Hoy os voy a presentar a Sebastián. Es un gatito, negro como el azabache, que es capaz de deslumbrar a cualquiera con sus preciosos ojos azules.
Aquí donde lo veis, es un apasionado de la informática y de los ordenadores en general porque, en cuanto oye el sonido de las teclas, para allá que se va rápidamente.
Sebastián no vive solo; hace ya un tiempo que adoptó a dos seres humanos con los que ha formado un hogar, una vida en común y, hace poco, a una nueva amiga peluda, Candy.
¿Conocéis a Arte Compacto?
Ellos son Bernardo Pajares y Juanra Sanz, dos chicos que se conocieron trabajando en el Museo del Prado y que, con el paso del tiempo, crearon un podcast muy original que, como ellos mismos dicen, contiene salseos de la historia del arte y una buena dosis de perspectiva LGTBIQ+.
Bernardo y Juanra también han publicado el libro Pasiones creativas, una obra muy original, cargada de contenido reflexivo, de talento y de mucha pasión y amor, tanto como el que comparten con sus queridos Sebastián y Candy, que, como sabéis, son los auténticos protagonistas de esta historia.
Sebastián, Candy Darling, Bernardo, Juanra…
¿Cómo estáis?
Bernardo: Muy bien.
Juanra: Encantados de estar aquí.
¿Qué es lo primero que os llamó la atención de Sebastián?
Juanra: Cuéntalo tú, que es de tu familia.
Bernardo: En casa de mis padres, una aldea de Galicia llamada Bamio, muy cerca de Vilagarcía de Arousa, hay muchos gatos viviendo en el campo, a los que mi madre y otras vecinas les dan de comer. Una de estas gatitas tuvo una camada justo en un verano que estábamos pasando allí Juanra y yo.
Juanra: Tuvo cinco o seis cachorritos y la mamá lo estaba pasando muy mal, hasta el punto de quedarse muy delgadita. Como Bernardo tenía cosas que hacer con su familia, yo me dediqué a pasar horas en el leñero en el que estaba la madre con sus cachorros.
Bernardo: Juanra se dedicaba a birlar el jamón y el chorizo de casa de mis padres para dárselos a los gatitos. Fueron pasando los días y nos dimos cuenta de que, al entrar en el leñero, todos los gatitos se iban corriendo, menos la mamá y Sebastián. Él era justo lo contrario, se acercaba a nosotros, incluso comía de nuestra mano, por lo que rápidamente nos hicimos amigos.
Un día antes de volver, lo llevamos a la veterinaria de la zona, que lo trató, y se vino con nosotros.
¡Sí! Es una mirada muy de crítico de arte la de Sebastián, crítico de arte ¡y de la vida!, como diciendo: ‘¿Se puede saber qué hacéis?’. Si pudiera hablar, nos pondría unas reseñas durísimas.
Casi os escogió…
Bernardo: ¡Sin lugar a dudas! Nos conquistó su valentía.
Juanra: Tampoco tuvimos mucha más opción porque venía a jugar con los cordones de nuestras zapatillas. ¿Qué vas a hacer frente a eso?
Y luego llegó Candy Darling, otra gallega…
Juanra: ¡Sí! Eso pasó dos años después y fue porque pensamos que Sebastián estaría mejor teniendo compañía gatuna en casa. La pasada Navidad, a través de la veterinaria de Carril, conseguimos el contacto de una señora cuya gata había tenido una camada, y allí que fuimos.
Bernardo: Los veterinarios, sobre todo en zonas rurales, suelen estar muy al tanto de los lugares en los que han nacido camadas de animales y, además, ella todavía recordaba a Sebastián y nos sigue en Instagram, por lo que rápidamente nos ayudó en la búsqueda. Al día siguiente, nos enviaron la foto de Candy Darling.

Sebastián fue el primer gato en llegar a la familia de Juanra y Bernardo
¿De dónde salen sus nombres?
Juanra: Bueno, pues son referencias histórico-artísticas, podríamos decir, que es un poco lo nuestro. Sebastián, parte de San Sebastián, que es uno de nuestros santos íconos, protectores de la comunidad LGTBIQ+, que, por eso también, le dedicamos bastante tiempo y energía en Arte Compacto, tanto a hablar de su historia como de la repercusión que ha tenido en la historia del arte, tanto clásico como contemporáneo. Aunque, en realidad, sólo hemos hablado de él un par de veces en el podcast, la comunidad que nos sigue lo ha convertido en nuestro verdadero icono. Cada semana nos envían decenas de fotos de San Sebastián que se encuentran los oyentes en iglesias por el mundo o en museos y que nos identifican con la figura.
