Juanjo Artero, el actor que ama el teatro y a las abejas

Entrevista

El intérprete se sube al escenario del Teatro Bellas Artes de Madrid con el monólogo 'El milagro de la tierra', el primero de su carrera y su trabajo más personal, hasta la fecha, por lo que tiene de autobiográfico

Juanjo Artero estrena obra de teatro en Madrid, 'El milagro de la Tierra'

Juanjo Artero estrena obra de teatro en Madrid, 'El milagro de la Tierra'

Mariano.Ibanez,Heredia

Hace más de cuatro décadas de Verano azul, hace casi 15 años de El Comisario, hace dos lustros de El Barco, hace siete años de Amar es para siempre y hace unos cuantos meses de Servir y proteger. Entre medias de tanta serie televisiva, en la trayectoria de Juan Artero (Madrid, 1965), ha habido películas como No habrá paz para los malvados (con nominación al Goya como Mejor actor de reparto) y, siempre, un escenario en el que ponerse a prueba. 

Ya lo dice él: “Yo necesito el teatro”. Ahora, el actor abraza su proyecto más personal y arriesgado: un monólogo que bebe de su autobiografía personal y profesional para cuestionarse la existencia del ser humano, que, además, produce él mismo junto a Toni Flix. Porque vivir en este universo, en esta galaxia y en este planeta es un prodigio, casi un milagro: El milagro de la tierra

El actor abraza su proyecto más personal y arriesgado: un monólogo que bebe de su autobiografía personal y profesional

La función, que firma Juan Asperilla y dirige Laila Ripoll, se estrenó el pasado 26 de septiembre en el Teatro Bellas Artes, donde se representará cada martes hasta el próximo  31  de octubre.

El monólogo sigue siendo un ejercicio actoral solo para muy valientes. ¿Tenía ganas de probarse?

Sí, era una necesidad que tenía y no encontraba el texto, por eso nació El milagro de la tierra. Tuve una reunión con Juan Carlos (Plaza-Asperilla, que reza el nombre completo del dramaturgo), que me conocía de otros montajes, y le conté un poco lo que quería. Le hablé de mí, de los textos que me gustaban, de mi vida, de muchas cosas… Él, utilizando mucho la metáfora y, por supuesto, con su sensibilidad y pasado por su tamiz, me hizo el regalo de un texto maravilloso.

Un momento de la actuación de Juanjo Artero en Madrid

Un momento de la actuación de Juanjo Artero en Madrid

Margot Riofrío Viñals

'El milagro de la tierra' es una reflexión en voz alta, ¿sobre qué?

Es la reflexión que nos hemos hecho todos los seres humanos desde que somos seres humanos, y a lo mejor desde antes. ¿Qué hacemos aquí? ¿De dónde venimos? ¿Cómo se formó todo? Es una búsqueda del porqué existencial, pero una búsqueda básica, no con una filosofía profunda. Son las preguntas que nos hemos hecho siempre y que nos han tocado desde niños. Creías en Dios, pero de repente llegaba el profesor y te hablaba de la teoría de la evolución, de Darwin, y te preguntabas “¿entonces no fueron Adán y Eva…?”. Todo parte de ahí, de mi infancia, de mi búsqueda de Dios, de no Dios, de por qué estamos aquí… Empieza con el big bang, que sería como la eyaculación, continúa con el embarazo… de todo, del hombre, también de la Tierra, la creación del sistema solar; sigue por el nacimiento y termina con la muerte. Y estoy acompañado de los textos de grandes escritores que me gustan y en los que están un poco todas esas inquietudes. Es un viaje muy bonito por mi vida, mi infancia, mis personajes también… Todo desde el punto de vista del actor que soy.

¿No le parece un auténtico milagro que, en esta era de streaming y plataformas, el teatro siga existiendo?

¡Desde luego! Además, el teatro es lo más diferencial. Yo lo recomiendo, espero que siga existiendo y que todos levantemos la vista de los móviles y vayamos, no sólo al teatro, sino al museo, al cine, a eventos culturales, que leamos… Creo que la cultura es muy buena para la sociedad en general. La poesía es un arma maravillosa.

La poesía es un arma maravillosa”

Y versos hay muchos en su monólogo…

Estoy acompañado de Lope, Rosalía de Castro, San Juan de la Cruz, Shakesperare, Whitman, Calderón, Quevedo, Pirandello… ¡Todos ellos!

Ha elegido a Laila Ripoll para que le dirija. ¿Por qué?

Me parece una directora maravillosa y una mujer genial. Además, hay muchas cosas que nos unen. Este monólogo era muy especial y tenía que hacerlo con gente muy cercana, y Laila y yo nos conocemos desde niños. Un día fue a acompañar a su madre al rodaje (de Verano azul, es hija de la actriz Concha Cuetos), pero luego coincidimos en un curso en el Clásico y juntos montamos la compañía Micomicón. Laila era perfecta para este tipo de montaje, porque me conoce y sabe de muchas obras de las que hablo, porque las he hecho con ella. La imaginación que tiene, cómo te dirige y la libertad que te da hace que saques lo mejor de ti mismo.

Le presta su voz una figura imprescindible de la escena española como es Lola Herrera…

Un lujo, porque Lola, aparte de lo grande que es y de lo que ya la admiraba antes de conocerla, es un ser muy querido para mí. Que haga la voz de mi madre me carga las pilas en el escenario. Y el otro día, que estaba en el estreno, pues más todavía.

