Alex Ubago: “Entiendo que hay gente que trate como a hijos a los perros, pero tampoco puedo poner a Peppa a la altura de un hijo”
Familias famosas
Alex Ubago nos presenta a Peppa, con quien comparte vida desde hace casi dos años tras rescatarla una amiga de Alex de una muerte segura
“Cuando Peppa me oye cantar me lame y me esconde la cabeza entre las piernas; parece que ella también se emocione”, cuenta el cantante, que acaba de lanzar su nuevo disco, 'Galerna'
Al preparar la entrevista a Alex Ubago me prometí no mencionarle LA CANCIÓN. Lo he puesto en mayúsculas porque apostaría lo que quisierais a que no hay una sola persona en este país (y en buena parte de los lugares donde se habla español) que no haya cantado o intentado cantar a pleno pulmón aquello de “Me muero por conocerte, saber qué es lo que piensas…”.
Sin embargo (SPOILER), esa balada saldrá en nuestra conversación de hoy, aunque hayamos quedado para hablar de otra cosa distinta a la música.
Alex acaba de llegar a su casa, en Donosti, y me atiende, tranquilo, sentado junto a Peppa, una perra algo alocada, mezcla de bodeguero andaluz con pastor vasco, con la que comparte vida desde hace casi dos años.
La carrera musical de este cantante, músico y compositor no se resume, ni muchísimo menos, en Sin miedo a nada, la canción más famosa de aquel primer álbum, ¿Qué pides tú?, ni otras que habremos escuchado tantas veces, como Aunque no te pueda ver, Me arrepiento, ¿Sabes? o (dos de mis preferidas), Mil horas y Ella vive en mí. Alex Ubago son dos décadas de trabajo, aquí y al otro lado del charco, 11 álbumes y, atención, en breve también una aparición en una película. Su último disco, Galerna, que lleva el nombre de un viento del norte y va de las distintas formas de amar, acaba de salir a la calle justo al terminar la gira de esos 20 años.
Romina: Hola, Alex. ¿Qué tal estás?
Alex: Hola, buenas. ¿Qué tal, Romina? Muy bien.
Romina: “Peppa” se escribe con dos pes y creo que sé por qué es.
Alex: Por Peppa Pig, claro (risas). El nombre se lo pusieron mis hijos.
Romina: ¿Cuándo sucedió eso?
Alex: Fue un poco casual. En casa estábamos planteándonos adoptar un perrete y a través de una amiga nuestra que tiene una clínica veterinaria, nos avisaron de la llegada de una cachorrita. Era de una camada de un hombre que vivía en un caserío cercano. La historia es bastante triste porque nada más nacer los perros, los dejó morir. Excepto a Peppa, que nació con la piel descamada. El hombre se alarmó por si aquello era una enfermedad contagiosa para sus otros animales y nietos y la llevó a la clínica veterinaria de nuestra amiga. Al decirle ésta que era sólo una dermatitis, el hombre se iba a llevar a la perra otra vez a casa y dejarla morir, pero nuestra amiga se ofreció a quedársela y a buscarle una familia.
Romina: Menos mal que se la quedaron en la clínica…
Alex: Sí, totalmente. Su llegada a casa fue una fiesta porque mis hijos y mi mujer llevaban un montón de tiempo deseando un perro. Yo había tenido perros antes, uno de niño, Dux, y luego otra perrita, Kika, cuando mi mujer y yo éramos novios. Precisamente por eso, porque soy superamante de los animales en general, y concretamente de los perros, sé lo que implica tener uno: responsabilidad, tiempo, y luego se pasa muy mal cuando se van. Pero al final, mi familia logró convencerme y te puedes imaginar la alegría que fue la llegada de Peppa con dos meses. A día de hoy, de lo más más bonito que estamos viviendo con Pepa es, precisamente, la relación con mis hijos, cómo la quieren y cómo les quiere ella y las risas que nos echamos con esta perrita.
A Peppa, nacida en una camada no deseada, la iban a dejar morir, pero una amiga veterinaria de Alex le salvó la vida
Romina: ¿Qué tiene Peppa que os hace reír tanto?