Bernardo: En las historias destacadas de Instagram tenemos “Sebastianes” y, como el máximo que podemos poner son 100, hemos creado otro bajo el nombre de “Más Sebastianes”.
Juanra: Recuerdo que aquel verano íbamos en coche por tu aldea y te dije: “¿Por qué pensamos nombres? ¡Se tiene que llamar Sebastián!”.
Bernardo: Era muy gracioso porque el nombre era más grande que él. Se le veía tan chiquitín que pensábamos: “¿Cómo se va a llamar Sebastián?”.
Juanra: Candy Darling era una actriz trans que actuó en muchas de las películas de Andy Warhol. Uno de nuestros momentos favoritos de la historia del arte es, en Nueva York, esa comunidad en torno a Warhol. Además, una de las fotografías más míticas de Candy Darling se la hizo Peter Hujar, el fotógrafo que hizo las primeras fotos del orgullo y que fue pareja de David Wojnarowicz. Ellos dos, Peter y David, como pareja y como artistas, son unos de los grandes pilares intelectuales de Arte Compacto. A través de Peter Hujar, llegamos a una fotografía icónica de Candy Darling, en la que se la ve tumbada, como si fuera una actriz de Hollywood, rodeada de flores, en una imagen muy dura, en realidad, porque está en la cama del hospital, en lo que iba a ser su lecho de muerte, ya que padecía cáncer y le quedaban pocos días de vida. Está retratada como una gran estrella, con su peluca perfectamente puesta, su maquillaje maravilloso…
¿Cómo os lleváis los cuatro? ¿Quién tiene más carácter?
Sin dudarlo…
Los dos: ¡Sebastián!
Risas…
Bernardo: Pega unos mordiscos… También debo decir que, aunque su favorito es Juanra, también le muerde.
Juanra: No es que sea peligroso, simplemente, si le molestas, te muerde.
¿Cómo fue la entrada de Candy?
Bernardo: Desde que ella llegó, Sebastián está mucho más suave.
Juanra: Siguiendo unas recomendaciones, los mantuvimos separados durante unos días, de forma que se pudieran olfatear a través de la puerta, pero sin verse. Poco a poco, fuimos incorporando estímulos hasta que, al final, comenzaron a convivir juntos. No hubo broncas ni peleas, pero, para Sebastián, sí que ha sido un shock. Pero se llevan muy bien y se dan muchos mimos.
Juanra, Bernardo, trabajáis en el Museo del Prado, ¿qué obra os recuerda más a cada uno de ellos?
Risas… Se miran y Bernardo le dice a Juanra…
Bernardo: El San Sebastián de Guido Reni.
Juanra: Es espectacular; además, tiene una historia muy interesante detrás. Es una pintura tan sexy que se piensa que una reina, en el siglo XVIII, mandó que un pintor tapase la parte baja del vientre porque se intuía demasiado y no se podían concentrar en la religiosidad, sólo en el cuerpo del santo. Es una pintura tan bonita que por el nombre me recuerda a Sebastián.
Lo que poca gente sabe es que estamos un poco obsesionados con la alimentación, y ellos lo saben bien porque miran siempre dentro de la bolsa de la compra
Bernardo: Candy es un poco gamberra, igual que La Riña de gatos de Goya, simbolizando los primeros días de convivencia con Sebastián.
Justo en este momento, Bernardo deja de darle chucherías a Sebastián, quien, rápidamente, le mete un bufido…
Risas…
En vuestro podcast, Arte Compacto, hacéis salseo sobre la historia del arte, ¿con qué personaje histórico encaja el carácter de cada uno de ellos?

