Semana 3 de embarazo: esto es lo que va a ocurrir en tu cuerpo en la semana de la fecundación

La tercera semana es fundamental. En el caso de un embarazo natural, acaba de producirse la ovulación y, tras una relación sexual, el óvulo maduro que ha salido del ovario es fecundado en las trompas de Falopio por un espermatozoide que ha logrado atravesar su membrana. Uno de los cientos de miles que intentan llegar hasta este punto. 

Esta primera célula que surge de la unión de ambos se llama  cigoto y en ella están presentes los 23 cromosomas que aportan cada uno de los gametos sexuales. Ahora se inicia una nueva fase, en la que esta nueva célula continúa su camino hacia el útero para proceder a la implantación mediante una serie de contracciones que se producen en las trompas y que facilitan el movimiento. 

Mientras, en el óvulo fecundado, se producen una serie de transformaciones muy importantes a la vez que se va desplazando. Comienza a dividirse de forma sucesiva, de cuatro a ocho células, de ocho a 16 y 32 (cuando se denomina mórula) y cuando llega al útero puede tener hasta 250. A estas alturas se le llama blastocito. Éste, a su vez, se divide en dos grupos de células, uno más interno, que es que dará lugar al embrión y otro externo, que formará la placenta que lo cubrirá durante el embarazo, para protegerlo y alimentarlo.

¿Qué síntomas puedes esperar?

Cuando se produce la concepción, la mujer libera una glicoproteína llamada Early Factor Pregnancy (EFP) -factor de temprano del embarazo- cuya función es que el endometrio no rechace la implantación del cigoto. ¿Por qué? Pues porque se trata de una célula "diferente" a la de la madre y su organismo podría ser considerado un cuerpo extraño al que habría que eliminar. 

Esta glicoproteína es la que reflejan los tests de embarazo a través de la orina. Aún así, todavía es pronto y puede que no sea detectada, por lo que no es extraño que en esta semana se produzcan falsos negativos al realizarse la prueba. 

En esta semana se pueden experimentar algunos síntomas, aunque no todas las mujeres los notan. En primer lugar, puede  producirse un ligero sangrado a medida que el blastocisto se introduce en el endometrio. Los cambios hormonales dan lugar, en ocasiones, a una cierta sensibilidad en el pecho, dolor de cabeza, un cambio en la consistencia del flujo, fatiga, alteraciones en el gusto o en el olfato y cambios en el estado de ánimo. Muchos de ellos son parecidos a los que tiene una mujer durante la menstruación, por lo que si no se tiene un periodo irregular el embarazo puede pasar desapercibido. 

Durante esta semana todavía es pronto para hacerse una ecografía, porque el cigoto y después blastocito es tan pequeño que no se vería. Mide menos de un milímetro. Hay que esperar algunas semanas más para poder visualizarlo correctamente. 

Alimentación

A estas alturas, y si estabas buscando el embarazo, es probable que estés tomando una suplementación de ácido fólico. Aún así es interesante incluir en la dieta alimentos con este nutriente que ayuda a prevenir posibles defectos en el tubo neural del feto. Para ello, se puede aumentar el consumo de verduras verde y legumbres. 

Lo más adecuado en estos casos es seguir una dieta equilibrada que aporte las vitaminas y minerales necesarios para que todo transcurra con normalidad, como ocurre con la dieta mediterránea. Hay determinados nutrientes importantes: el hierro es fundamental para evitar la anemia, por eso es bueno tomar carne roja de forma moderada, chocolate negro, legumbres, huevos y brócoli. Otro mineral interesante es el calcio, pues permite el correcto funcionamiento entre otras cosas del sistema nervioso y los músculos. Algunos de alimentos que lo contienen son los lácteos, la col, el brócoli, las sardinas o las semillas de sésamo. 

Si ya sospechas que puede haber un embarazo -y los días previos también- es hora de empezar a tomar medidas en cuanto a evitar las carnes poco hechas, los pescados grandes ricos en mercurio y crudos, los lácteos no pasteurizados, los huevos poco cocidos y los alimentos que no estén bien desinfectados. Se trata de medidas preventivas para evitar enfermedades como la toxoplasmosis y listeriosis. 

Ejercicio

Según la OMS, todas las mujeres que no tengan contraindicaciones durante el embarazo deberían realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 minutos a lo largo de la semana, incorporar una variedad de actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular y 

limitar el tiempo dedicado a actividades sedentarias. Eso si, evitando movimientos e impactos demasiado bruscos. 

Consejos 1

Tómate estas semanas con tranquilidad. Haz actividades relajantes, ejercicios de respiración y evita un estrés innecesario en el trabajo y otros ámbitos. 

2

Haz partícipe a tu pareja o la persona que tengas cerca de ti de todos los cambios que se producen y los síntomas que experimentas. 

3

Consulta con tu ginecólogo o médico de atención primaria todas las dudas que surjan acerca de la alimentación o el ejercicio. 

4

La OMS dicta que la mujer debe recibir en esta etapa una atención de calidad por lo que infórmate acerca de cómo quieres tu embarazo y tu parto para estar preparada. 

5

Evita en estas etapas los alimentos ricos en azúcares y las grasas trans, que no te aportarán los nutrientes necesarios para que todo vaya a la perfección.

6

Mantén una buena higiene del sueño, procurando dormir si es posible un mínimo de siete horas diarias. 

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