Alex: Es aún joven y muy movida, está llena de energía y nos ha liado algunas gordas, pero sobre todo, nos hace reír con las caras que pone, porque es muy expresiva. Y también superdespistada. Cuando vamos al parque y le tiramos la pelota, a veces no se entera de dónde ha ido y mira a todos lados (risa). Y los días que sacamos la caja de los disfraces, pues a Peppa también le toca; mi hija la viste y todo son risas. Por otro lado, al principio, cuando llegó a casa y me ponía a tocar la guitarra y a cantar, en cuanto me oía se ponía a ladrar. Ahora, cuando me oye, se tumba a mi lado y me pone caras, y cuando le meto mucho sentimiento a la canción viene, me lame y me esconde la cabeza entre las piernas. Es de esas cosas que nunca sabremos de los perros, pero parece que ella también se emocione.
Romina: ¿Qué canción le gusta más?
Alex: La verdad es que no tiene una preferida, pero a veces, con mis hijos, nos inventamos canciones por diversión; a Peppa ya le hemos escrito varias.
Romina: Me ha chivado un pajarito que la primera canción que escribiste fue para un perro que tuviste.
Alex: Empecé a tocar la guitarra con 11 o 12 años, y enseguida sentí esa curiosidad por escribir mis propias canciones. Cogía música de artistas y grupos que me gustaban, que por lo general cantaban en inglés, y yo hacía mis propias letras en castellano. Y luego ya empecé a inventar también mis propias melodías. Una de mis primeras canciones fue un conjunto de estrofas que hablaban de Dux, aquel perro que yo tenía cuando era niño, al que adoraba.
Cuando le tengo que echar la bronca, pongo voz para que me haga caso; a mi mujer la toma por el pito del sereno
Romina: ¿Tiene Peppa algún preferido en la familia?
Alex: Creo que a mí me tiene un poco más de respeto. Cuando le tengo que echar la bronca, pongo voz para que me haga caso; a mi a mi mujer muchas veces la toma por el pito del sereno (risas). Al final soy el que me encargo de meterla un poquito en vereda y educarla, porque si no le ponemos límites, es tremenda (risas).
Romina: ¿Qué límites le ponéis?
Alex: Cuando llegó trataba a los niños como iguales, como si fueran cachorros y se llevaron algún mordisco jugando, pero ya entendió que no tiene que hacerlo. Desde el principio, tampoco dejamos que se suba a la cama ni entre en las habitaciones porque alguna vez ha pillado alguna zapatilla, un calcetín, un peluche de mi hija… y lo ha destrozado en 1000 pedazos. Ahora ya se está relajando un poco, pero aún tiene esa edad en que los perros son muy traviesos.
De repente, Peppa ladra.
Alex: Ya huele a mi mujer, que está llegando a casa. Ahí le sale la raza de pastor.
Romina: En la jerarquía familiar, ¿qué lugar ocupa Peppa?
Alex: Entiendo que hay gente que trate como a hijos a los perros; cualquiera que haya tenido uno sabrá el amor que se les tiene y lo que duele su pérdida. Pero tampoco la puedo poner a la altura de un hijo. La queremos muchísimo, es una compañera de nuestra vida. Hay también jerarquías o niveles de amor, llámalo como quieras.
Cuando Peppa llegó a casa trataba a los niños como si fueran cachorros y se llevaron algún mordisco, pero ya entendió que no tiene que hacerlo
Romina: ¿Tus hijos se encargan de ella también? ¿Les habéis adjudicado alguna responsabilidad sobre Peppa?
Alex: Mi hijo, que ya tiene 12 años, la suele sacar. Manuela, la peque, tiene ocho y aún es pronto para dejarla sola con ella porque, con lo impredecible que es, de repente, le puede dar un tirón. De pequeña, un día, nos dio un susto muy grande al colarse en un cercado donde había un burro, que, como animal muy territorial que es, casi la patea, pero la pude agarrar y sacar de allí.