Bernardo y Juanra están encantados con sus gatos
Bernardo: Candy es una mezcla de ternura…
Juanra: Un poco pícara…
Bernardo: Es mujer… Estoy pensando en Rosa Bonheur, ¡sí! Era una pintora francesa, amante de los animales, que vivía en un chateau francés, cerca de París. Asistía a ferias de ganado y disponía de un permiso especial para ponerse pantalones, ya que era la única manera de poder acceder a esas ferias, pues sólo podían entrar hombres. Le dieron un permiso de travestismo para poder ponerse esos pantalones, mirar a los animales y pintarlos en su obra. Tuvo varios leones y, de hecho, su casa era como una especie de zoológico en el que los animales estaban maravillosamente cuidados porque los adoraba. Siempre decía que le gustaban más los animales que las personas, y es una de las historias de las que hablamos en nuestro libro Pasiones creativas. La historia de amor entre Rosa Bonheur y las dos mujeres de su vida, Nathalie Micas y Anna Plumpke. Conocemos su historia gracias a que Anna transcribió sus conversaciones en un libro que recoge toda la vida de la pintora. Sin duda, Candy sería Rosa Bonheur.
Juanra: Con Sebastián, no nos queda otra… Entre la oscuridad de su pelaje y esa cierta mala leche… va a tener que ser el pintor del siglo XVII, uno de los grandes del Barroco, con un estilo oscuro conocido como “tenebrismo”: Caravaggio.
Risas…
Bernardo: ¡Que no nos asesine a ninguno de los dos!
Juanra: Además, tuvo muchos conflictos en su vida y tuvo que huir de Roma porque se cargó a un compañero de juego de raqueta. Un hombre conflictivo, pero su obra es fundamental para comprender la historia del arte.
Hablando del color negro de Sebastián, ¿tiene algún simbolismo especial para vosotros, tanto a nivel personal como cultural?
Bernardo: Tiene que ver mucho con el Barroco, pero no lo elegimos por el color.
Juanra: A mí, personalmente, me gusta mucho tener un gato negro porque parece que la gente les tenga cierta manía. Encima tienen fama de atraer la mala suerte, son el gato de la bruja…
Bernardo: Edgar Allan Poe…
Juanra: Pero a mí me parece que son maravillosos y, si podemos contrarrestar esa mala imagen de los gatos negros, nosotros felices.
En este sentido, los cuatro formáis una familia maravillosa, ¿qué cuadro es clavadito a vosotros?
Bernardo: ¡Qué bueno!
Juanra: ¡Dificilísima pregunta!
Bernardo: En El jardín de las delicias del Bosco cabe todo… Podríamos estar contigo, Edu, y con todos los animales que aparecen en tus entrevistas; sería un lugar maravilloso.
Juanra: Además, animales que adquieren unas dimensiones extraordinarias, tienen capacidad de volar aunque no tengan alas…
Bernardo: Serían seres híbridos en todos los sentidos. Ahí cabemos todos sin problemas. Lo veo como un lugar muy abierto, poliamoroso…
Cuando estáis grabando el podcast, ¿os acompañan?
Juanra: Sí.
Bernardo: ¡Con Candy no hemos grabado ninguno!
Juanra: Es verdad. El podcast lo grabamos en teatros, en casa, en museos o en lugares que nos acogen habitualmente. Cada dos meses lo hacemos con público en teatros, pero habitualmente en casa, tal como estamos ahora, y debo decir que ahí Sebastián ha aparecido varias veces, tirando un vaso, tocando el teclado o mordiendo el micrófono.
¿Qué parte del éxito de Arte Compacto le corresponde a Sebastián?
Juanra: Una buena parte porque, en cierta manera, nos ayuda bastante a mantener la calma en momentos de tensión.
Bernardo: Nos hace una limpieza energética que nos viene muy bien.
En ese momento, Sebastián se une a la conversación con sus maullidos… Ellos le hablan y él responde… No exagero, ¡mantienen una conversación!
Bernardo: Siempre los incorporamos a los dos a las grabaciones porque enriquecen el resultado final del podcast. Son ingredientes que se suman a la receta, contribuyendo a que lo que contamos llegue con más naturalidad. Nosotros decimos que hablamos de la historia del arte y de nosotros porque, de lo contrario, sería muy frío. Tenemos que aportar lo que somos Juanra, Sebastián, Candy y yo; eso es lo que hace que conectemos con esta familia tan bonita que escucha Arte Compacto y nos arropa en cada teatro o museo al que vamos con el podcast, llenando siempre los auditorios.
Juanra: Esto que acabas de decir es clave. Es un proyecto muy natural que parte de lo que somos como familia, inicialmente Bernardo y yo y, ahora, los cuatro.
Hablando de proyectos creativos, en vuestro libro Pasiones creativas, se habla mucho sobre la historia del arte desde una perspectiva íntima. ¿Sebastián os ha influido de alguna manera en vuestra forma de percibir el arte?
