Hay una frase del escritor suizo Joël Dicker que dice: “Me levanto pronto, para que el mundo me pertenezca”. Una cita que resuena en diversos contextos que confirman por qué madrugar siempre es una buena idea: desde las productivas mañanas de yoga, lectura y desayunos saludables, hasta los paseos con tu mascota, pasando por destinos del mundo donde madrugar también forma parte de la experiencia.
Y es que levantarse temprano para conocer un nuevo lugar tiene muchas ventajas: no solo la luz en este momento del día es perfecta para los amantes de la fotografía, sino que también encontramos menos turistas y se respira una paz indescriptible que suspira entre coloridos mercados y las gotas de rocío buscándose sobre una hoja de platanera.
Ponemos el despertador un poco antes para descubrir estos siguientes lugares del mundo que bien merecen un madrugón.
Siem Reap, Camboya
Angkor Wat

El amanecer de Angkor Wat es mágico
Alrededor de las cinco de la madrugada, los sonidos de la selva todo lo inundan, a lo lejos alguien ilumina los charcos del camino con una linterna y te invade la certeza de que algo prodigioso está a punto de suceder. Es a las 5.55 h cuando los rayos del amanecer envuelven Angkor Wat, el templo principal del complejo erigido por el antiguo imperio jemer en las cercanías de la ciudad de Siem Reap. Entre este mágico amanecer y tú se interpondrán decenas de pantallas de móvil, algo que resta cierta autenticidad a una experiencia que, en cualquier caso, consigue mantener esa naturaleza mágica, mística.
Una delicatessen
The Golden Pumpkin
Si estás buscando un restaurante con encanto durante tus días visitando Angkor Wat, en la ciudad de Siem Reap encontrarás The Golden Pumpkin. En la cocina de este oasis gastronómico en el centro de la ciudad, un grupo de locales saca brillo a las hojas de platanera a modo de vasos que contienen el típico Amok -filetes de carne o pescados cocidos al vapor con leche de coco y verduras, de textura similar al mousse-, mientras se toma una rica bebida de lemongrass en el coqueto jardín y la amabilidad de su personal completan una experiencia foodie única que querrás volver a repetir una y otra vez.
Laos
Luang Prabang

Una mujer ofrece limosna a los monjes en el ritual 'Tak Bat'
El sonido de los tambores lejanos es una banda sonora recurrente en esa ciudad de película llamada Luang Prabang, joya colonial del exuberante país de Laos donde, cada mañana, se celebra la ceremonia de las almas o Tak Bat. Este ritual de entrega de limosna suele tener lugar entre las cinco y media de la madrugada y las seis de la mañana en las calles del casco antiguo que rodean los principales templos. Consiste en un desfile por parte de jóvenes monjes budistas que pasan junto a hileras de devotos que introducen arroz y dulces en sus cestas de bambú. Uno de los tramos más concurridos lo encontrarás en torno al templo Wat Sop Sickmaharam para extenderse por el resto de Sakkaline Road.
Guatemala
Lago Atitlán

El lago Atitlán adquiere colores insospechados
Entre los bohemios pueblos de Panajachel, Santa Catarina Palopó o San Pedro, y los volcanes de cuento del lago Atitlán, emblema natural de Guatemala, tiene lugar otro de los amaneceres más bellos del mundo. Un despertar místico que invita a recorrer los márgenes de este cráter lleno de agua donde podemos contratar una excursión para ascender a los volcanes Atitlán, Tolimán o San Pedro La Laguna, los tres gigantes de este paraíso fosilizado.
Suecia
Parque nacional de Abisko

Espectacular amanecer en el parque nacional de Abisko
En Suecia existe una palabra maravillosa: gökotta, que significa “amanecer con el cuco” y consiste en pasear a primera hora de la mañana por bosques en busca del sonido de esta ave que marca el inicio de la primavera. Un ritual que podemos llevar a cabo en oasis naturales como el parque nacional de Abisko, en torno al pueblo homónimo donde, de forma paradójica, se sucede uno de los mayores índices de auroras boreales del mundo. Un lugar que no solo nos inspira a madrugar, sino también a aguardar tantas noches mágicas.
Barbados
Pebbles Beach

Amanecer en solitario en Pebbles Beach
Pebbles Beach, a las afueras de la ciudad de Bridgetown, es una playa de la isla de Barbados donde cada mañana, entre las cinco y media de la madrugada y las siete de la mañana, tiene lugar un momento fascinante: los cuidadores de los caballos de carreras que suelen competir en Garrison Savannah, uno de los hipódromos más antiguos del continente, bañan a sus animales en un azul eterno. Una ocasión única para los amantes de la fotografía y aquellos viajeros en busca de una experiencia única envuelta por los sonidos que evocan los caballos al nadar en estas aguas prístinas.
Madurai, India
Templo de Meenakshi Amman

Las luces nocturnas se encuentran con la primera luz matinal en Madurai
Si existe un país donde merezca la pena madrugar, ese es sin duda la India: desde el simbólico amanecer sobre los ghats de Benarés hasta la entrada en un celestial Taj Mahal, pasando por la entrada al colorido templo Meenakshi en honor a la diosa homónima en la ciudad de Madurai, al sur del país. Un templo mágico que abre sus puertas a las cuatro y media de la madrugada, momento en que se despliegan los primeros puestos de flores frescas para la ofrenda y los puestecitos de té chai alrededor de la torre este. Además, al entrar, no solo podrás ser testigo del fervor de los visitantes que acuden a recibir el darshan -o bendición del sacerdote- sino también contemplar los primeros rayos de sol en torno a los gopuram, o umbrales del templo formados por miles de figuras de dioses hindúes.
Etiopía
Adís Abeba

Tomar café es todo un ritual en Adís Abeba
Las mañanas no se conciben sin el aroma del café y la mejor taza caliente, ¿verdad? Los etíopes también están de acuerdo, de ahí que su ceremonia del café sea una de las experiencias locales más especiales del país africano donde nace precisamente el café. En lugares como Adís Abeba, podrás disfrutar de diversos rituales orquestados por expertos del café y asistir a este proceso donde se tuestan los granos, el incienso todo lo envuelve y podrás disfrutar de una taza acompañada de snacks mientras escuchas las historias en torno a una bebida de gran poso cultural.