Cómo medir la presión de los neumáticos
Pequeños trucos para asegurarnos de que siempre circulamos con la presión óptima
Como ya hemos comentado en más de una ocasión, la presión de los neumáticos resulta de vital importancia para diferentes aspectos como nuestra seguridad y la eficacia y consumos de nuestro coche. Tampoco se tienen que olvidar los grandes desplazamientos, donde se suele aumentar la carga del vehículo y, por lo tanto, también se debería ajustar la presión de nuestros neumáticos.
Sin embargo, las dudas surgen cuando nos tenemos que enfrentar a esta revisión. ¿Qué presión he de poner en cada ocasión?, ¿dónde y con qué manómetro debo hacerlo? o ¿qué trucos he de tener en cuenta a la hora de ajustar las presiones? Pues bien, aquí tienes unos consejos básicos para ajustar los neumáticos con la presión correcta.
¿Que presión es la adecuada para mi coche? En todos los vehículos viene indicada la presión recomendada por el fabricante en función del neumático y de la carga transportada. Esta se puede consultar en una etiqueta adhesiva localizada, o bien en el marco de la puerta del conductor, o en la tapa de la boca del depósito. En el manual del propietario también se muestra esta información. Igualmente existen páginas de internet donde se pueden consultar estos datos, aunque preferiblemente siempre deberemos fiarnos de lo que nos diga el constructor de nuestro vehículo o el de los neumáticos.
¿Me fío de los manómetros de las gasolineras? No deberíamos tener una fe ciega en ellos, aunque las gasolineras de marcas importantes suelen cuidar sus manómetros y cuentan con un aceptable calibrado. Aun así, nunca se debe fiar la medición a un único dispositivo. Por ello es muy recomendable hacerse con un manómetro de bolsillo para comprobar si la presión que nos indica el surtidor de aire es la correcta. Estos manómetros son sencillos, relativamente baratos y si apostamos por una marca conocida su precisión es más que aceptable.
Realizar siempre la medición en frío. La presión hay que medirla en frío, es decir; cuando el vehículo no lleva mucho tiempo circulando, máximo de tres a cuatro kilómetros. El motivo es que el aire de dentro del neumático se expande cuando aumenta la temperatura por el efecto de la rodadura, por lo que la presión en ese momento será superior a la medida en frío. Si no hay más remedio que medir en caliente, es recomendable añadir un poco más de presión (unos 0,2-0,3 bares) a la recomendada. Más tarde, en frio, se ha de volver a ajustar a la presión óptima.
Lo correcto sería medir las presiones una vez al mes, y sobre todo cuando nos dispongamos a hacer un viaje de largo recorrido y se aumente la carga transportada. Por último, comprobar la presión de todas las ruedas del vehículo, y eso también incluye la de la rueda de recambio en caso de equiparla.
Deberíamos comprobar las presiones de los neumáticos una vez al mes”