El Ayuntamiento de Barcelona rechaza instalar un peaje de entrada en la ciudad para reducir los desplazamientos en coche. Es una de las medidas que había generado más debate en los últimos años, pero el consistorio no la ha incluido en el nuevo Plan de Movilidad Urbana porque cree que es poco efectiva. El documento recoge propuestas como construir 55 kilómetros de carril bici, reforzar las líneas de autobús que tengan mayor demanda o ampliar las aceras que no son accesibles.
El objetivo es que, en 2030, el 85% de los desplazamientos a la ciudad se hagan a pie, en bicicleta o transporte público. Por eso se proponen reducir un 25% de los viajes en coche para ir al trabajo en cinco años.
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Para conseguirlo, el documento recoge 32 medidas, como pacificar 20 kilómetros de calles de la ciudad, crear 40.000 plazas de motos en la calzada para que no se aparquen en la acera y ampliar la anchura de los carriles bus para que puedan circular más rápido y den mejor servicio.
El consistorio también incluye en el proyecto incrementar la flota eléctrica del Bicing e instalar aparcamientos seguros para bicicletas cerca de las paradas de metro. La primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, explica cuáles son los objetivos a cinco años vista: “Reducir casi el 20% de desplazamientos en vehículo privado en 2023 al 15% en 2030 o aumentar los desplazamientos en transporte público del 34,2% que había en 2023 al 37% en 2030”.
Medidas discutidas
No se creará zona azul para las motos
El nuevo plan urbanístico no incluye medidas que han generado debate en los últimos meses como la creación de aparcamientos de zona azul para las motos. El Ayuntamiento de Barcelona cree que el nuevo plan se aprobará definitivamente a finales de año.
Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.