Lita Cabellut: “La eternidad es la obsesión humana más dañina”

El arte y la artista

La artista aragonesa ha convivido tres años con la sombra de los 'Disparates' de Goya. Su paisano del siglo XVIII le hizo amar el arte y ahora le rinde homenaje en una gran muestra en Madrid

La artista en su estudio de La Haya con obras que expone en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid

La artista en su estudio de La Haya con obras que expone en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid

Lluc Gueralt

Lita Cabellut (Sariñena, Huesca, 1961) acaba de enfrentarse a uno de los mayores retos de su carrera. Al pintor con el que comenzó su pasión por el arte, Goya, al que descubrió, apenas adolescente, en el Museo del Prado, y cuyas pinturas negras la asustaron. Ahora la artista, una de las más cotizadas del arte español y que desde hace décadas vive en La Haya, se ha medido en su estudio durante casi tres años a una de las series más duras y crípticas del pintor aragonés: los Disparates, un ácido retrato de la sociedad en la que le tocó vivir. 

El resultado es una gran muestra que se puede contemplar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y que inauguró la reina Letizia.“Tiene muchísimos visitantes, había una necesidad de que alguien pusiera la verdad de esta manera tan expositiva, la verdad de cómo está viviendo esta sociedad en el mundo, la falta de humanidad y de empatía universal”, advierte Cabellut.

MADRID, 29/10/2024.- La reina Letizia, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun (d), el comisario de la muestra, Eloy Martínez de la Pera (i), y Lita Cabellut (2i), durante la inauguración de la exposición 'Goya x Lita Cabellut. Los Disparates', este martes en Madrid. EFE/J.J.Guillén POOL

La reina Letizia, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun el comisario de la muestra, Eloy Martínez de la Pera y Lita Cabellut durante la inauguración de la exposición ' Los Disparates'

J.J.Guillen / EFE

De Sariñena al éxito internacional. ¿Cuál ha sido su camino?

En realidad no he tenido ninguna opción. Mi camino ha sido algo que he tenido que hacer, que recorrer a través de muchas facetas y paisajes. Cuando nacemos tenemos una gran cantidad de opciones para elegir quién quieres ser y hay que empezar a andar y no tener miedo. Y no depender de si vas a ser un artista con éxito, porque eso no tiene nada que ver con una evolución artística, con un proceso interior, intelectual y espiritual. Debemos tener una ambición para hacer las cosas bien para uno mismo, querer acercarte a la verdad de ti mismo. El reconocimiento que realmente tengo es en mi estudio, con la gente con quien trabajo, al ver qué conseguí en mi trabajo ayer. Cuando eres joven sueñas que la gente te reconozca, te lea, te sienta, entiendan lo que quieres decir y al hacerte mayor te das cuenta de que es imposible encontrar el éxito en la opinión pública o en el precio de tu obra. Eso no es éxito, son factores exteriores.

¿Hay una dimensión filosófica, espiritual, en el trabajo de Lita Cabellut?

Absolutamente. Mi vida... la persona Lita es una persona profundamente filosófica. Sin pretensiones. No soy una filósofa académica, pero sí que veo la vida de una manera muy poética y hasta muy espiritual. Porque creo que lo divino sobrepasa y sobrecoge al ser humano. Somos pequeños y a veces grandes dioses de nosotros mismos, de nuestro entorno, de nuestra sociedad. Vivir es milagroso. Sobrevivir es para héroes. La vida es muy complicada. La vida te da, te quita, te pone, te saca, te calienta, te enfría. Los contrastes de la vida son increíblemente fuertísimos. Para sobrevivir todo eso, para quedarnos enteros, para poder amar y ser humildes, necesitamos ser héroes.

Todo el tiempo intento buscar temas donde alentar a la humanidad. Dar un mensaje de no nos rindamos”

Lita Cabellut

¿La nueva exposición le ha reconectado con tus comienzos?

Goya siempre ha estado ahí desde el momento que entré en su sala y salí corriendo y después volví y dije: esta es la verdad. Esto es lo que somos, esto es lo que el ser humano tiene que enfrentar. El ser humano somos luz y oscuridad a la vez. Goya es un hiperrealista del sentimiento humano, pero no juzga a sus personajes, no los rechaza, los presenta como espejos para acercarnos más a esa parte que nosotros no queremos reconocer. Para esta exposición he estado con él durante casi tres años, ha sido una intensidad fuertísima. Pintar la cara de una mujer después de una violación no es algo en lo que digas, ¿lo he conseguido? No, cuando lo he conseguido, he dicho, pobrecita.

Usted se va a estudiar a Holanda de joven. ¿Cómo encuentra su lenguaje, eso que algunos llaman fotorrealismo, expresionismo...?