Ahora, de mayor, odia los contenedores de la basura y cada vez que ve a alguien tirando la basura se pone a ladrar y a intentar morder al contenedor. Creo que los ve como monstruos que se tragan la basura. Y después, en casa, los niños sí que se encargan de las pequeñas cosas, como ponerle comida o cambiarle el agua.
Los momentos más bonitos con Peppa son los paseos; ella me conectan con la naturaleza e incluso escribo canciones o me vienen ideas para éstas
Romina: Quienes hemos vivido con perros, sabemos que, aunque los amemos a todos muchísimo, cada uno ha ocupado un lugar diferente en nuestro corazón. ¿Qué tiene Peppa que sea distinto a tus anteriores perros, Dux y Kika?
Alex: Es una perra superlegal, más allá de lo movidilla que es. Cuando salimos a pasear, siempre está muy pendiente de nosotros, no se va por ahí a su bola. Y en realidad es bastante obediente. Y luego, es muy juguetona, muy mimosa y te despierta mucha ternura. Te diré que los momentos más bonitos con ella son los paseos; verla jugar y correr en la playa soltando adrenalina nos gusta mucho. También son ratos bonitos cuando la llevamos al monte. Creo que los perros te conectan con la naturaleza, porque a ellos les gusta ir al monte, a la playa… Yo, en esos paseos, me relajo un montón, dejo el teléfono y estoy solo con la perra y el entorno. A veces, en esos momentos, incluso escribo canciones o me vienen ideas para éstas.
Romina: Podríamos decir que Peppa es un poco musa de Alex Ubago, por llevarte a esa inspiración.
Alex: Sí (risas). Muchas canciones, letras de canciones, frases, ideas, cosas que tengo en la cabeza rondando, provienen de esos momentos en la naturaleza con Peppa.
Romina: Háblame del disco que acabas de sacar hace nada, Galerna.
Alex: Es mi nuevo álbum de canciones inéditas, después del anterior disco, con el que celebré estos más de 20 años dedicado a la música. Galerna trae 10 canciones, todas nuevas.
Romina: ¿Más de amor o de desamor?
Alex: Pese a que muchas de mis canciones son de desamor y hay algo de melancolía en mi manera de hacer música, porque es verdad que a la hora de escribir, puede que el dolor, la pena, sean más inspiradores, también tengo otras tantas canciones de amor. De hecho, una de las más famosas, Sin miedo a nada, es de amor.
Galerna es un disco que habla del amor en todas sus formas: hay desamor y ruptura, pero también amor correspondido, amor a distancia, o el cruce de esa línea entre la amistad y el amor.
Romina: Pero vamos, va del amor que, al final, es lo más importante que tenemos y lo que nos mueve, ¿no?
Alex: Sí, sí, con permiso del dinero. Quizá es que soy un romántico.
Y no sé si actualmente está tan de moda el amor y el romanticismo.
Romina: ¿Hay nueva gira a la vista?
Alex: Todavía esperaremos un poquito para empezar con la gira de Galerna, porque hemos terminado hace muy poco la de los 20 años, que se ha alargado un montón y prácticamente se ha solapado con la salida de este nuevo disco. Calculo que será a partir de marzo o abril.
Romina: Cuéntame lo de la película en la que has participado.
Alex: Es mi primera incursión en el cine como actor; ha sido algo un poco casual, porque no lo busqué ni tengo formación como actor. Me llegó a través de una llamada de Marc Romero, que es el director de esta película. Se estrena a principios del año que viene, y es un thriller que se llama Hora y 20, donde están Macarena Gómez, Roberto Álamo, Emma Suárez… O sea, el reparto es total. Tengo una participación de la que no te puedo hablar mucho porque entonces te diría demasiado (risas).
Romina: ¿Te ha gustado tanto la experiencia como para repetir como actor?
Alex: Pues la verdad es que sí. Otra cosa es que se dé la oportunidad. La interpretación no es algo que persiga como un objetivo, pero si alguien me ofreciera algún otro papel, bienvenido sea.