La red de carreteras de España está marcada por la diversidad geográfica del territorio. Así, en los miles de kilómetros que abarca, nos podemos encontrar con tramos de todo tipo, algunos más complejos que otros a la hora de circular. Desde rectas “infinitas” hasta curvas serpenteantes o, como ahora vamos a ver, calzadas tan empinadas que resultan imponentes.
Es inevitable pensar en cuál de todas ellas será la que ofrece un mayor desnivel y, sobre todo, cómo conducir para evitar problemas. En este sentido, algunas de las carreteras más empinadas las encontramos en regiones del norte, como Asturias o Cantabria, aunque Barcelona también presenta alguna que otra cuesta complicada.
Del Puerto de Angliru a la ‘Si puedes’
Calles más empinadas en España

El ascenso al Angliru, un puerto de montaña mítico desde los noventa
Sin duda alguna, una de las zonas con mayor grado de elevación se localiza en Asturias. Concretamente, en el Puerto de Angliru. Muy próximo a la localidad De la Vega, este espacio fue popularizado en 1999 por la Vuelta Ciclista a España, debido a que sus rampas llegaban a alcanzar un 23% de pendiente. Más elevado aún es el porcentaje de Los Machucos (Cantabria), un 26%, aunque en este caso la longitud es considerablemente menor.
Con un 29% de desnivel se encuentra la pendiente del Mirador de Ézaro, un puerto de montaña situado en la Costa de la Muerte, en Galicia. Sin embargo, a esta rampa le sucede lo mismo que a la de Los Machucos: su escasa longitud hace que sea algo más llevadera.

Para ayudar a los peatones que deben subir la cuesta se han instalado escaleras mecánicas
A lo largo de España, existen además otras cuestas destacables, como la “Si puedes” (en este caso de bajada). Así es como se conoce popularmente el desnivel de la calle Enrique Gran, en Santander. Su pendiente se eleva un 25% y, en 2020, recibió una pequeña ayuda, por lo menos para los viandantes. En ella se han instalado tres tramos de escaleras mecánicas: la primera, de 10,40 metros; la central, de 17,67 metros; y, la última, de 11,49 metros.
Conducir en pendientes pronunciadas
Cuidado con el cambio de rasante

En las curvas en cuesta hay que extremar las precauciones
A la hora de conducir en pendientes pronunciadas es muy importante extremar las precauciones. Para ello, lo primero que deberemos hacer es prestar atención a la señalética, “tanto de la velocidad como del aviso de curvas y la dirección de las mismas”, informa la Red de Empresas de Auxilio en Carretera (REAC). “Hemos de considerar aquellas señales que advierten de que la subida es peligrosa, mostrando la inclinación de la vía en porcentaje (cada 100 metros, ascenderemos 10 metros)”.
Asimismo, “no tiene sentido acelerar en exceso”, prosigue la REAC ante una conducta bastante habitual entre conductores novatos o aquellos que se estresan en estas situaciones. “En este contexto, si pisamos el acelerador, es más probable que acabemos frenando de manera continuada”. Por su parte, ADA, empresa de asistencia en carretera, añade que “se puede aprovechar la inercia para subir, si se viene de una bajada”. Ahora bien, “si no conducimos a una velocidad prudente, el vehículo sufrirá en todos los sentidos”.
Finalmente, la REAC hace hincapié en la necesidad de frenar suavemente cuando nos encontremos descendiendo a lo largo de una pendiente con curvas. Además, insiste en que “seamos precavidos al frenar en exceso durante el descenso (podría “sacarnos” de la curva) y evitemos usar el punto muerto (es muy peligroso, y es falso que ahorre consumo”.