El conductor que quiera comprarse un buen coche eléctrico pero sin gastarse una gran cantidad de dinero tiene que decidirse, según la Organización de Consumidores y Usuarios, entre los modelos Hyundai Ioniq y el Peugeot e-2008. La OCU, tras analizar 25 modelos, ha concluido que estos dos son las mejores opciones por menos de 35.000 euros gracias a su relación calidad-precio.
El Hyundai Ioniq se puede encontrar por 34.210 euros pero su precio baja hasta los 27.210 euros con las ayudas del Plan Moves III. Este vehículo del segmento C con cuatro puertas tiene una potencia de 136 caballos y 240 kilómetros de autonomía. La OCU destaca su consumo de electricidad muy bajo pero avisa que tiene escasa visibilidad a través de las ventanillas y los retrovisores.
Por otra parte, el Peugeot e-2008 tiene un precio de salida de 32.650 euros. Con el Plan Moves III se quedaría en 25.560 euros. Se trata de un SUV con autonomía de de 230 kilómetros y una potencia de motor de 126 caballos. Dos de sus grandes ventajas, según la OCU, son su amplitud en el interior y la buena iluminación.
Los coches eléctricos tendrán la etiqueta Cero
Se espera que las ventas de los coches eléctricos siga en este 2022 la tendencia al alza del año pasado, cuando aumentaron en un 32%. Son los vehículos del futuro ya que a partir de 2023 deberá haber zonas de bajas emisiones en todas las ciudades con más de 50.000 habitantes. A estas zonas solamente podrán acceder los vehículos con etiqueta Cero; es decir, los eléctricos y los híbridos enchufables.
Comprar un coche eléctrico sale a cuenta económicamente cuando se han superado los 100.000 km recorridos. En el caso de los híbridos enchufables compensa a partir de los 140.000 km recorridos. Este ahorro se consigue incluso en épocas de una gran subida en el coste de la electricidad como la actual.
Recargar un coche eléctrico por la noche con tarifa PVPC saldría a 2,66 euros cada 100 kilómetros. Es un precio mucho más asequible que en coches de gasolina o diésel, que se van hasta los 10,6 euros y 8,3 euros respectivamente. El problema, en el caso de los eléctricos, es cuando se debe recargar el coche lejos de casa ya que los precios son bastante caros.
De forma paralela, la OCU ha denunciado que en los municipios españoles apenas hay estaciones de recarga públicas con precios razonables. En las carreteras convencionales ocurre algo peor: no hay electrolineras de carga rápida cada 50 km.