Planificar unas vacaciones es un ejercicio que se puede complicar: elegir el destino, encontrar vuelos asequibles y cuadrar fechas sin comprometer días libres. Entre todas estas decisiones, muchos han encontrado en el concepto de stopover una forma de maximizar su experiencia de viaje sin vaciar la cartera.
Este método, aunque no es nuevo, sigue generando debate, especialmente en redes sociales, donde algunos lo ven como un truco y otros lo consideran parte de la estrategia habitual de la industria aérea que no merece la pena probar.
El stopover funciona de manera sencilla: algunas aerolíneas ofrecen beneficios adicionales para los viajeros que eligen escalas largas en sus ciudades base. Dependiendo de la compañía, esto puede incluir noches gratuitas en hoteles de cuatro o cinco estrellas, traslados al centro de la ciudad e incluso tours guiados.
Turkish Airlines, por ejemplo, destaca entre las más generosas, ofreciendo alojamiento gratuito en Estambul. Air China y Qatar Airways también tienen opciones similares en ciudades como Pekín o Doha, con algunas tarifas que permiten añadir una estancia de lujo al viaje por precios simbólicos.
¿Oportunidad o pérdida de tiempo?
Hacer turismo durante la escala
Sin embargo, no todo el mundo está convencido de que esta sea una opción tan ventajosa. En redes sociales, algunos viajeros han compartido sus experiencias, cuestionando si realmente compensa el tiempo invertido: “Reservé un vuelo a Seúl con Air China, con escala en Pekín de 24 horas. Me daban hotel gratis, pero estaba lejos de la Ciudad Prohibida, así que terminé pagando por otro más céntrico”. Además, otros señalan que las condiciones han cambiado: lo que antes era común, ahora depende más de la tarifa contratada, la política de cada aerolínea y el destino final.

Pekín es uno de los destinos que se puede visitar con este método
El inconveniente más citado es la pérdida de tiempo. Organizar los traslados entre el aeropuerto, el hotel y las visitas turísticas puede convertir un día de descanso en una jornada agotadora. “Acabas perdiendo un día de vacaciones”, comentaba un viajero que había probado este método.
Aprovechar un stopover es, en esencia, una cuestión de prioridades. Si se tiene la flexibilidad para disfrutarlo y encaja con el itinerario, puede ser una forma excelente de añadir una parada extra al viaje. Por otro lado, para quienes buscan llegar a su destino principal sin distracciones, esta opción puede no ser la más adecuada.