Este martes, 16 de mayo, cumple siete décadas uno de los seis actores que han dado vida al agente 007, con licencia para matar. Brosnan, Pierce Brosnan ha sido el penúltimo Bond, pero antes de coger la pistola para arreglar el mundo, ya usaba los pinceles para poner orden en su propio mundo. Y ahora como si se tratara de un regalo de cumpleaños ha inaugurado en Los Ángeles, donde vive, una exposición pictórica.
La muestra So many dreams (tantos sueños) está abierta desde el día 14 hasta el domingo y recoge 50 cuadros más 100 dibujos suyos en los que hay referencias a artistas a los que admira como Picasso, Matisse o Bob Dylan y también hay visiones oníricas con formas onduladas. Las obras pueden adquirirse por un precio que va desde los 3.500 a los 5.000 dólares.
Pierce Brosnan asegura que su amor por la pintura es desde siempre: “Abandoné el colegio con 16 años y lo único que tenía era una carpeta llena de dibujos. No tenía ninguna credencial académica, pero amaba el arte”. Y añade: “Crecí en el sur de Irlanda, un poco solo, ya que era hijo único, pero crecí en mi imaginación, jugando en la ribera del río Boyne. Siempre me pregunté de dónde procedían estas formas que ahora me veo reflejando en mi arte, y me he dado cuenta de que son las formas de mi infancia, como piezas de un puzle que flotan en el aire”, explica el actor en un documental que acompaña la exposición y que lo ha producido su hijo Dylan.
Después de dejar los estudios Pierce Brosnan empezó a buscar trabajo por las galerías de arte, enseñando sus dibujos hasta que le admitieron en una: “Me dieron un pequeño trabajo, y para mí fue como encontrar el Santo Grial: recibir un cheque, acudir a la biblioteca en mi hora del almuerzo y descubrir la literatura... El primer libro que saqué de la estantería fue Náusea , de Jean-Paul Sartre. Y lo cogí porque en la portada tenía un cuadro precioso, que resultó ser de Salvador Dalí”. Para él el artista catalán y el surrealismo son sus primeros referentes en el arte. Hasta que la interpretación se cruzó en su camino.
Estudió teatro y tras participar en varias obras y en algún pequeño papel en el cine, su gran oportunidad le llegó en Estados Unidos. Fue con la serie de detectives Remington Steele , que protagonizó cinco temporadas (1982-1987) junto a Stephanie Zimbalist.
Brosnan pinta desde niño, pero tras enfermar de cáncer su primera esposa, se convirtió en una actividad terapéutica
“Por fin tenía dinero, y podía comprar pinturas, lienzos, pinceles... pero estaba trabajando tanto que no tenía tiempo para pintar”, explica en el documental. Brosnan disfrutaba del éxito y la felicidad junto a Cassandra Harris, la actriz australiana con la que se casó en 1980. La pareja tuvo a Sean (1983), y 3 años después el actor adoptó a Christopher y Charlotte, los dos hijos de su mujer y su exmarido, que falleció en 1986.
Pero en 1987, a su mujer le diagnosticaron un cáncer de ovarios y una noche de “miedo y angustia”, volvió a pintar. “Fue pura intuición y sentimiento. Pensé que podría sacar de mí toda esa oscuridad. Fue terapéutico, y lo sigue siendo hasta hoy!”. Aquella noche creó A dark night , que considera como su primer cuadro.
Cassandra Harris falleció en 1991 y el actor con tres hijos revivió su infancia sin su padre, aunque en su caso fue porque se marchó. En 1994 conoció a la periodista Keely Shaye Brosnan. Se casaron en el 2001, después de tener dos hijos Dylan, en 1997, y en el 2001 a Paris, que también es pintor y acaba de graduarse en cine. Junto a su segunda mujer, el actor se convirtió en una estrella gracias a las cuatro películas en las que ha interpretado a James Bond y a otros títulos como El secreto de Thomas Crown , El sastre de Panamá o Mamma mia! .
La felicidad personal se vio enturbiada en el 2013 con el fallecimiento de su hija Charlotte, también por un cáncer de ovarios, como su madre, y con los problemas de adicción de Christopher.
Brosnan encara los 70 ya como abuelo de Isabella y Lucas (de Charlotte) y de Marley y Jason (de su hijo Sean) y orgulloso de sus dos hijos pequeños, que además son dos cotizados modelos. Pero sobre todo vive en perpetua luna de miel junto a su esposa a la que siempre dedica frases románticas y de agradecimiento. “Ella siempre creyó en mí –dice en el documental sobre su faceta como pintor. Yo pensaba que mi arte no tenía interés, fuera de mí mismo, mi familia y amigos, pero ella me animó a sacarlo al mundo”.