Los perros son el mejor amigo del hombre. Pero no dejan de ser animales y, como tal, muestran ciertas conductas que nos resultan extrañas o curiosas. Entre ellas, tener una especie de arrebato frenético y repentino por el cual se ponen a correr rápidamente por casa sin una causa aparente.
Has de saber que estos episodios son de lo más habituales y no quiere decir que a tu perro le pase algo malo o que se haya vuelto loco. Si bien son especialmente frecuentes en cachorros, pueden llevarlos a cabo a cualquier edad. Te contamos al detalle cuál es su explicación.
Por qué a los perros tienen explosiones frenéticas de actividad
El nombre técnico para designar este comportamiento es FRAP, que responde a las siglas en inglés de “frenetic random activity periods”. En español se traduce como periodos aleatorios de actividad frenética, aunque de forma coloquial también nos referimos a ellos como “zoomies”. Los reconocerás porque el animal empieza a correr muy deprisa de golpe sin que haya habido ningún detonante a simple vista. Además, suelen moverse en una misma dirección en círculos, hacer giros y cambios de sentido torpes y bruscos y esquivar obstáculos sin apenas detener la marcha.
Como su nombre indica, consisten en episodios en los que el animal experimenta una actividad frenética de forma aleatoria e imprevisible. Esta conducta es el modo en que el perro libera una gran cantidad de energía acumulada y puede deberse a diversos factores. Esta liberación de energía puede responder a una falta de actividad física o estimulación cognitiva durante el resto del día, si tu can no ha salido a pasear y jugar lo suficiente o ha dormido demasiado.
Por otro lado, también responden a ataques de euforia, alegría y excitación. De modo que pueden manifestar un FRAP cuando algo les pone muy contentos, como la llegada a casa de su humano favorito o soltarle la correa en un parque. Asimismo, otra posibilidad es que los utilicen como mecanismo para sofocar la energía acumulada en una situación de estrés, por ejemplo después de bañarlo, llevarlo a la peluquería o llegar a casa después de ir al veterinario.
Qué es el enriquecimiento cognitivo y cómo debo aplicarlo a mis mascotas
Los FRAP no son un problema de comportamiento, sino una conducta normal del perro. De modo que no deberías regañarlo, sino más bien dejar que se le pase por sí solo. Normalmente duran unos pocos segundos y después volverá a la calma, seguramente fatigado.
Es normal que durante el ataque frenético de actividad no te escuche ni obedezca. Deberás intervenir únicamente si crees que puede hacerse daño, retirando posibles obstáculos de su trayectoria. Cuando finalice, ofrécele agua.
Si los “zoomies” son demasiado frecuentes o vienen acompañados de otras conductas compulsivas como perseguirse el rabo, morderse las patas o lamerse con insistencia, acude al veterinario o consulta con un etólogo canino para saber si a tu mascota le sucede algo.