El sueño de muchas personas es conducir un Ferrari, un superdeportivo con un precio tan elevado que está al alcance de muy pocos bolsillos. Solo quienes poseen un gran poder adquisitivo se pueden permitir el capricho de comprarse un automóvil cuya gama parte de un precio base por encima de los 200.000 euros. Futbolistas con fichas mareantes suelen ser algunos de los personajes que se dan el gusto de adquirir alguno de los modelos más emblemáticos del ‘Cavallino Rampante’. En los últimos años hemos visto a jugadores como Cristiano Ronaldo, Mario Balotelli o Radamel Falcao, solo por citar unos pocos, conduciendo deportivos de grandes prestaciones de la prestigiosa marca italiana.
Arturo Vidal, el exjugador del FC Barcelona que cumple ahora su segunda temporada en el Inter de Milán, es otro de los futbolistas que posee un Ferrari. Concretamente un Ferrari 488 de color rojo. Su precio de acceso supera con creces los 250.000 euros y no es el único coche de gama alta que posee el chileno. En mayo, tras ganar el Scudetto con el equipo nerazzurro, adquirió un McLaren 720s, que se comercializa a partir de 270.000 euros, y amplió así su pequeña colección de vehículos compuesta por un Brabus 800 Widestar, un hiperdeportivo de 800 CV cuyo precio supera con creces los 300.000 euros, y un Volvo XC90.
Lo más chocante de todo es que un amante de los coches de lujo como Arturo Vidal presuma ahora de su última adquisición: un Fiat Panda. “Por fin llegó el regalón. Los sueños se cumplen!!! Años esperando hasta que lo conseguí”, publicó el ex del Barça en su perfil oficial de Instagram junto a tres fotografías en las que se le ve posando junto al pequeño utilitario. En una de las imágenes se le ve realmente prendado de su nuevo vehículo, al que acaricia con fruición.
La felicidad del internacional chileno por conseguir el coche de sus sueños es total. Incluso ha publicado un vídeo en el que se le ve llegando con el Fiat Panda a Appiano Gentile, a las afueras de Milán, para tomar parte del entrenamiento del Inter. “Feliz llegando a entrenar, la vida me ha dado muchas posibilidades, pero sé que soy feliz con las más pequeñas”, escribió Vidal junto al hashtag #mipandita.
El chileno posee un Brabus 800, un Ferrari 488 y un McLaren 720s que se autorregaló tras conquistar el Scudetto
Aunque el Panda no es un coche que se asocie con futbolistas que ganan mucho dinero ya hubo un precedente a principios de año con tres jugadores del Atlético de Madrid. Yannick Carrasco, Thomas Lemar y Sime Vrsaljko acudieron al estadio Wanda Metropolitano a bordo de un Seat Panda. Fue en pleno temporal Filomena cuando un vecino de urbanización del extremo belga les prestó su pequeño utilitario, que gracias a su tracción 4x4 se maneja bien sobre terrenos cubiertos por la nieve.
Arturo Vidal nunca ha escondido pasión por los coches como otros futbolistas de elite. En un post publicado en enero en su cuenta oficial de Instagram se fotografiaba junto a sus lujosos Brabus 800 Widestar y Ferrari 488 y el Volvo XC90, un SUV con capacidad para siete personas y con un precio mucho más reducido: 60.000 euros. “Agradecido de Dios y de mi familia por tanta Bendición!!! Seguimos más fuerte y con más hambre que cuando empezamos, vamos carajo!!!”, escribió el centrocampista chileno.
En enero, en pleno temporal Filomena, tres jugadores del Atlético de Madrid se presentaron al entrenamiento en un Seat Panda
El cariño que Vidal profesa por su última adquisición es tanto que no se ha resistido a repetir la fotografía que se tomó meses atrás con sus vehículos. En esta ocasión, no obstante, el Ferrari ya no ocupa la posición central. El lugar de privilegio es ahora para el Fiat Panda, que aparece flanqueado por el Ferrari y el Brabus mientras que el Volvo ha sido desplazado a algún otro lugar.
Esta no es la primera ocasión que alguien que presume de tener uno o más coches de alta gama en su garaje muestra sus preferencias por modelos más ‘terrenales’. Esto mismo es lo que le sucedió a Bad Bunny, el rey del reguetón, cuando reveló no saber qué hacer con el Bugatti Chiron que había adquirido por 3 millones de euros para asistir a la gala de los Premios Grammy y que echaba de menos su primer coche, un Toyota Corolla.