes móviles del motor se consigue minimizar el desgaste que sufren estas piezas como consecuencia de la fricción. De lo contrario, se van deteriorando con el paso del tiempo y provocan daños en el filtro, que acabará tapándose al acumularse toda la suciedad en él. También conviene tener presente que el aceite cumple con la función reductora de temperatura de todos los componentes del vehículo para conseguir un rendimiento óptimo.
Por tanto, aunque cueste creerlo, la función del aceite es fundamental para el buen funcionamiento del motor de nuestro automóvil. Por eso no podemos olvidarnos de echar un vistazo a la varilla apara comprobar el nivel antes de ponernos al volante, sobre todo si a causa del confinamiento hemos estado un largo periodo de tiempo sin hacerlo.
El precio de las reparaciones derivadas por la falta de lubricación del motor oscilan entre los 1.000 y los 4.000 euros
No solo conviene revisar el nivel del aceite sino también tener en cuenta cuándo nos toca sustituirlo por otro nuevo. Con el tiempo la mecánica de los coches ha mejorado y tranquilamente se puedan recorrer más de 20.000 kilómetros con el mismo aceite. La distancia puede variar en función de varios factores, como son la calidad del líquido, el modo de conducción y el tipo de trayectos que solemos realizar. Hay que tener presente que si el coche no tiene un uso continuado la duración del aceite es menor por el desgaste que sufre el cárter con el vehículo parado y por los arranques en frío.
La reciente reapertura de los talleres mecánicos, siguiendo los protocolos de seguridad e higiene y caso siempre con menos trabajadores que de costumbre, está provocando un cierto nivel de saturación durante los primeros días de actividad. Debido a ello, si no conseguimos cita en el momento que tenemos que cambiar el aceite, aún podemos apurar unos cuantos kilómetros más, un millar como máximo, siempre y cuando su nivel esté por encima del mínimo. Así lo asegura a este medio el presidente del Gremi Provincial de Tallers de Reparació d’Automòbils de Barcelona, Celso Besolí, al confirmar que desde que han vuelto a retomar la actividad no hay muchos huecos libres.
Cambiar el aceite a tiempo y sustituir el filtro para que el proceso sea efectivo, evitará que se deteriore el motor. Las averías más frecuentes que se producen por no respetar el cambio de aceite son las siguientes:
-Desgaste prematuro del motor.
-Ruidos provocados por la falta de lubricación del motor.
-Rotura de los casquillos a causa del roce.
-Gripado del motor.
-Arqueos de levas.
-Daños en los catalizadores (en los vehículos diésel).
La reparación de estos desperfectos supone un buen pellizco para nuestros bolsillos, ya que por lo general la factura no baja de los 1.000 euros y según los casos puede ascender a los 4.000 euros. Los vehículos que peor parados suelen salir son los diésel porque la falta de lubricación del motor afecta a los filtros de partículas y a los catalizadores.
En el caso de que seamos unos manitas y nos veamos capacitados para cambiar nosotros mismos el aceite del coche, a continuación damos unas pautas para hacerlo sin necesidad de tener que llevar el vehículo al taller. Además de evitarnos el desplazamiento conseguiremos no tener que pagar por la prestación del servicio.
- Preparación
Antes que nada, hay que advertir que el cambio de aceite no debe hacerse con el motor en frío porque dificulta su extracción ni muy caliente porque nos podemos quemar; así que debemos encender el coche no más de cinco minutos para que el aceite se temple. Una vez conseguida la temperatura idónea, apagamos el motor y ponemos la primera marcha.
-Elevar el coche
Con un par de cuñas colocadas bajo las ruedas delanteras, elevamos el frontal del vehículo para conseguir el desnivel que nos permitirá hacer el vaciado del depósito del aceite. Una alternativa a las cuñas -si no disponemos de ellas- es la utilización de dos gatos que debemos colocar en los laterales del coche para que quede levantado por delante.
-Vaciar el aceite usado
Una vez detectado el tapón de vaciado de aceite, colocamos un recipiente debajo para que el líquido no se desparrame por el suelo. A continuación, aflojamos el tapón con una llave inglesa y procedemos a vaciar el aceite. Cuando todo el líquido haya salido hay que volver a colocar el tapón asegurándonos de que queda bien sujeto.
-Cambiar el filtro del aceite
Abrimos el capó y localizamos el filtro del aceite. Lo extraemos y lo sustituimos por el nuevo. Antes de colocarlo, lubricamos el sello de goma con el aceite nuevo y lo colocamos en su lugar, ajustándolo con la misma llave que nos había permitido extraer el viejo.
-Rellenar el depósito
Por último, debemos verter el aceite nuevo en el depósito con la ayuda de un embudo hasta alcanzar el nivel adecuado.
-Comprobar que no gotee
Antes de volver a circular hemos de asegurarnos de que no gotee aceite del coche. Para ello hay que dejar el coche en punto muerto y comprobar que está todo correcto. Si pierde líquido, hay que volver a apretar el botón y volver a hacer la comprobación.