Nunca he pensado que tenía que encontrar un lenguaje. Simplemente, tenía una obsesión por encontrar todo aquello que está bajo esa capa donde no se ve. ¿Qué hay detrás de la superficie? Una obsesión por penetrar y traspasar todas esas barreras sentimentales y visuales donde tenemos la actitud de parar de ver. Y el material me ha ido dando todas esas capas, ha sido una herramienta para crear todas esas profundidades psicológicas, espirituales, también sentimentales, intelectuales, para cada vez meterme un poquito más en la materia, ser parte de ese personaje que estaba pintando o imaginándome. Yo he trabajado muchísimos años sin modelos, porque todo lo quería sacar de dentro, de mis recuerdos, de mis experiencias, de la obsesión por querer primero la piel y después el músculo y después el hueso. Y cuando sacaba el hueso, ¿Qué hay? Fragmentos, rastros, rostros, restos. La eternidad es la obsesión más dañina que tiene el ser humano.

“Goya siempre ha estado ahí desde el momento que entré en su sala y salí corriendo y después volví y dije: esta es la verdad”

“Goya siempre ha estado ahí desde el momento que entré en su sala y salí corriendo y después volví y dije: esta es la verdad”

Lluc Gueralt

¿Qué son para usted todas esas cicatrices, escarificaciones, grietas, de su pintura? ¿Hay violencia, transformación?

Hay violencia, hay humildad, hay alegría, hay delirio, hay locura, hay serenidad, hay todo. Soy un ser humano. Todos esos sentimientos están dentro de mí. Llevamos un santo y un dictador dentro. Todo eso somos nosotros. Lo único es que una cosa se descontrola y la otra se controla. Todas las cosas buenas en el mundo y todas las cosas malas somos nosotros. Uno no es mejor que otro. Los cuadros terroríficos de Goya no están hablando solo de lo que está viendo, está hablando de sus miedos, de sus pesadillas, de sus fracasos, de sus desgarros y también de su fe en el ser humano.

¿Una de las transformaciones clave para usted fue la maternidad?

Me hizo reflexionar sobre la gran responsabilidad que tenemos los unos como los otros. Estaba acostumbrada a ser muy libre, viajar, irme a 8.000 kilómetros a la selva en África con mi bicicleta. Saber que esa libertad tendría que transformarla en otro tipo de libertad, me transformó muchísimo y estoy muy contenta porque quizás me hubiera quedado en algún país ahí colgada. La maternidad me ha dado suelo, que me quede más en este mundo y me vaya mucho menos a mis mundos mágicos que son mi taller y mis lienzos.

Debemos tener una ambición para hacer las cosas bien para uno mismo”

¿Lita Cabellut es también una artista política?

Sí y no. Intento ver la política como he pintado los Disparates. No juzgar lo que es algo que hacemos nosotros mismos. La política que tenemos, la sociedad que tenemos, es algo que construimos.

Se lo preguntaba porque su arte tiene un lado de denuncia muy importante.

Es mi manera de hacer política, de protestar y al mismo tiempo no es protestar, es más bien enfocar, poner el foco sobre aquello que creo que tenemos que ver, que no podemos esconder. Tengo en mi colección privada muchísimas obras que hice en el pasado sobre estados psíquicos de personas enfermas mentales, llevados por situaciones muchas veces sociales. El estrés ha sido tan grande, la desgracia tan grande, la injusticia tan grande, que acaban enfermos. Y toda esa colección de mis enfermos mentales nadie la quiso comprar en su momento, nadie quería un enfermo mental de dos metros por dos en su cuarto. Pero yo no los dejo de pintar. Los tengo que hacer. Dar voz, dar visibilidad a aquellas personas que no están consideradas. Adictos. Una serie de la prostitución. ¿Cree que alguna galería o algún museo quiso exponer eso? No, es demasiado duro. Las hago y las tengo en mi casa, en mi estudio, en el almacén. Un día habrá alguien valiente que diga, venga, va, ven con esta serie, Trata de blancas. En mi salón tengo un cuadro inspirado en Munch que es de prostitución infantil. Y cuando la gente viene dice: ¡Qué cuadro tan impactante! Pues sí.

Vivir es milagroso. Sobrevivir es para héroes. La vida es muy complicada”

¿Cómo eliges sus series, sus temas, a figuras a Frida Kahlo, Billie Holiday, Freud, Rudolf Steiner?

Todos esos personajes los elegí en un momento donde había una crisis tremenda en 2008. Todo el mundo pensaba: se nos va a caer el mundo, tenían miedo a perder todo lo que habían construido. Quise recordar los grandes espíritus que, a pesar de haber vivido crisis, han dejado un trabajo extraordinario. En las crisis siempre los grandes espíritus renacen y tiran adelante la humanidad. Todo el tiempo intento buscar temas donde alentar a la humanidad. Dar un mensaje de no nos rindamos. Somos dioses, somos fantásticos, somos héroes.

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