Juanra: Guauuu…
Bernardo: Nosotros somos mucho de fijarnos en cómo pintaban en el Renacimiento, en el Barroco o en la Edad Media a los leones, animales que, en ocasiones, los pintores no habían visto nunca. De repente ves el animal en el cuadro y dices: “Esto es un gato al que le han puesto una peluca”… Un ser como el de La historia interminable…
Juanra: Pintan leones con caras humanas.
Bernardo: Lo de los leones, habitualmente acompañando a San Jerónimo, es muy divertido. Esto podría convertirse en un capítulo de Arte Compacto: “Leones raros en la historia del arte”.
¿Qué es lo que tenéis en ellos que no está en ningún otro lugar?
Juanra: Paz.
Bernardo: Juego, también…
Juanra: ¡Es verdad! Juego mucho con ellos por la mañana antes de irme a trabajar. Siendo adulto, si ellos no estuvieran, no jugaría. Como no tenemos niños, de no ser por ellos, no jugaría físicamente con nadie. Con Sebastián nos lo pasamos súper bien.
Más allá de lo profesional, queda claro que Sebastián tiene mucha personalidad, ¿en qué os hace sentir novatos?
Bernardo: Yo me siento algo novato en lo de incorporar un segundo gato a la familia, en este caso, una gatita joven con uno adulto. Las primeras semanas de adaptar la casa, aunque ahora la cosa se va suavizando, fueron complicadas, más tensas. Ella quería jugar todo el tiempo con él y Sebastián le daba con la pata en una clara señal de “aparta”. Candy, desde que llegó, se puso a explorar la casa y a hacérsela suya, con todo el descaro del mundo, y Sebastián nos miraba como diciendo: “¿Por qué le hacéis caso a esta si la casa es mía?”. No sabía a quién tenía que hacerle caso de los dos.
A veces le abro un poco la ventana a Sebastián porque sé que no se va a tirar. Lo suelo hacer cuando Juanra no está porque si viene y lo ve, cierra enseguida
Juanra: Parece mentira que, a nuestra edad, y teniendo gatos toda la vida, todavía Sebastián sea capaz de robarnos comida de la mesa, algo que es totalmente de novatos. Dejas la sartén en la placa, pensando que no se va a acercar; se sube a la encimera y se come lo que haya en la sartén.
Vi en Instagram una publicación en la que aparecía con la típica campana que le pone el veterinario para evitar que se lama las heridas. ¿Pasáis miedo por ellos?
Juanra: Yo paso mucho miedo con las ventanas.
Bernardo (a Juanra): A ti te ponen muy nervioso las ventanas. Yo soy un poco más valiente y, aunque vivimos en un 4º piso, a veces le abro un poco la ventana a Sebastián porque sé que no se va a tirar. Lo suelo hacer cuando Juanra no está, porque si viene y lo ve, cierra enseguida.
Juanra: Yo abro lo justito para que se ventile la casa sin que él pueda asomarse, y el día que queramos abrir del todo, habrá que instalar una red para evitar que pueda caerse. Mis padres tienen una casa en la playa, en la Comunidad Valenciana, con una terraza enorme y, a veces, se pasea por la estrecha barandilla poniéndome histérico. Es cierto, lo de las ventanas no lo supero.
Con sus ojos azules, tiene una mirada profunda y misteriosa. ¿Alguna vez habéis sentido que os observa como un crítico de arte?
Se parten de risa…
Bernardo: ¡Sí! Es una mirada muy de crítico de arte la de Sebastián, crítico de arte ¡y de la vida!, como diciendo: “¿Se puede saber qué hacéis?”. Si pudiera hablar, nos pondría unas reseñas durísimas.

Candy Darling, la gata de Juanra y Bernardo
Juanra: Nos funde mucho con la mirada. Si hablase, nos pondría finos. Candy es muy pequeñita y no fija mucho la mirada.
¿Sebastián tiene la misma fuerza y actitud rebelde y reivindicativa que desprende vuestro podcast, sobre todo en cuanto a la subversión de normas trasnochadas y expectativas?
Juanra: Sí, puede ser.
