Aparcar es una de las maniobras que más detestan algunos conductores. Para empezar, en las grandes ciudades, resulta una auténtica odisea encontrar un hueco en la vía pública. Y, una vez localizado, llega el momento estresante para numerosas personas de hacer cálculos mentales para meter el coche en ese espacio con el menor número de movimientos posible. No es nada raro que algunos conductores aborten la operación cuando ven que les cuesta hacerlo y se ponen nerviosos porque entorpecen la circulación.
Conscientes de la dificultad que puede llegar a entrañar, la DGT realiza una serie de consejos para ayudar tanto en los aparcamientos en batería (en perpendicular a la calzada) como en línea (en paralelo a la calzada). Independientemente del tipo de estacionamiento, en ambos casos es obligatorio informar, con suficiente antelación, al resto de usuarios de la vía de que se va a proceder a ejecutar la maniobra. Es tan sencillo como activar el intermitente situado en el lado donde se va a colocar el coche y reducir la velocidad progresivamente.
En ningún caso hay que dar un frenazo que comprometa la seguridad vial, es decir, se debe abandonar la acción si el vehículo posterior no tiene margen de reacción para deternerse o cambiar de carril. También se puede parar un poco más adelante y dar marcha atrás, siempre que el recorrido sea inferior a 15 metros y no se invada un cruce de vías.
Aparcamiento en línea
Para realizar el aparcamiento en línea conviene colocarse en paralelo junto al vehículo estacionado delante de la plaza vacía y alinear el eje trasero de nuestro coche con el parachoques posterior del otro automóvil. La infografía elaborada por la revista de la DGT especifica una maniobra realizada en la parte derecha de la calzada.
En este caso, hay que girar el volante hacia la derecha y retroceder hasta que nuestro retrovisor izquierdo apunte a la mitad del coche de atrás. Otra referencia válida es que el retrovisor derecho esté a la altura del paragolpes del vehículo de al lado. Seguidamente, debemos girar a la izquierda y volver a retroceder. Si es necesario, debemos dar marcha adelante para completar la maniobra.
Cabe señalar que las citadas indicaciones referenciales de lado cambian cuando el estacionamiento se ejecuta en la izquierda, lo que podría suceder, por ejemplo, en una vía de un solo carril con zona de aparcamiento en los dos costados.
Aparcamiento en batería
En cuanto al estacionamiento en batería, debemos situar nuestro paragolpes trasero en línea con el vehículo aparcado. Después, hay que girar al máximo el volante hacia el lado donde está el hueco y dar marcha atrás. Debemos observar a través del retrovisor que no rozaremos el vehículo estacionado cuando nuestra rueda trasera rebase el faro. Seguidamente, cambiamos la dirección del volante para corregir la trayectoria y acabar la maniobra. Si es necesario, damos marcha adelante para centrar el coche.
Desde hace años los automóviles pueden equipar, de serie o en opción, sensores de aparcamiento que emiten señales sonoras para alertar al conductor que se está aproximando demasiado a un obstáculo. Algunos incluso incorporan cámaras que se activan cuando se circula marcha atrás.
Son tan prácticas que hasta forman parte de los sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS) que, desde mediados de 2022, son obligatorios en los turismos de nueva homologación en Europa. Sin duda, la cámara trasera con alerta de tráfico cruzado resulta de gran ayuda a la hora de salir de un estacionamiento, pues detecta si por la parte posterior está pasando otro vehículo, una bicicleta o un peatón, y es capaz de frenar el coche.
Por otro lado, en el mercado existen automóviles que se aparcan solos, es decir, equipan sofisticadas tecnologías capaces de realizar la ejecución de la maniobra forma automática incluso sin necesidad de que el conductor se encuentre dentro del coche. Tal es el caso, por ejemplo, del BMW Serie 5 o del Kia Sorento. Sin duda, una virguería anhelada por aquel automovilista menos ducho en las maniobras de estacionamiento.