El coche más caro del mundo tiene pasado español

Un Ferrari 250 GTO de 1963 se ha vendido por 60 millones de euros

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El Ferrari 250 GTO se ha convertido en el coche más caro del mundo

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Quienes se quedaron boquiabiertos hace cuatro años al enterarse de que alguien había pagado la friolera de 38 millones de euros por un Ferrari 250 GTO de 1962, ahora es mejor que tomen asiento porque otro ejemplar de este preciado modelo se ha convertido en el coche más caro del mundo. El consejero delegado de la compañía Weathertech, David McNeal, ha desembolsado unos 60 millones de euros por la unidad, con el chasis 4153 GT, que hasta ahora pertenecía al piloto alemán Christian Glaesek, quien lo había adquirido en 2003.

Si bien en agosto de 2014 la venta se produjo en una subasta de Bonhams celebrada en Monterey, en esta ocasión la operación ha sido más reservada, por lo que no ha trascendido cuánto se ha pagado exactamente por el ejemplar. Mientras unos medios hablan de 70 millones de dólares, otros elevan la cifra hasta los 80.

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El Ferrari 250 GTO de la Serie I estaba propulsado por un motor de 280 CV

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Sea cual sea el montante, se quedará corto con el valor que puede alcanzar el automóvil en apenas cinco años. Según el prestigioso historiador de Ferrari y coleccionista Marcel Massini, en ese tiempo, el modelo podría tener un valor de 100 millones de dólares. Pero ¿qué tiene este automóvil para ser tan buscado y preciado? Para empezar su escasez. Y es que la marca italiana fabricó 39 unidades de este coche de carreras (33 de la Serie I, tres con carrocería inspirada en el 250 LM y otros tantos con un motor de 3,5 litros).

El ejemplar que aquí nos ocupa, construido en 1963, pertenecía a la Serie I y estaba propulsado por un bloque 3.0 V12 de 280 CV. Su primer propietario fue el piloto Pierre Dumay, que lo utilizó para participar en varias competiciones. Entre los logros deportivos del vehículo destaca su cuarto puesto en Le Mans (1963) y la victoria en la carrera de resistencia Tour de Francia de 1964, con Lucien Bianchi y Georges Berger.

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El interior de este magnífico Ferrari está impecable

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Curiosamente, el coche estuvo en España durante varios años, después de que lo adquiriera Gerard Delgado, un francés afincado en Barcelona. De hecho, desde 1966 hasta 1969, participó en diversas pruebas nacionales –buena parte en Cataluña- junto a su gran amigo Eugenio Baturone.

La última vez que se vio en público el Ferrari 250 GTO que recién ha comprado McNeal fue el año pasado. Esta joya sobre ruedas participó en el mítico Festival de la Velocidad de Goodwood. Y, según asegura el portal CarBuzz, habrá más ocasiones para deleitarse con esta preciosidad, puesto que al nuevo propietario le gusta lucir sus adquisiones en eventos y carreras de clásicos.

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