Bernardo: Me gusta mucho que pienses eso de nuestro podcast, la verdad, muchas gracias. Sebastián, como nosotros, es así. Intentamos no echar por tierra todos los valiosísimos siglos de trabajo que se han hecho sobre la historia del arte, pero lo que sí hacemos es intentar llevar todo eso al hoy y pasarlo por nuestro filtro para explicarlo desde nuestra época. A lo largo de la historia, se han hecho afirmaciones que están bien desde la investigación, pero que, traídas al hoy, se quedan anticuadas. Se queda vieja la manera de ver a las mujeres en la historia del arte, a veces, lo queer, lo LGTBIQ+, así que decidimos explicarlo desde el hoy, respetando siempre todo ese trabajo de cientos de años sin el cual no conoceríamos todos esos temas. Buscamos, sobre todo, llegar a gente que no va a leer nunca esos libros.
Juanra: Creemos que la forma natural de hablar y comunicar nunca va en contra del contenido; todo lo contrario, ayuda a que llegue. No estamos impartiendo una conferencia en una institución pública y, aunque así fuera, tampoco hablaríamos de otra forma.
¿Qué saben de vosotros que nadie más conoce?
Risas…
Juanra: Muchas cosas, no podemos decirlo.
Bernardo: Si quieres, le digo a Sebastián que te lo cuente…
Juanra: Somos muy transparentes y, aunque no tenemos grandes secretos, sí tenemos pequeños que él conoce bien.
Bernardo: Momentos como en Mujeres desesperadas.
Juanra: Sebastián y Candy nos ven planchando la ropa en el último momento, antes de salir, cuando hemos quedado, probándome la ropa…
Bernardo: Sí, porque Juanra es mucho de vaciar el armario y probarse varios conjuntos…
Juanra: Mientras tanto, Sebastián me mira atentamente; esos secretos sí los sabe.
Bernardo: También les encanta ver cómo nos duchamos.
Viajemos a Egipto, ¿tiene más de Bastet o de Sacmis?
Juanra: De Bastet, yo creo. ¿No?
Bernardo (a Juanra): ¿Estás dudando? A Sebastián, cuando se le cruza el cable…
Juanra: Diré que tiene de las dos. El 90% del día transmite paz, pero le dan arranques de agresividad.
Bernardo: 10% Sacmis.
¿Os han dado alguna lección a nivel de pareja?
Bernardo: A nivel de pareja, yo creo que nos han hecho repartirnos las tareas. Juanra es más el del juego y yo soy más cuidador, siempre pendiente de los areneros, del cepillado...
Parece mentira que, a nuestra edad, y teniendo gatos toda la vida, todavía Sebastián sea capaz de robarnos comida de la mesa, algo que es totalmente de novatos
Juanra (a Bernardo): Ahí no estoy de acuerdo. Yo también limpio el arenero todos los días.
Bernardo (a Juanra): Bueno, hay veces que paso por tu baño, donde hay uno de los areneros, y no se ha limpiado en dos días. Tú eres más el del juego, el padre divertido.
Risas…
Completar la frase… La vez que nos equivocamos con Sebastián y Candy fue…
Bernardo: Cuando les dejamos comer en la mesa. No lo dejamos hacer habitualmente porque luego quieren repetir.
¿Un secreto vuestro?
Justo al hacer la pregunta, ¡responde Sebastián!
Juanra: Lo que poca gente sabe es que estamos un poco obsesionados con la alimentación, y ellos lo saben bien porque miran siempre dentro de la bolsa de la compra. Lo que poquísima gente sabe, y ellos sí, es que estamos obsesionados con la comida saludable.

Juanra y Bernardo viven felices con Sebastián y Candy
Bernardo: Comemos comida sana todos los días excepto el sábado. Ese día toca todo.
Juanra: Bueno, sólo la comida o la cena.
Bernardo: El secreto es que son las dos.
Hablar sobre la relación con unos animales como Sebastián y Candy parece ser, en muchos sentidos, un ejercicio en el que la naturaleza se fusiona con el arte y la identidad.
A través de su mirada profunda y su presencia única, Bernardo y Juanra encuentran no solo compañía, sino también inspiración. Es curioso cómo estos gatitos, uno negro de ojos azules, pueden convertirse en un símbolo de las múltiples capas de significado que los dos creadores abordan tanto en su vida como en su trabajo. Justo hace dos días, acabé de leerme su libro y no solo me encantó, sino que demuestra que el rigor histórico no está reñido con un lenguaje sencillo, directo y natural, algo de lo que hablamos largo y tendido los tres, pero bueno… Esa es otra historia.