Hace más de veinte años tuvimos la oportunidad de ver en el cine una icónica imagen de la Gran Vía madrileña totalmente vacía, sin gente ni vehículos, y con un único hombre caminando por ella. Así comenzaba la película Abre los ojos, de Alejandro Almenábar, con un errático Eduardo Noriega tratando de dejar atrás sus propias tribulaciones. Fue en 1997 y la escena no dejó a nadie indiferente. No en vano, esta avenida que une la calle Alcalá con la plaza España es una de las arterias más comerciales de Madrid que más tráfico soporta a diario no ya solo de la capital sino también en todo el país.
Ahora, dos décadas después, es posible volver a ver la Gran Vía con los ojos de Amenábar. Prácticamente vacía y con los comercios cerrados debido al estado de alarma decretado en España desde el pasado 13 de marzo a causa de la crisis sanitaria del coronavirus. La aplicación del Real Decreto 463/2020 limita la circulación de los ciudadanos por la vía pública y obliga al confinamiento de las personas, por lo que grandes urbes mundiales como Madrid aparecen convertidas ahora en ciudades fantasma.
Nueva York, Londres, París, Barcelona Delhi y otras muchas metrópolis del mundo están hoy paralizadas a causa de la pandemia de la Covid-19. Sus calles se han convertido en espacios vacíos y la circulación de vehículos está alcanzando unos registros inéditos desde que se mide la intensidad del tráfico.
El apunte
El desplome del tráfico en las grandes urbes mundiales ha comportado la caída generalizada de dióxido de carbono; en Barcelona un 83%
En el área metropolitana de Barcelona el tráfico cayó un 72% durante la primera semana que entró en vigor el estado de alarma y el descenso se ha intensificado desde el pasado 30 de marzo, fecha en la que solo pueden desplazarse hasta sus puestos de trabajo el personal que desarrolla una tarea considerada esencial por el Gobierno de Pedro Sánchez. Hasta las 9 horas del 1 de abril, el tráfico de entrada a la corona circulatoria de la capital catalana era de un 73,25% inferior respeto a un miércoles normal, es decir casi 30 puntos (29,95 exactamente) por debajo de las cifras del miércoles anterior cuando ya existía la obligatoriedad de mantenerse confinado, según informó el Servei Català de Trànsit.
También el número de desplazamientos de largo recorrido han ido a la baja en el territorio español. La Dirección General de Tráfico (DGT) acreditó que el lunes 30 de marzo se registró un descenso del 71% en el tráfico de largo recorrido respecto a un lunes normal, con especial hincapié a la disminución del 81% protagonizada por los vehículos ligeros. Por lo que respecta a los accesos a ciudades en general, la caída fue del 73% y en el tráfico fronterizo un 79%.
Paralelamente las emisiones de dióxido de carbono (NO2), relacionadas en gran medida a las emisiones de los motores de vehículos que utilizan carburante fósil, han experimentado un “acusado descenso” en todas las grandes ciudades europeas, según han confirmado las observaciones por satélite utilizadas por la Agencia Especial Europea. Un estudio de la Universitat Politècnica de València (UPV) publicado el 20 de marzo cifraba el descenso de la contaminación del aire en Barcelona en un 83%, en Madrid de un 73% y en Valencia de un 64%, tras las medidas adoptadas para la lucha contra la Covid-19.
En general, todas las grandes ciudades del mundo han sufrido la parálisis por el avance de la pandemia de la Covid-19. El primer brote se dio a finales de 2019 en la provincia china de Wuhan y luego se propagó a otros países. Italia, donde se han registrado ya casi 12.500 muertos por el virus, fue el primer país que confinó a sus ciudadanos después de que China dejara en cuarentena a 11 millones de habitantes de la provincia de Wuhan. La orden del Gobierno de Giuseppe Conte entró en vigor el 9 de marzo y desde entonces la circulación de vehículos ha caído de forma drástica.
En Alemania la vida pública está sujeta a severas restricciones, pese a que las medidas de confinamiento dictadas por la canciller Angela Merkel no son tan severas como las adoptadas por otros países. Aun así la circulación de vehículos se ha reducido de forma abrupta en todo el país. Las grandes ciudades como Berlín, Hamburgo y Múnich presentan un estado desolador por su inesperada falta de actividad.
Estados Unidos es el país más afectado del mundo por el coronavirus Covid-19, con más de 190.000 casos diagnosticados y 4.000 muertos. Pese a las reticencias iniciales de Donald Trump, el país está sumido en un confinamiento voluntario que ha dejado vacías sus calles. Nueva York, la ciudad que nunca duerme, está ahora huérfana de ciudadanos y turistas ,y lógicamente, también de vehículos. El habitual bullicio de Manhattan contrasta ahora unas avenidas con muy pocas personas y automóviles circulando por ellas. Incluso se ha ordenado el cierre de algunas calles de la ciudad para facilitar la distancia entre peatones.
En Argentina también se ha detenido la casi totalidad de la actividad económica y social desde que el pasado 21 de marzo se impuso la cuarentena en el país, obligando a los ciudadanos a permanecer en casa. Las salidas están limitadas a la compra de alimentos y medicinas, lo que confiere un aspecto fantasmal a sus ciudades. Durante la primera semana de confinamiento, la circulación cayó un 70% en Buenos Aires. De los 84 accesos viales que tiene la ciudad, 59 han sido cerrados y 25 permanecen abiertos, de estos sólo 13 pueden ser utilizado por particulares. Los 12 restantes están reservados al transporte público.
La ausencia de coches por las calles de las grandes ciudades ha llevado a algunos conductores a hacer realidad el sueño de circular a sus anchas, aun a costa de vulnerar la cuarentena y exponerse a una fuerte sanción económica. Los hay que todavía han ido más lejos hasta el punto de organizar una cerrera ilegal como fue el caso denunciado por el departamento de tráfico de Toronto (Canadá).
“Hemos detenido a 18 conductores por realizar maniobras ilegale s este fin de semana. A los 18 se les ha suspendido el permiso de conducir y sus vehículos han sido incautados durante 7 días”, publicó este organismo en su cuenta oficial de Twitter el pasado 22 de marzo. Uno de los participantes en este tipo de carreras fue cazado circulando a 171 km/h por las calles de la capital canadiense.
We're busy with #TrafficEnforcement around the clock and across #Toronto. @TorontoPolice wants you to know that it's dangerous, illegal and we won't accept that behavior on our roads. This weekend 18 drivers lost their driving privileges & their vehicles for 7 days. #visionzero pic.twitter.com/tMUDU5JzjV
— TPS Traffic Services (@TrafficServices) March 22, 2020