Por qué a los japoneses les sale más a cuenta cambiar de coche que pasar la ITV

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En Japón, el precio de la ITV es tan elevado que muchos conductores prefieren cambiar de coche antes que pasar la revisión

En Japón, el precio de la ITV es tan elevado que muchos conductores prefieren cambiar de coche antes que pasar la revisión 

Getty Images/iStockphoto

Una de las obligaciones que deben cumplir los conductores en muchos países es someter sus coches a inspecciones técnicas periódicas, especialmente a partir de ciertos años de antigüedad. Estas revisiones, como la conocida ITV (Inspección Técnica de Vehículos) en España, buscan asegurar que los automóviles sigan siendo seguros y respeten las normativas medioambientales en cuanto a emisiones. Aunque el concepto es universal, las exigencias y costes asociados varían enormemente según el país, e incluso dentro de un mismo territorio, como ocurre en España, con diferencias de precio de hasta un 209,7%, según ha detectado Facua-Consumidores en acción.

En Japón, este proceso se conoce como Shaken y, aunque comparte con la ITV el objetivo de garantizar la seguridad y reducir la contaminación, destaca por ser uno de los más estrictos y costosos del mundo.

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El precio que se paga en Japón por pasar el Shaken no tiene comparación con la ITV en España. Mientras que en nuestro país la tarifa media se sitúa en 39,29 euros para los coches de gasolina, en Japón el coste de esta inspección oscila entre los 100.000 y los 200.000 yenes, lo que equivale aproximadamente entre 620 y 1.240 euros. Esta diferencia se debe, sobre todo, a la complejidad de las pruebas y a las reparaciones que suelen ser necesarias para superar las exigencias.

El ‘Shaken’, el equivalente a la ITV en España, tiene un coste muy elevado debido a las rigurosas pruebas a las que se somete el vehículo

Una gran cantidad de los coches seminuevos japoneses acaba en Emiratos Árabes Unidos, donde son revendidos o convertidos en recambios

En Japón, la primera inspección se realiza tres años después de la compra de un coche nuevo y, a partir de ahí, cada dos años. A partir del décimo aniversario de la fecha de la primera matriculación, el Shaken tiene carácter anual, lo cual supone una auténtica sangría para los bolsillos de los propietarios de coches.

Antes de que llegue el momento de afrontar estas costosas revisiones anuales, muchos propietarios en Japón optan por deshacerse de sus vehículos y adquirir uno nuevo. El sistema, además, favorece esta dinámica al ofrecer incentivos fiscales y facilidades de financiación para la adquisición de coches nuevos, lo que hace aún más atractiva la opción de reemplazar el vehículo en lugar de mantenerlo y afrontar los gastos de las revisiones.

La exportación de coches japoneses de segunda mano se ha convertido en un win-win para varios actores del mercado. Por un lado, los propietarios japoneses se benefician al poder deshacerse de sus vehículos antiguos sin tener que hacerse cargo de los elevados costes de las revisiones del Shaken. Por otro lado, mercados menos favorecidos reciben coches en buen estado a precios más bajos que los locales, mientras que Japón mantiene una alta demanda de vehículos nuevos, especialmente de gama alta.

Uno de los principales receptores de estos coches de segunda mano es Emiratos Árabes Unidos, que se ha convertido en un destino estratégico para la reexportación de vehículos japoneses. En este país, muchos de estos vehículos, que aún se encuentran en buen estado, son enviados para ser vendidos como repuestos, procesados como chatarra o, incluso, reconstruidos y revendidos como ‘nuevos’ a otros mercados, principalmente africanos.

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Este intercambio beneficia tanto a los compradores de vehículos japoneses, que reciben coches de alta calidad a precios más asequibles, como a Japón, que conserva una demanda continua de modelos nuevos sin que sus vehículos antiguos saturen el mercado local. De ahí que este modelo de exportación se haya convertido en una solución beneficiosa para todas las partes implicadas.

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