La maternidad empujó a Bentley, una basset hound con orejas largas y ojos tristes, a buscar refugio en un taller mecánico de Houston para proteger a sus recién nacidos. Las tormentas que habían azotado la ciudad durante el fin de semana no le habían dejado otra opción.
Con su camada de siete cachorros, esta mamá se acurrucó en una esquina del taller, buscando desesperadamente un lugar seguro para resguardarse. Al día siguiente, los empleados del taller, sorprendidos al encontrar a la perrita y sus crías, no tardaron en darse cuenta de que necesitaban ayuda urgente.
Segunda oportunidad
Una nueva vida para esta familia perruna
Fue entonces cuando contactaron con Caitie Evers, una rescatadora de animales conocida por su labor incansable en Caitie’s Foster Fam. Al llegar, Evers se encontró con una escena desgarradora: Bentley y sus cachorros estaban sucios, famélicos y plagados de pulgas. “Estaban en un estado lamentable”, comentó la chica en un TikTok. Sin perder tiempo, se los llevó a su casa para brindarles la atención que tanto necesitaban.
La perrita estaba en muy malas condiciones
La primera noche en su nuevo hogar supuso el inicio de una transformación radical para esta familia canina. Evers decidió dar a cada uno de los perros un nombre que reflejara la valentía y el valor que se merecían, empezando por Bentley para la madre, y siguiendo con nombres como Rover, Jaguar, Porsche, Audi, Mustang, Lincoln y Ford para sus cachorros.
Pero antes de nada, era hora de una buena sesión de baño y acicalamiento. “Después de un buen baño, parecían diferentes», dice Evers, aliviada al ver el cambio inmediato en su aspecto y estado de ánimo.
En los meses siguientes, los cachorros se convirtieron en auténticas fuentes de energía y crecieron sanos y fuertes bajo los cuidados de Evers. Mientras tanto, Bentley también empezó a mejorar. Después de tanta lucha, por fin pudo relajarse y disfrutar de su vida, algo que nunca antes había podido hacer. "Aprendió a ser una cachorrita“, dice Evers, que ve cómo Bentley descubre las pequeñas alegrías de la vida canina, como los paseos, la buena comida y el juego.
El final feliz llegó tres meses después, cuando Bentley y todos sus cachorros encontraron hogares definitivos. Bentley, además, ganó una nueva compañera de juegos, otra basset hound con la que ahora comparte una vida llena de amor y mimos. ”Pasa sus días disfrutando del cariño incondicional que siempre mereció", asegura su rescatadora.