Una imagen del actor en Nerja, donde empezó su carrera

Una imagen del actor en Nerja, donde empezó su carrera

Centro Cultural Villa de Nerja

Su monólogo hace un repaso desde la creación de la vida hasta la muerte. ¿Le asusta el final de todo?

Me asusta mi final y el de los seres cercanos y queridos. Ese miedo está ahí presente. Precisamente por eso, cuando te asusta algo, hay que enfrentarse a ello y el monólogo también me sirve un poco para eso.

Hablemos de principios. ¿Harto de que se le relacione con la primera serie de todas, 'Verano Azul'?

¡Para qué me voy a enfadar! He pasado épocas de mi vida, cuando quería hacer otras cosas, en que me importaba más. Pero ahora ya, con la edad que tengo y habiendo vivido de la profesión, me parece hasta tierno.

¿Qué le diría a ese chaval de 14 años que empieza en la profesión?

Quizás le diría: “tranquilo, Juanjo, disfruta de la vida, del momento, de las clases, de tu preparación y relájate un poco. Ya te llegará el momento”. Pero también creo que ese empuje, esa necesidad y esas ganas que tenía fueron el motor que hizo que me preparara mucho y que fuera obsesivo, en un sentido positivo, con el trabajo. Y eso es bueno para ser actor.

Me preocupa el legado que vamos a dejar nuestros hijos, nietos o a nosotros mismos”

Volvamos a la función. El título, 'El milagro de la tierra', conecta muy directamente con el problema del cambio climático. ¿Es un tema que le preocupe?

Sí, mucho. Es más, nos debe preocupar a todos, es primordial, porque lo estamos viviendo y negarlo es negar la evidencia. Me preocupa el legado que vamos a dejar nuestros hijos, nietos o a nosotros mismos, porque esto va tan rápido que cualquiera sabe. Si se pusieran al servicio del ser humano y de la ciencia todas estas cosas y no al servicio del dinero y de los grandes intereses… Creo que a todos, incluso a los directivos de fábricas que están ensuciando, nos espanta. Pero hay como con un velo, no quieren ver… Y no tenemos derecho a creernos superiores a las demás especies. Por ejemplo, no es que no haya que comer carne, pero no siempre, no es tan necesario y a lo mejor hay que cambiar alguna cosa. Yo creo mucho en la ciencia, pero la ciencia a veces son intereses o el que contrata a la ciencia es para que saque un producto y no por un fin humanitario o para el planeta.

En esta ocasión, protagoniza y también produce. ¿Se vive todo desde otro lado cuando las perras las pone uno?

Siempre hay otro vértigo. Como uno ha hecho televisión, va haciendo lo que puede en teatro. Es un gran riesgo venir a Madrid, tal y como están las cosas, pero necesitaba hacer el monólogo aquí. Me encanta ir a grandes plazas, pero también salir de gira e ir a pueblos. El teatro tiene que llegar a todos los rincones.

Cuando no hay trabajo, ¿qué le hace feliz en tu tiempo libre?

¡Muchas cosas! Disponer de tiempo para estar con la familia o ir al campo… Me gusta mucho la agricultura y ahora me estoy iniciando en la apicultura. Aprovechar para calmarme un poco, dormir y no tener que madrugar tanto me vuelve loco, y no estar todo el día estudiando.

Villa Le Blanc en Menorca es uno de los preferidos del actor

Villa Le Blanc en Menorca es uno de los preferidos del actor

Meliá Hotels International

¿Hay algún rincón donde le guste perderse?

Sí, un hotel de Menorca que es maravilloso: Villa Le Blanc. Por sus vistas en primera línea de mar y por lo bien que se come en sus dos restaurantes. Allí te aíslas, es un sitio mágico.

Como buen amante de la gastronomía que es, ¿me revela uno de tus restaurantes imprescindibles de Madrid?

La Barbacana, en Boadilla del Monte, me encanta.

¿Cuál es la última película que ha conseguido emocionarle?

Mi otro Jon, la película de Paco Arango en la que participo y que vi el otro día. Es tan bonita… Te ríes y lloras a la vez, está llena de esperanza. Es muy recomendable cuanto tienes un dolor o una pérdida, porque relativizas. Además, es bastante impredecible y te lleva por sitios que no esperas. Tengo mucha fe en ella, aparte de que es una película 100% benéfica por una causa maravillosa. Paco Arango se ha traído a 80 niños con tratamientos muy complicados, con 80 familias, a 80 hospitales.

Carmen Maura y Olivia Molina en una escena de la película 'Mi otro Jon'

Carmen Maura y Olivia Molina en una escena de la película 'Mi otro Jon'

Wanda Vision

¿Y el libro que está leyendo en estos momentos?

Parece que quiero hacer promoción de mis trabajos (risas), pero es que ahora mismo solo estoy estudiando mi nueva función, Robots de Gabriel Olivares, y no tengo tiempo. Nos ha pedido que nos sepamos el texto para los ensayos como el Padre nuestro. Es una historia sobre robots que hacen pruebas, que sucede durante el confinamiento. Y no puedo decirte más, pero va a ser un espectáculo impactante…

¿Existe algún lugar en el mundo al que desea viajar con todas sus ganas?

Me gustaría ir al norte, a ver la aurora boreal, y también a Asia, a Brasil, a la Patagonia… Hay tantos sitios…

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